martes, 7 de mayo de 2013

Todo viene de...


... diciendo: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo tornaré allá. Yahvé lo dio, Yahvé lo ha quitado. ¡Bendito sea el nombre de Yahvé!
fui todo esto no pecó Job ni atribuyó a Dios insipiencia. Job 1:21-22
y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno. Job 1:21-22
"dio y quitó" estas dos palabras se han agarrado a mi como lapas. ¿Quién dio y quién quitó? Dios.
Lo digo en voz alta y me tiembla la voz. ¡Dios! Dios dio y Dios quitó. Será que Job no se había enterado muy bien de que Dios solo da cosas buenas y no quita. Es diablo el que quita...¿O no?
Quizás esta forma de pensar de que Dios solo da cosas, no quita, está en el corazón de muchos de nosotros. Y nos cuesta creer que Dios quite.
Cuando leemos que "todas las cosas obran para bien" siempre nos imaginamos que cuando perdemos un trabajo, Dios nos dará un mejor, que cuando nos viene una adversidad, lo que espera es mucho mejor, según el concepto de "mejor" que nosotros tenemos.
No siempre es así, aunque el final de la historia de Job nos diga que "fueron felices y comieron perdices" no lo creo. Los hijos perdidos nunca los recuperó, no resucitaron. Tuvo otros...
A mi entender el precio que pagó Job fue muy alta, según el concepto que nosotros tenemos de la vida y de acuerdo a nuestras interpretaciones.
Pero Dios si QUITA.
Quizás la perspectiva que tenemos de Dios no coincide con la que debemos tener.
Muchas veces cuando algo no bueno ocurre, estamos esperando que ocurra algo que ya hemos definido y que nunca llega. Entonces o nos lamentamos o nos conformamos, diciendo "Los caminos de Dios son inescrutables..." Quizás el bien del que habla Dios venía de otra forma y pasó desapercibido por haber prestado atención a lo que nosotros esperábamos.
Quizás en mas ocasiones de las que imaginamos, el bien, tarda en venir, no porque Dios lo retarde, sino porque nosotros tenemos que asimilar lo ocurrido.
Por ejemplo, Dios quita a una persona de nuestra vida que nosotros queremos muchísimo, y el dolor no se va al día siguiente, tarda, y tarda de acuerdo a nuestra propia adaptación y el bien viene.
No es fácil ni hablar de esto y menos asimilarlo, pero si miramos a fondo la Palabra, iremos encontrando mas de lo que nos imaginamos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario