De alguna manera, todos deseamos paz. La paz no solo es lo
contrario a guerra como lucha armada.
La falta de paz puede ser producida por
falta de armonía entre personas. Paz en las familias, en las vecindades, entre
amigos.
A veces incluso sonidos excesivos, ruidos, gritos, pueden quitar la
paz. La paz interior es muy deseada y buscada, mediante vacaciones, retiros,
ejercicios de meditación etcétera.
Puede ser que haya paz en la nación, en la que uno vive, la
cual no tiene ningún conflicto armado contra otra nación, pero puede tener
grandes perturbaciones en su vecindad, en su familia, en el trabajo, en el
matrimonio. Los gurú de la paz pueden hacer mucho negocio ofreciendo sistemas o
medios para obtenerla.
Todos, posiblemente, hayamos disfrutado momentos de paz
absoluta. Pero esto es difícil. Siempre habrá algo que nos perturbe o amenace
con perturbarnos.
En estos momentos que estamos viviendo en una amenaza
mundial, a causa del contagio de una enfermedad, producido por un virus
incontrolable, de momento, está produciendo gran desasosiego en muchos. Se habla
de que estamos “en guerra” contra el virus. Una guerra extraña, diferente, y
ante las poderosas armas bélicas, no tienen nada que hacer. Tampoco, han podido
evitar su extensión los medios sanitarios del siglo XXI, a pesar de los
esfuerzos que se están realizando para evitar víctimas.
Este tipo de “enfrentamiento” está produciendo falta de paz
en los corazones de todas las personas. El miedo y hasta el pánico, están
presentes. Está consiguiendo este virus que haya mucha solidaridad, pero
siempre que el mal esté alejado de mí. Yo quiero tener “paz” con el virus. Yo
no quiero exponerme a su guerra. Otros lo están haciendo y a la distancia –
sobre todo a la distancia – les animo y les aplaudo…mientras no perturben mi
paz acercándose a mí ni a mi familia. La falta de paz saca de nosotros lo más
inhumano, si lo permitimos.
Jesucristo habló de dos tipos de paz…
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. “Juan 14:27 RV1960"
- Jesucristo dice que “nos deja, nos da LA PAZ.
- Nos dice que “LA PAZ, no la da como el mundo la da”
- Debido a que nos “DEJA, NOS DA LA PAZ, nos dice que no se turbe nuestro corazón que no tema”
Así que tenemos LA PAZ, no “un tipo de paz” sino LA PAZ. Y luego
tenemos la paz que da el mundo, o más bien la forma en que el mundo la da.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. "Juan 16:33 RV1960"
Estos textos están recogidos dentro del contexto y
advertencia que Jesucristo hace a sus discípulos de cosas que van a acontecer y
que no son precisamente pacíficas, según la definición de paz, del mundo.
¿Qué cosas está advirtiendo Jesucristo a sus discípulos?
- En segundo lugar, que Él se iba, que ellos lo sabían y estaban tristes por ello, pero era necesario que Él hiciera eso.
- Que cuando él se fuera no iban quedar solos, vendría el PARACLETO, El Espíritu Santo.
- El Espíritu tiene como misión REDARGÜIR (Convencer)de pecado, de justicia y de juicio
- Serían esparcidos, dejándole solo (esto fue cuando apresaron a Jesucristo)
Es decir, los discípulos iban a ser testigos de situaciones
nada pacíficas.
Por ello es que termina este texto, fin también del capítulo
con las palabras antes mencionadas…
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. "Juan 16:33 RV1960"
“yo he vencido al mundo”
Los discípulos iban a presenciar la detención, tortura y
crucifixión de Jesucristo hasta la muerte. Pero por encima de esto debían saber
que no era una derrota –como asimismo pensaron cuando ocurrió- sino que era el
camino de la victoria. La resurrección dio perfecta fe de todo esto que ellos
debían tener presente por fe. Su fe no era todavía sólida. Tenían que aprender,
como lo hicieron.
¿Tenemos paz? O estamos perturbados con la situación que estamos
viviendo. ¿Creemos que en esta situación también Jesucristo es vencedor?
Como otras, este es un momento de probar si la paz de Dios
controla nuestro corazón. A veces los propios cristianos estamos dependiendo de
la paz del mundo. Estamos contentos con la paz que el mundo da.
Trabajamos,
estudiamos, vamos a la iglesia o no, vivimos a medias, el cristianismo, nos
divertimos todo lo que podemos, nos quejamos de no tener más… tenemos poco
tiempo para Dios…y ¡de pronto ocurre! La “paz” del mundo se estremece, es
perturbada…pero…. digo yo, no pasa nada ¿no?, no pasa nada porque nosotros
tenemos LA PAZ QUE DIOS NOS HA DADO, LA PAZ QUE EL NOS HA DEJADO, o no, solo estamos
deseando volver a la paz del mundo.
Si esto último ocurre es porque LA PAZ todavía no gobierna
nuestro corazón…¡Ojo! Entonces hay que revisarla…
Aquí va un “test” de los muchos de la Palabra de Dios
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