Después que Juan fue encarcelado, Jesús vino a Galilea predicando el evangelio del reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio. Marcos 1:14-15La maldad de Satanás no pudo hacer nada en su intento de tentar a Jesucristo. Pero utilizó todos los medios posibles para hacer daño. Juan el anunciador de Jesús, fue encarcelado.
Marcos lo narra, no como una tragedia, lo narra como un hecho dentro del plan de Dios. Y es cierto, sabemos que el ministerio de la maldad está presente en este mundo, todavía. Nos turba saber que esto es así y ver esa maldad en acción en este mundo, incluso contra los hijos de Dios, los que han creído en Jesucristo como Salvador y Señor. Y no entendemos todo, pero somos invitados constantemente a confiar en Dios. El está haciendo las cosas de forma correcta a pesar que la injusticia todavía sea palpable en tantas esferas de la vida. Pero recordemos que la mayor injusticia que podemos cometer es despreciar la sangre de Jesucristo, que nos limpia de todo pecado. Y esta injusticia está presente en muchos corazones, que desprecian al Salvador.
A la voz que clamaba en el desierto se le intentó callar encarcelando a Juan. Pero ya Juan cumplió con su ministerio. Su ministerio era anunciar a Aquel que venía a bautizar con Espíritu Santo y fuego. Aquel que era el Cordero de Dios - símbolo de los corderos que se ofrecían, por mandato de Dios en Israel - que de una vez por todas quitó los pecados. Recordemos que el Espíritu nos revela mediante el apóstol Pablo que "...no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Efesios 6:12"
Muchas de nuestrasluchas que vienen, en apariencia, por personas alrededor nuestro, son en realidad movidas desde las regiones celestes, por la huestes espirituales de maldad. Pero es inútil su resistencia. Están vencidas en la cruz. A nosotros nos toca afirmar la victoria.
El anunciador Juan, fue encarcelado y como sabemos por otros evangelios muerto. Pero el mensaje siguió vivo. El cumplió con su ministerio. No fue muy amplio en tiempo, pero hizo lo que tenía que hacer y eso basta para decir de el: "os digo que entre los nacidos de mujeres, no ha mayor profeta que Juan el Bautista. Lucas 7:28"
No importa lo mucho o poco que hayamos sido llamados a hacer para el Reino de Dios, lo importante es que lo hagamos, según la perfecta voluntad de Dios.
Jesús mismo siguió predicando. El era el que podía darle sentido total al mensaje del evangelio. Su mensaje aquí, en el principio del evangelio de S. Marcos tiene el siguiente contenido:
- Que el tiempo se había cumplido.
- Que el reino de Dios se había acercado.
- Un llamado al arrepentimiento.
- Un llamado a creer el evangelio que Jesús vino a predicar.
Pero el cristiano es llamado a vivir por la fe. Y si hemos podido creer en que Dios nos ha salvado mediante Jesucristo, también podemos creer y hacer todo lo demás. Debemos trabajar en ello y practicar, poner en práctica nuestra fe en cada ocasión que se presente en nuestra vida aquí. Una vez estemos con Dios ya no necesitaremos la fe. La fe la esperanza y el amor son ingredientes básicos y necesarios en la vida del hijo de Dios, ahora.
"Padre celestial, que emocionante volver a recordar el ministerio de Jesucristo, y reconocer el buen trabajo realizado por Juan, que nos sirve de ejemplo para ahora, hacer nuestro trabajo bien. Gracias por confiar en nosotros para hacerlo, ayúdanos a no defraudarte. Protégenos del mal que utiliza a personas, hasta en la propia iglesia, para hacer daño, y fortalece nuestra fe en el Nombre de Jesucristo. Amén"
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