jueves, 29 de diciembre de 2011

CAMBIO...¿HASTA CUÁNDO?

 Creo que una de las armas que utiliza el diablo o que nosotros podemos aplicarnos, sin darnos cuenta que puede llevarnos al suicidio espiritual es el desánimo cuando nos vemos todavía tan pecadores y nos parece que el tiempo que ha pasado, no ha servido de mucho o de nada para ser mas santos.
   Cada día sea en nuestras labores diarias, en nuestro hogar, trabajo, estudio, e incluso en la iglesia, surgirán situaciones que nos recordarán sin previo aviso y sin contemplaciones que somos todavía muy pecadores y que la santidad parece tan lejana, como el norte del sur.
   Al fin y al cabo, cualquier cristiano desea con todo su corazón ser cada día mas entregado a Jesucristo y mas parecido a El. Por eso, una imagen de la realidad, de vernos tan diferentes en muchas cosas, pensamientos, ideas, miradas, deseos, voluntad,  que nos abruma pensar que o estamos muy lejos, como decía, o no hemos avanzado mucho, si es que hemos avanzado algo, en el caminar con Dios.
   Cuando me convertí, veía a aquellos que llevaban muchos años sirviendo a Dios como gigantes espirituales, y creía que el día que yo llevara tantos años, sería mucho mas libre...creo que la realidad me ha puesto en otro sitio, la realidad me ha demostrado que hay mucho que hacer todavía a pesar de que hayan transcurrido muchos años como yo deseaba.
   Pero como decía, esto puede ser algo muy favorable pues me mantiene en esa humildad y continua necesidad de depender de Dios, o se puede convertir en un lastre que me frene, e incluso me sumerja en el mas profundo de los abismos de la desolación. Otra vez me toca decidir si voy a continuar o no.
   Para saber si debo continuar...me digo a quién debería preguntar...
- Cuando pregunto a otros, no se puede evitar - sobre todo si me conocen - que meneen la cabeza y digan ¡Uff! te falta mucho.
- Cuando me pregunto a mi mismo, lo dicho, si soy sincero me veo mal, a veces peor.
¿a quién pregunto con juicio adecuado...? ¡Ah si! ¡Al Señor!
- Le pregunto al Señor y el me da ánimos y me dice que siga que persevere, que el pago ya está realizado y que no desaproveche lo que ya está pagado.
   Me dice que "El está todos los días conmigo hasta el fin del mundo! Me dice que "comenzó su obra y la terminará" me dice que recuerde que "si El está conmigo quién estará contra mí" me recuerda que "de tal manera me ha amado que ha dado a su Hijo por mí" Dice "yo soy tu amparo y tu fortaleza, tu pronto auxilio en la tribulación..." 
   Todo lo que me dice es un ramo oloroso de bellas flores que apartan mi nariz del apestoso olor del hedor de mi pecado y me animan a seguir, mirando adelante, tratando de hacer lo surcos bien rectos, y a olvidar lo que queda atrás y prosigo...prosigo hasta ver si puedo asir a Cristo, quién ya me tiene asido a mí.
    La vida cristiana es un continuo cambio operado por el Espíritu Santo en mi vida.
    Hoy he leído una frase de un joven que cambió su vida al entregarla a Jesucristo, el dice lo siguiente:
"Muchos dicen que este mundo no tiene solución, yo creo que este mundo no tiene solución, pero las vidas que hay en él sí"
   Tú y yo somos una vida de este mundo y tenemos solución, Dios no se rendirá nunca, nosotros tampoco debemos rendirnos nunca.
" Padre celestial, solo gracias, gracias por tus palabras de animo, sin ellas...¿que sería de mí?

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