jueves, 2 de junio de 2011

PUEDE COMPADECERSE


Por tanto, teniendo un gran sumo sacerdote que traspasó los cielos, Jesús el Hijo de Dios, retengamos nuestra profesión. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado. Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro. Hebreos 4:14-16

 
compadecer(Del lat. compăti).
1. tr. Compartir la desgracia ajena, sentirla, dolerse de ella.
2. tr. Sentir lástima o pena por la desgracia o el sufrimiento ajenos. U. t. c. prnl. Compadecerse DE alguien.
3. prnl. Dicho de una cosa: Venir bien con otra, componerse bien, convenir con ella.
4. prnl. Conformarse o unirse.



   Me emociona cuando leo el texto que he puesto arriba. Jesucristo puede compadecerse de nosotros; puede compadecerse de mí. No está tan en el cielo que no entiende lo que yo paso aquí, El lo puede entender, perfectamente porque estuvo aquí, en mis condiciones.


   Es imposible no querer tener como amigo, como Señor, como Dios a Jesucristo. Porque El está cercano, muy cercano a nosotros y nuestras circunstancias, y puede entenderlas, puede compadecerse de nosotros, puede compartir, sentir, dolerse con nosotros.


   Me doy cuenta de mi suerte. Jesucristo, el Alfa y la Omega de todo, es capaz de entenderme donde nadie mas puede, es capaz de unirse a mí en mis desgracias, la primera desgracia: el pecado, después todas las demas: sus consecuencias, las consecuencias del pecado.


   Debería tranquilizarme solo el pensar eso, que El no está para erguir su cabeza orgullosa y decir "insolente criatura terrenal pecadora, aléjate de mí" no, El me dice, "te entiendo, te comprendo, sé lo que pasas, se tus tentaciones, tus tropiezos, tus desgracias, tus dolores, tus angustias, tu todo, lo sé y me compadezco, comparto, siento, me duelo contigo"


   Debería ser suficiente para vivir en confianza, descubriendo enseguida que cuando soy acusado y menospreciado, no es El, no viene de El, porque El ha tejido un camino de amor, de arrepentimiento de salvación, de ayuda, de comprensión, dándose, entregándose, muriendo por mí, ofreciendo su sangre, sus llagas, sus heridas, por mí.


   No debo consentir que mi torturada conciencia, sea engañada por el escarnecedor, por el que "acusa dia y noche "el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche (Apocalipsis  12:10)" ni un milisegundo mas sea acusada por el diablo, satanás, la serpiente antigua. No tiene ningún derecho...¡que vaya y pregunte a mi Cristo, El se compadece!


   Compasión, campadecerse, sentir lo mismo que, dolerse igual que, compartir con, unirse al....dolor ajeno...¡no es fácil! Me cuesta, me esfuerzo, pero me cuesta. Yo que he recibido, que estoy continuamente recibiendo la gracia del caompadecimiento de Dios en Jesucristo, no puede compadecerme igual de mi prójimo...pero sé que debo hacerlo, que debo esforzarme por hacerlo, que de implorar, suplicar al Espíritu Santo que mora en mí, que me ayude a poder compadecerme de mis hermanos de mi prójimo, como Jesucristo puede compadecer continuamente de mí.


   Compadecerse sí, pero no de uno mismo mas allá de lo tolerable, de lo permitido, de lo justo según la justicia de Dios, no la mía, la justicia de Dios. La auto-compasión es muy, pero que muy peligrosa, pues presta demasiada atención de uno mismo, cuando debería hacerlo del prójimo.


   El ejemplo de Cristo es tremendo para este trabajo de liberarse de la auto-compasión. Este adalid, ejemplo supremo, a quien imitar. Veamos su compostura al tomar la decisión de venir a este mundo: "Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Juan 10:17 Luego respecto a su estadía aquí: "siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Filipenses 2:5-7" y a la hora de la verdad, miremos como se dispuso, no autocompadeciéndose sino: "Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me mesaban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos...por eso puse mi rostro como un pedernal...Isaias 50:6-7" Así es, no permitió que nada le llevara a la auto-compasión, pues el venía para aprender a compadecerse de nosotros. ¡Bendito sea para siempre!


Por ello se nos dice: "Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo en Cristo Jesús.Filipenses 2:5
Padre Celestial, gracias por Tu compasión, Tu compasión que tan bien Jesucristo nos mostró, pues a Tí nadie nunca te ha visto, pero en Jesucristo, semejante a nosotros, nos mostrarste claramente como eres, y no podemos por menos que decirte ¡¡¡Gracias por Tu compasión!!! Qués sería de nosotros sin ella. Ayúdanos a recibirla pero también a compartirla aquí, en este mundo que tanto la necesita. En el Nombre de Jesucristo. Amén.

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