miércoles, 15 de abril de 2020

¡PAZ!... ¿PAZ?


De alguna manera, todos deseamos paz. La paz no solo es lo contrario a guerra como lucha armada.

 La falta de paz puede ser producida por falta de armonía entre personas. Paz en las familias, en las vecindades, entre amigos. 

A veces incluso sonidos excesivos, ruidos, gritos, pueden quitar la paz. La paz interior es muy deseada y buscada, mediante vacaciones, retiros, ejercicios de meditación etcétera.

Puede ser que haya paz en la nación, en la que uno vive, la cual no tiene ningún conflicto armado contra otra nación, pero puede tener grandes perturbaciones en su vecindad, en su familia, en el trabajo, en el matrimonio. Los gurú de la paz pueden hacer mucho negocio ofreciendo sistemas o medios para obtenerla.

Todos, posiblemente, hayamos disfrutado momentos de paz absoluta. Pero esto es difícil. Siempre habrá algo que nos perturbe o amenace con perturbarnos.

En estos momentos que estamos viviendo en una amenaza mundial, a causa del contagio de una enfermedad, producido por un virus incontrolable, de momento, está produciendo gran desasosiego en muchos. Se habla de que estamos “en guerra” contra el virus. Una guerra extraña, diferente, y ante las poderosas armas bélicas, no tienen nada que hacer. Tampoco, han podido evitar su extensión los medios sanitarios del siglo XXI, a pesar de los esfuerzos que se están realizando para evitar víctimas.

Este tipo de “enfrentamiento” está produciendo falta de paz en los corazones de todas las personas. El miedo y hasta el pánico, están presentes. Está consiguiendo este virus que haya mucha solidaridad, pero siempre que el mal esté alejado de mí. Yo quiero tener “paz” con el virus. Yo no quiero exponerme a su guerra. Otros lo están haciendo y a la distancia – sobre todo a la distancia – les animo y les aplaudo…mientras no perturben mi paz acercándose a mí ni a mi familia. La falta de paz saca de nosotros lo más inhumano, si lo permitimos.

Jesucristo habló de dos tipos de paz…
La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. “Juan 14:27 RV1960"
  • Jesucristo dice que “nos deja, nos da LA PAZ.

  • Nos dice que “LA PAZ, no la da como el mundo la da”

  • Debido a que nos “DEJA, NOS DA LA PAZ, nos dice que no se turbe nuestro corazón que no tema”


Así que tenemos LA PAZ, no “un tipo de paz” sino LA PAZ. Y luego tenemos la paz que da el mundo, o más bien la forma en que el mundo la da.
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. "Juan 16:33 RV1960"
Estos textos están recogidos dentro del contexto y advertencia que Jesucristo hace a sus discípulos de cosas que van a acontecer y que no son precisamente pacíficas, según la definición de paz, del mundo.

¿Qué cosas está advirtiendo Jesucristo a sus discípulos?

-           Que los echarían, en su propia nación, de las sinagogas, es decir del culto religioso.

-           En segundo lugar, que Él se iba, que ellos lo sabían y estaban tristes por ello, pero era necesario que Él hiciera eso.

-           Que cuando él se fuera no iban quedar solos, vendría el PARACLETO, El Espíritu Santo.

-           El Espíritu tiene como misión REDARGÜIR (Convencer)de pecado, de justicia y de juicio

-           Serían esparcidos, dejándole solo (esto fue cuando apresaron a Jesucristo)


Es decir, los discípulos iban a ser testigos de situaciones nada pacíficas.

Por ello es que termina este texto, fin también del capítulo con las palabras antes mencionadas…
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. "Juan 16:33 RV1960"
“yo he vencido al mundo”

Los discípulos iban a presenciar la detención, tortura y crucifixión de Jesucristo hasta la muerte. Pero por encima de esto debían saber que no era una derrota –como asimismo pensaron cuando ocurrió- sino que era el camino de la victoria. La resurrección dio perfecta fe de todo esto que ellos debían tener presente por fe. Su fe no era todavía sólida. Tenían que aprender, como lo hicieron.

¿Tenemos paz? O estamos perturbados con la situación que estamos viviendo. ¿Creemos que en esta situación también Jesucristo es vencedor?

Como otras, este es un momento de probar si la paz de Dios controla nuestro corazón. A veces los propios cristianos estamos dependiendo de la paz del mundo. Estamos contentos con la paz que el mundo da. 
Trabajamos, estudiamos, vamos a la iglesia o no, vivimos a medias, el cristianismo, nos divertimos todo lo que podemos, nos quejamos de no tener más… tenemos poco tiempo para Dios…y ¡de pronto ocurre! La “paz” del mundo se estremece, es perturbada…pero…. digo yo, no pasa nada ¿no?, no pasa nada porque nosotros tenemos LA PAZ QUE DIOS NOS HA DADO, LA PAZ QUE EL NOS HA DEJADO, o no, solo estamos deseando volver a la paz del mundo.

Si esto último ocurre es porque LA PAZ todavía no gobierna nuestro corazón…¡Ojo! Entonces hay que revisarla

Aquí va un “test” de los muchos de la Palabra de Dios

Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría; cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas. Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia, blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos, y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en todos. Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos, amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten. Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que hiciere, porque no hay acepción de personas. "Colosenses 3:1-25 RV1960"


No hay comentarios:

Publicar un comentario