miércoles, 25 de mayo de 2011

EL ANUNCIADO Y LOS NECESITADOS


"Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;
y toda la ciudad se agolpó a la puerta.
Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y echó fuera muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque le conocían. Marcos 1:32-34"


   Jesucristo vino a libertar. En este Evangelio, el de S. Marcos, se le presenta como el Conquistador, en especial al publico Romano y ahora a todos los que leemos este Evangelio. Y aquí el aparece como un Conquistador múltiple. Ya no se simplemente algún caso que otro, dice el texto "le trajeron "todos" los que tenían enfermedades, y a los endemoniados;"

   Ya vimos en el versículo 28 que "se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea", y de hay que le trajeran a todos los enfermos y endemoniados.

   Fue "cuando llego la noche" cuando la gente regreso de sus trabajos y cuando averiguaron que Jesús estaba en la casa de Pedro, cuya esposa había sido sanada de una fiebre.

   No había queja ni reproche por parte de Jesús, El disfruto haciendo bien a aquellos que estaban sufriendo. Y el sigue haciendo lo mismo hoy. Porque el no cambia.
"Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos. Hebreos 13:8" 

   De nuevo encontramos un detalle importante: los demonios le conocían y le temían. No les dejaba hablar. No era el momento de publicidad. Parece que a Dios no le interesa la publicidad del diablo, sobre El. También Pablo obro así en un momento de su ministerio.
"Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando. 
Esta, siguiendo a Pablo y a nosotros, daba voces, diciendo: Estos hombres son siervos del Dios Altísimo, quienes os anuncian el camino de salvación. 
Y esto lo hacía por muchos días; mas desagradando a Pablo, éste se volvió y dijo al espíritu: Te mando en el nombre de Jesucristo, que salgas de ella. Y salió en aquella misma hora. Hechos 16:16-18"

    ¿A quien iremos? se preguntaron los discípulos...
"Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Juan 6:68"

  Y nosotros hoy también cuando hemos "estado con El" no podemos ni imaginarnos el dejarlo, pues ¿A quien iremos Jesús? TU TIENE PALABRAS DE VIDA ETERNA, una eternidad que ya empezamos a disfrutar aquí cuando El nos cuida de esa manera.

  "Mi Padre Celestial, no podemos, no queremos, no nos pasa por la cabeza el irnos de Jesucristo. Ha sido y es y será la perfecta compañía para nuestra vida aquí y cuando estemos ahí. Gracias Padre en el Nombre de Jesucristo. Amen."
 

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