"La gracia del Señor Jesucristo esté con vosotros" 1 Corintios 16:23
Pablo sabía muy bien que era vivir bajo la ley. Lo había hecho bastante bien, su testimonio era incorruptible. Había vivido bajo la ley con toda su esfuerzo y honestidad. Por eso perseguí a la iglesia, porque pensaba que era una amenaza para la ley: El judaísmo.
Jesucristo tuvo que salirle al paso para convencerle personalmente que lo que estaba haciendo con toda honestidad, con toda sinceridad, era, ni mas ni menos que ir contra El. Fue una experiencia muy real física y espiritualmente. Jesucristo conocía bien el corazón de este judío, Saulo de Tarso y sabía que lo que estaba haciendo equivocadamente lo hacía en nombre de Dios.
¡Es tremendo esto! Podemos estar haciendo cosas con toda la convicción y honestidad y estar equivocados. Por eso no confiamos en nosotros mismos, confiamos en Jesucristo, El es "el camino, la verdad y la vida". El no se equivoca nunca.
Saulo de Tarso era sincero, pero equivocamente esta contra Dios, pensando que estaba a favor de Dios. Y por eso el mismo Jesucristo tuvo que salirle al encuentro en el camino hacia Damasco, pues iba a meter en la cárcel y hacer cosas peores a los de entonces llamados de la "secta del Camino".
Y fue muy espectacular. No debió ser fácil para Pablo. Muchas contradicciones debieron surgir en su forma de creer a partir de entonces. Hubo una tremenda crisis en sus creencias. Una revolución en la manera que pensaba. Descubrió que aunque honesto, estaba equivocado...¿como pudo ser?
Por eso el amor de Dios, tuvo misericordia de él, como el mismo confesaría después y le revelo su correcta voluntad. Y Saulo, Pablo, la siguió y se convirtió en un firme seguidor de Jesucristo poniendo su vida en las manos de Su Salvador y Señor.
Fue acogido por la gracia de Dios y comprendió mucho mejor el plan de Dios, lleno de amor y de sabiduría y se dispuso a ser un fiel colaborador de Dios, un instrumento en sus manos para llevar el Evangelio de la gracia a donde Dios quisiera.
La gracia fue en el, primero una tremenda prueba del amor de Dios. Por eso, el vivió desde entonces para recomendar la gracia de Jesucristo, lo que hace al despedirse del primer escrito a los Corintios.
Ahora su deseo era que esa misma gracia que estaba en él, estuviera también en sus hermanos.
El deseo, ya no solo del apóstol Pablo fue que estuviera en sus hermanos, en nosotros ahora, que creemos, sino que fue el amor de Dios y el sacrificio de Jesucristo el que nos hace posible tener "la gracia de Jesucristo"
Mi querido lector: Que la gracia del Señor Jesucristo esté contigo.
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