miércoles, 5 de enero de 2011

SITUADO...

 Después de la sorpresa del rápido avance del año 2.011, respecto a mi referencia del tiempo, parece que estos dos días posteriores he sido mucho mas consciente de el momento, sus horas, minutos etc.
  El dolor del cuello casi me ha desaparecido. Te doy gracias Padre celestial en el  Nombre de Jesucristo.
Siempre vamos y pedimos cosas, pero muchas veces nos olvidamos de forma rápida, una vez conseguido lo solicitado, de dar las gracias. Creo que a Dios le sucede lo mismo.
  Me contó en Su Palabra, (Lucas 17:11-19) el Señor, una historia del tiempo que estuvo aquí en la tierra.
  En uno de sus viajes, se dirigía hacia Jerusalén, y entre la zona de Samaria y Galilea, en una de las aldeas, el recibieron, según la ley de los leprosos, de lejos, 10 hombres con lepra.
 Era curioso, los diez se pusieron de acuerdo para creer y acercarse a Jesucristo para pedirle lo mismo, pues era un problema que todos, los diez, compartían, su petición ya la podéis imaginar, que les sanara la lepra.
  Todavía hoy en día hay leprosos en algunas partes del mundo - ¡increíble verdad! - pero hay un conocimiento médico y científico mayor que en aquel tiempo y en muchos lugares se ha erradicado. Además se puede curar con medicación.
Pero en aquel tiempo no había medios para curar la lepra, y estos diez leprosos eran una prueba de ello. Poco mas se dice de ellos, no se dice sus edades, sus nombres, si tenían familia, su grado de avance de la enfermedad en cada uno, si eran de esa aldea ó venían de otro lugar, nada, solo nos dice claramente que eran diez hombre, leprosos, puestos de acuerdo.
¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!  A una voz, ó quizás alguien fue el vocero, o todos cada uno a su ritmo, pero todos de acuerdo...¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros!.
  Parece que conocían el nombre de Jesús...y le decían "Rabí"...Maestro...pero El no era médico...misericordia de qué...
  Ellos habrían oído de los milagros de Jesucristo. No había los medios de comunicación actuales, pero lo que estaba pasando en Samaria, Galilea y alrededores con ese "Jesús" (El Mesías) llamado "El Cristo" (El Ungido) llegaba a todas las partes y en muchos lugares le estaban esperando, ó salían a buscarle, algunos por curiosidad, otros con ánimo de aprovecharse, otros, incluso malvadamente, envidiosos, otros con fe, porque le necesitaban y lo que El estaba dando podía ayudarles. El enseñaba, predicaba y sanaba. Pocos sabían en ese momento que eso no era todo, que había venido para morir por cada uno de los hombre y mujeres de este mundo.
   Le pidieron misericordia, y el les dio misericordia.
"Id y mostraos a los sacerdotes" les dijo. Quizás algunos esperaban que se acercase les pusiera las manos, orase por ellos, o algo así, pero en esta ocasión los manda, según la ley judía a que se mostraran a los sacerdotes (si hay alguno que quiera entretenerse y saber de esta ley del leproso, puede verlo ampliamente en la Biblia, antiguo Testamento, Libro de Levítico, capítulo 14).
  Veo algo bueno en estos leprosos, primero que supieron acercarse a quien podía ayudarlos: Jesucristo. Segundo que hicieron lo que les dijo sin rechistar. Debían conocer la ley...no se si alguno pensó...¡vaya rollo!
lo cierto es que todos fueron y...¿oyes la música de tensión que algo va a suceder...? ¿la oyes? Yo casi sí, por que los y...después que Jesucristo habla son PORTENTOSOS.
Me imagino a los diez ¿corriendo? - por lo menos andando - ir a donde los sacerdotes y de pronto uno mira al otros y le dice...¡Te veo diferente fulano! y el otro se mira y mira al otro...¡si y tú también te ves diferente!
Y...aconteció  que mientras iban, fueron limpiados"...¡Qué alegría que alboroto, que gozo, que saltos...!
¡¡¡Espera...uno se da la vuelta...vuelve por el camino que había ido...!!!  ¿Donde va...?
El hombre volvió glorificó a Dios mas fuerte que cuando había pedido misericordia, se encontro con Jesús, se postró ante él...DÁNDOLE GRACIAS...
...no eran diez...mirando por el lugar por donde había venido el samaritano - esto que sea samaritano también tiene miga, pero ahora no - y los nueve, ¿donde están?
¿No hubo quien volviese y diese gloria a Dios sino este extranjero? Dice Jesucristo.
Creo que que debemos ser agradecidos a Dios y a los demás.
Por eso...gracias Dios porque me has cuidado, porque has hecho un cuerpo que puede curarse de muchas cosas, por que estamos en un país que tenemos personal sanitario, hospitales y medicinas que nos ayudan a que el cuerpo se cure, gracias Dios por que casi no me duelen mis cervicales.

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