domingo, 8 de mayo de 2011

He recibido luz...

"me guiará por sendas de justicia, por amor de su nombre" Salmo 23:3

   En estos momentos me siento emocionado y a la vez humillado. No merezco ser llamado hijo tuyo Señor, soy un pecador, perdóname, no puedo amarte como quisiera, derrama mas amor sobre mi para poder amarte, primero a Ti y después a mi prójimo, en el Nombre de Jesucristo.
   Hoy Dios me ha dado luz, me ha enseñado, me ha guiado, me ha mostrado desde su amor cosas que ojo no vio ni oído oyó ni nunca hubiera imaginado mi corazón. Estoy anonadado. Estoy superado por su amor, su paciencia, su misericordia, su persistencia, su trabajo...
   Y buscando en mi mente en recordado la parte del texto del Salmo 23 que he puesto arriba, como cabecera de esta reflexión. "me guiará" es algo mas que dos palabras juntas con un significado bello. Es una realidad en mi vida y lo quiere ser en la tuya.
   Si buscas justicia, no de los hombre, de Dios, El te guiará. El camino de justicia de Dios está basado en todo lo que es El, su justicia es justa, valga la redundancia, no habría que decirlo, la palabra debería ser mas que suficiente.
   Hoy he sido guiado Señor, hoy me has guiado Señor, hoy has hecho viva Tu Palabra en mi vida ¡Gloria a Tu Nombre, el Nombre de Jesucristo!
   Ahora me siento como el apóstol Pedro después del milagro de la pesca: ¡apártate de mi Señor, porque soy un vulgar pecador! y otra vez su gracia desciende y me rodea y me ama y me restaura y me dice con pasión: te amo hijo mio, a pesar de todo. ¡Padre! ¿como puedo llegar a entender todo tu amor...? Pero quiero disfrutar el momento, saborearlo, es una sensación única y llena de paz y gozo, aunque sea por uno momento, la quiero...sí quisiera quedarme siempre en ella, pero hay que seguir.
  Hoy me ha dicho cosas, cosas que necesitaba mi alma, mi espíritu, cosas que me animaran a seguir en medio del huracán, del torbellino, de la tempestad, del terremoto, de la inundación, del maremoto, des tsunami, del desamor, del pecado, de la violencia, de la injusticia, de la muerte, de la enfermedad, de la tragedia, de la ofensa, del desprecio, de la frustración, de la confusión, de la desesperanza...y tanto mas...el lo ha quitado, aunque sea por un momento, lo ha quitado todo y ha elevado mi alma, mi espíritu junto a la expresión de mis emociones al mismo cielo. ¡Un millón de gracias Señor!
   Todo deja de tener valor. Solo vale EL. Solo deseo a EL, solo le quiero a EL, so quiero estar con EL, aunque esto se acabe luego, aunque haya que seguir, aunque haya que bajar de la gloria y pisar de nuevo este mundo, ese atisbo de gloria me llena de completa esperanza y visión de lo que será estar eternamente con El.
   Y a la vez le dice a mi miserable vida que El está, que El me acompaña, que El me sostiene, que no tema, que siga aunque me duela, que siga en base a la nueva dirección, a la nueva esperanza, a la nueva luz.
   Esto lo hace por "amor de su nombre" El nombre de Jesucristo es suficiente garantía y protección en el camino de la vida, angosto, peligroso, sufriente, pero lo hace, el nombre de Yahvé el Jehová, el Jesucristo dado a los hombres, hace posible esto. En El yo deseo confiar siempre.

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