miércoles, 8 de mayo de 2013

CASI ME ENGAÑO...

Estamos en un mundo donde lo normal es lo necesario lo que tranquiliza, lo que nos dice "voy por el buen camino" Y esto es encantador, pues me hace sentir seguro y sin preguntas unilaterales sobre si estoy o no en el buen camino. Esto es una falacia que se presenta para desorientar y para llevarnos, nuevamente, pues se intenta desde muchos ángulos, a un compromiso con una irrealidad, con lo que no queríamos en principio, con lo que nunca pensamos en aliarnos, pero que ha cambiado su exterior, sabiendo que en nosotros, está esa atractiva acción de seguir por nuestros propios, y casi siempre convencidos deseos, ir  hacia lo que consideramos justo, equilibrado, digno de encomio.
De pronto en la Palabra de Dios sufrimos una verdades sacudida ante lo que era habitual, normal y la práctica adecuada, esa que me dice serás feliz si la sigues. Y eso nos gusta, nos encanta lo tranquilo habitual para nosotros para nuestras familias, etiquetamos lo normal y imbuidos por esta tendencia nos creemos que esa es la forma, pues es lo que buscamos, en especial para nuestros preciados hijos, aunque tengamos que rebajar la verdadera meta, no importa, a nosotros nos parece bien, es suficiente, Dios lo aceptará, para qué pedir mas...
Como un extraño gel se introduce en nuestra vidas, sobre todo cuando creemos que todo lo demás no funciona, que lo demás está hecho por mentes humanas que se han equivocado y que nuestra mente si esta en equilibrio y sabe cual es la verdad.
Al fin y al cabo queremos lo mejor. Debemos buscar lo mejor, exigir lo mejor...cuando esto lo poseamos podemos estar tranquilos nada perturbará nuestra vida, nuestra cómoda existencia.
Trazamos las barreras y dejamos fuera todo lo que no esté dentro de las marcas exigidas. Siempre que os nuestros. lo nuestro esté en ellas. Y nos consideramos vencedores, hemos creado una forma social perfecta donde de una u otra manera y con las pertinentes normativa dentro de lo que es viable en nuestro entorno,   catalogamos a nuestro sucesores como perceptores de esa verdad que nosotros deseamos para ellos y que, no importa si hay que sacrificar a otros, lo importante es que nuestros queridos y amados perceptores sena poseedores de tal verdad que les llevará al cielo.
De pronto Dios desde el cielo se asombra, si asombra que una y otra vez cometamos los mismos errores, llenos de falacias y creencias llenas de error y de humanidad, con toda la buena voluntad, pero no por eso faltas de la verdad VERDAD.
Nos dejamos llevar por esa "normalidad" incluimos a los que nos apetece en esa normalidad y urgimos a todo el que no cumpla esta normalidad a que es incluya en ella, o no se responde por el/ella...
Es tan fácil y tan simple. No lo es. Adaptar o intentar adaptar lo establecido por Dios resulta muy arriesgado, pues nadie puede lograr alcanzar los efectos de las metas de Dios, en cuento a la Salvación, a la Santificación y a la Vida Eterna.
¡Que tema! Inevitable que al tratar de escribir de él uno sea embargado de un temor y temblor inigualables, a los cuales haré, hacemos bien si el hacemos caso.
La superficie del humano es una cosa. El interior es otra.
Esto uno lo percibe, por lo menos yo, siervo inútil, cuando a lo largo de los años, no reconocidos por los hombres pero impresos en la verdad del tiempo, me enseñan que todo lo que representa la poderosa obra de Dios, no se queda en lo exterior, profundiza y comienza a tocar áreas que ni siquiera hubiéramos imaginado si no fuera porque las toca y lo notamos.
Algunos sienten el superficial toque de Dios, pero no permiten que el mismo profundice. Han aprendido versículos de la Biblia, saben como responder a cada cuestión como las que ahora planteo, les encanta lo social de la vida cristiana, les hace diferentes y mejores, pero en el fondo no han experimentado el dolor por el pecado, por ser pecadores, por el precio que Jesucristo pago en la cruz, no pueden recibir el Espíritu Santo hablando en lenguas, están anclados en su humanidad y materialismo, adaptarán la Palabra para confirmar que Dios ha estado y es, pero la verdad es que no es mas que una pantomima de la VERDAD.
¡Buscadme y viviréis! sigue siendo el patrón la forma mediante la cual Dios cambia hombres y mujeres, jóvenes en masculino y femenino, e incluso niños con una percepción especial de la Verdad de Dios que son transformados por el Poder del Espíritu.
Todo lo demás demostrado en palabras bien dichas de la Biblia, habilidades en música o en otra artes, enseñanzas muy bien elaboradas desde un planteamiento humano, adjudicación de dones que no viene de Dios, organización y aptitudes de control etc todo ello no tiene valor i no está dirigido por el poder del Espíritu Santo.
Eso lo sabía muy bien Jesucristo y por eso advirtió a sus discípulos cuando esta a punto de partir que debían recibir el PODER DEL ESPÍRITU SANTO.
El poder del Espíritu santo no es algo que nosotros podemos clonar, imitar, adaptar, etc. El poder del Espíritu desciende de Dios y eso le da categoría y autoridad para hacer lo que quiera hacer.
Desde hace años, el espíritu del engaño está vigente, SE ha levantado y utiliza aquellos que de forma fácil y por cualquier pretexto quieren demostrar que Dios están con ellos.
Las terribles consecuencia de ello han sido y son y serán evidentes, engañados, presos de actitudes y creencias no de Dios, equivocados y equivocando a los demás.
¡Yo se como se debe hacer todo! Esta proclama se oye sin para en estos momentos de la historia del mundo y también de la humanidad y cristianismo. Como en tiempos antiguos donde grupos no dispuestos a sacrificarse para buscar y encontrar a Dios a la manera de Dios, buscaron formas simples y de allí surgieron nuevas formas de creencia que todavía hoy, algunas siguen contaminando el verdadero y ÚNICO EVANGELIO DE DIOS.
Volver a las Escrituras con un espíritu dócil y humillado y aunque protegidos, orar por los que han escogido el camino fácil de "esto es mejor" y rogar a Dios para que su LUZ, ilumine sus decisiones y no se dejan lleva por el engaño.
Por supuesto ¿quién está libre de caer en ese error? ¡Nadie! Por ello debemos orar y ayunar y luchar para que el Evangelio puro y sin mancha anide nuestros corazones, no temiendo a los que no quieren aceptarlo y buscando el cobijo y abrigo de Dios, con su sabiduría y con humillación.
TERRIBLES TIEMPOS ESTA VIVIENDO LA IGLESIA PERO RECORDAD SIEMPRE QUE FUE MISMO JESUCRISTO QUIEN GARANTIZÓ QUE EL EDIFICARÍA LA IGLESIA Y QUE LAS PUERTAS DEL HADES NO PREVALECERÍAN CONTRA ELLA.
Cuídate tú y cuida tu parentela, el infierno quiere arrebatártela.

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