Buenos días
a todos, en este tercer domingo que acontece, sin poder reunirnos al cumplir en
solidaridad con el aislamiento propuesto y legislado, de parte de las
autoridades para bien de todos y cada uno.
A pesar de
ser solo el tercer domingo con ya 17 días de aislamiento, la visión del proceso
augura que esto puede prolongarse varias semanas más, como mínimo. No se sabe.
Hay una
valoración desde los medios que el mundo tiene, en especial las estadísticas,
para estimar lo que puede ser el mañana. Todo ello con las limitaciones
correspondientes. Entre estas estimaciones de parte de los profesionales
adecuados, también se unen las predicciones a veces bonachonas y a veces
exageradamente desbordadas.
Añadimos los
aportes respecto a la sombra de intencionalidad que pueda haber detrás de todo
esto, provocado por unos u otros, supuestamente “poderosos” con intenciones
malvadas y sin objetivos de bien para todos. Es inevitable que se produzca unas
alteraciones emocionales y de preocupación, aún en los más duchos en soportar
la adversidad.
En el plano
de la fe, también nos encontramos ante extremos. Desde aquellos que parece que
Dios haya desaparecido ante esta situación calamitosa, pasando por los
“profetas” con mensajes con gran diferencia unos de otros, como si Dios se
estuviera contradiciendo y aquellos que están seguros de que es un castigo de
Dios, o ya la Gran Tribulación, e incluso el dar órdenes al virus para que se
vaya.
Es también inevitable que en el
ámbito de la fe, de aquel que de verdad ama a Dios, se produzca una mezcla de
sentimientos y de alteraciones emocionales que pueden incidir en nuestro
compromiso espiritual con Dios.
En estos
días, con tiempo sin reloj, aparte de otras muchas lecturas y estudios, me
estoy volviendo a centrar en los textos de la Biblia donde se habla de
acontecimientos aparentemente futuros,
tratando, de alguna manera, de encajar esta situación que vivimos en ellos.
Hasta el momento mi conclusión, que es mía y no definitiva, tiene dos enfoques...
1. Lo que Dios ha dicho. Y dentro de ello el que yo entienda lo que quiere decir.2. Lo que Dios no ha dicho. No nos toca a nosotros saberlo.
Con respecto
a mi:
- 1. Aquello de lo que estoy seguro
- 2. Aquello que no estoy tan seguro, pero confío en Dios.
Uno de los grandes
problemas de las preocupaciones de las personas es que sufrimos más por lo que
no va a ocurrir que por lo que ocurre en verdad. Los “y si…..” “ y los…pero la
gente dice…”
Dios nos ha
dicho muchas cosas sobre el futuro. El hecho que haya diversas interpretaciones
sobre este tema tan delicado, no debe desanimarnos en estudiar sobre ello,
siempre que tengamos una base sólida desde donde hacerlo.
Cuanto más
sólida sea nuestra base mejor podremos arriesgarnos a profundizar en el
“océano” de la revelación de Dios.
Las diversas
formas de interpretación de los tiempos, tanto las mas extendidas, como las
menos extendidas, están aflorando de manera muy amplia en estos momentos, y es
lógico debido a las circunstancias.
Cada uno
somos un mundo en sí. Lo sabemos. Muy a pesar de todo, seguiremos siendo
nosotros y optaremos por lo que, a nuestro parecer, nos tranquiliza más, pues
si optamos por lo mas inquietante, sin estar preparados podemos sufrir, sin
estar seguros de que eso vaya a ocurrir.
Ciertamente,
hay cosas que son muy claras. Tan cierto como que Jesucristo estuvo en esta
tierra, que murió, que resucitó y que está, en este momento, en el cielo, es
también que regresará un día. Pero ya sabemos que ese día es un silencio de
Dios. No lo ha dicho.
Pero lo que
sí ha dicho es que debemos estar preparados en todo momento. En esto es donde
más incido. Estar preparados, como lo estuvieron los primeros cristianos, así
como las enseñanzas dadas por Dios a través de sus siervos, en la Palabra.
Mat_24:44 Por tanto, también vosotros estad preparados; porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora que no pensáis.
Luc_12:40 Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá.
Escribía el
otro día, que me parecían estos tiempos, eso sí, como los que anuncia el Señor
en el versículo:
Marcos 13:21 Entonces si alguno os dijere: Mirad, aquí está el Cristo; o, mirad, allí está, no le creáis.
Mar 13:22 Porque se levantarán falsos Cristos y falsos profetas, y harán señales y prodigios, para engañar, si fuese posible, aun a los escogidos
Me acojo a
la recomendación del Señor,
1 Co 10:12 Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
La
inseguridad, es una amenaza, sobre todo en estos tiempos, veo mucha inseguridad
en el mundo cristiano, mucha dispersión hacia lo vano. Muchas inseguridades en
la identidad y en el propósito que tenemos en Dios. Algunos nunca salen de los
rudimentos
Heb 6:1-2 Por tanto, dejando ya los rudimentos de la doctrina de Cristo, vamos adelante a la perfección; no echando otra vez el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios, de la doctrina de bautismos, de la imposición de manos, de la resurrección de los muertos y del juicio eterno etcétera
Debemos y
tenemos la obligación de ANCLARNOS EN EL SABER de lo que ya tenemos en Cristo y
para que estamos aquí, y que si estamos aquí es porque Dios así lo quiere. Y
por tanto nos aferramos por fe y conducta al
Rom 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas ayudan a bien.
Recuerdo y
debe estar grabado en alguna de las predicaciones muy lejanas, que mirando unas
noticias, sentí en mi corazón que España iba a recibir “un juicio” de Dios. O
un azote, una prueba, como queramos llamarlo. No imaginé que era para todo el
mundo.
Para
terminar os dejo otro versículos con SABEMOS que incluye ENTENDIMIENTO, CONOCIMIENTO.
Jn 5:20 Pero sabemos que el Hijo de Dios ha venido, y nos ha dado entendimiento para conocer al que es verdadero; y estamos en el verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el verdadero Dios, y la vida eterna.
Ponlo en
singular y mira si se aplica a ti. Y si no, busca la manera dispuesta por Dios
para que se pueda aplicar a tu vida.
Reconocer
que eres pecador, arrepentirte, recibir el perdón de Jesucristo mediante su
sangre, bautizarte en agua y vivir de acuerdo a la Voluntad de Dios. Amén Oración
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