lunes, 29 de abril de 2013

PAZ EN CASA AJENA....1

   Tuve el privilegio de estar acompañando a unos hermanos, de una pequeña congregación. Me recordó esos tiempos que con tanta ilusión empezamos a seguir a Jesucristo, sin muchos saber, sin mucho conocer, con poco tener, pero con una pasión de amor por Cristo que ni entendíamos ni podíamos explicar en toda profundidad, pero sabíamos que era el verdadero amor, no confeccionado por ser humano, era algo sobre natural que nos había embargado, poseído sin privarnos la libertad de escoger, que nos había inundado sin ahogarnos hasta perecer, era el amor que deseábamos mas que nada y mas que nadie.
   Nunca había oído el Evangelio de Jesucristo como lo estaba oyendo. Era curioso, lo oía cuando dentro de mi había una gran mezcla del mundo de aquellos tiempos en un joven que ansiaba impulsado solo por las reacciones normales de su cuerpo y por las enseñanzas recibidas, satisfacer todo eso que emanaba de mi, como si de un volcán se tratase, y que a veces me producía una cierta melancolía y tristeza.
   En aquellos tiempos, por lo menos para mí, mis deseos estaban un poco condicionados por complejos de la edad o de la genética, por la educación de trasfondo, por el entorno social y político, por todo lo que afecta y afectará, según su vida y su entorno a cualquier joven en cualquier época que viva, aunque sea diferente ese entorno.
   Recuerdo mucho antes de esto que para mi el amor con una chica era muy romántico y platónico. Mis sueños tenían esa connotación. Disfrutaba en ellos. No, no eran sexuales, eran muy, muy románticos, con una distinción clara de sexos, ella yo, pero la "posesión" no era genital, era mas que eso era "espiritual" íntima profunda, casi sobrenatural, según mi apreciación y mi imaginación. Algunos de la época dirían que era idealista. No era una relación real, era una relación basada en mi fantasía, pero que me llenaba, llenaba mi masculinidad de plenitud. Ella, la chica de la ilusión, era mi amada, mi protegida, mi amor, mi vida, mi todo...
   Eran los años de la adolescencia. Extraños, cohibidos, solitarios, acentuados en este caso de acuerdo a mi personalidad, idealista, soñadora, mas a un metro de la tierra que en la misma tierra.
   Por una u otra razón, por mis complejos, por mis ideales, por mis ¿ utopías? nunca en ese tiempo pude alcanzar vivir en la realidad esos momentos que yo añoraba y que hubiera querido vivir plenamente.
  Aunque no les parezca normal a algunos, esto formaba una parte básica y fundamental, en aquellos momentos de mi motivación para vivir. ¿Amor platónico? No lo se, pero sí buscaba alguien que me amara y que yo pudiera amar, al margen de un mundo que a mi alrededor me parecía extraño. Creía que esa persona podría hacerme vivir esas experiencias que yo añoraba, yo creí que el amor de hombre-mujer, chico-chica, podía alcanzar las metas que yo solo no podía alcanzar.
  Eran los tiempos de mi pubertad, que acompañados de otras circunstancias que implicaban mi vida, estudio, trabajo, familia, amigos, sociedad, etc. eran parte importante de mi vida en ese momento.
  Cuántas veces lloré. Me habían enseñando que un hombre no debe llorar, por eso yo buscaba la soledad y allí lloraba, pues no quería que nadie dijera que no era hombre porque lloraba, pero sí, lloraba ¡y de qué manera!
   Mis padres...hicieron lo que pudieron, no puedo hablar de ellos si no es a la hora de hablar de mi historia y no de sus fallos y aciertos. Muchas veces, les culpé de vivir en un mundo tan inestable, pero también culpé a Dios por permitir que viniera a este mundo.
  Desde aquí a lo que voy a decir hay mucho, mucho mas que puedo agregar y que fue marcando la forma de mi vida, mis defectos, virtudes, pecados, amores y odios, fe y rechazo de Dios, etc.
   Mi salto pasa ahora por ese momento, muchos años después, cuando por la gracia de Dios, conocí al Señor, a Jesucristo como Salvador, al Dios manifestado en carne, a Dios entre nosotros, al Alfa y la Omega, al principio y fin...
   No creo que el apóstol Pablo se imaginase lo que le esperaba en su vida, sobre todo después del "camino hacia Damasco".
   Tengo que excusarme por usar este símil para referirme a mí. Quiero dejar claro que el apóstol Pablo, mi hermano en la fe no es comparable a mi humilde situación y llamado.
   Pero si puedo usar lo de que no podía imaginarse, porque yo no podía imaginarme que Dios tenía preparado para mi vida, pues llegó un momento, en el que también a mi me llamó, no solo a ser SALVO por la obra de Jesucristo, también a SERVIRLE, al MINISTERIO, por su obra y gracia.
  Me bauticé el 18 de abril de 1.974 pero recibí la constancia del Espíritu Santo en mi, hablando en lenguas del Espíritu e 17 de abril de 1974, mi cuerpo se estremece cuando recuerda esto, pues no fue una experiencia buscada, esperada por años, dudada, fue una experiencia REAL, y supe que tenía que predicar el Evangelio de Jesucristo, que tenía un ministerio que realizar en esta vida de parte de Dios, en aquel momento yo no sabía si era pastor, evangelista, apóstol ó maestro, profeta u otra cosa, solo un deseo ardiente de SERVIR AL SEÑOR en donde el me ponía..
   Han pasado muchos años, desde entonces, desde esa tremenda experiencia, me hubiera encantando que Dios me hubiera usado con miles y millones, no fue así, me hubiera encantando caer bien a todo el mundo, no fue así, me hubiera gustado ser como un ángel, no fue así, el trabajó a través de mí con defectos y virtudes dadas por El y me aceptó y me respaldó...hasta que....
   Estoy en tiempos de duda de incertidumbre  he pasado tiempos de prueba que jamás hubiera imaginado cuando me acerque a Jesucristo, mi Señor, interpreté muchas veces que todo me iría bien a la forma de verlo desde el mundo, todavía no soy anciano  no se mañana, pero todavía tengo muchas fuerzas para dar...salvo que son otros tiempos y no se si de parte de Dios, de Ti Padre mío ó de parte solo de humanos, estoy como encadenado, como apartado sin valor.
   Cuidado, yo soy sin valor, yo no tengo nada en mi que ofrecer, que quede muy claro esto, y yo lo acepto y lo aceptaré siempre pues si no hubiera sido por el Señor no hubiera llegado hasta aquí.
   Pero hay seres humanos que dicen que si he llegado hasta aquí es por su paciencia, que hace 30 años que no soy lo que debía ser...¿esto es así Padre? porque si es así... AMEN
   Fui y he sido por TI, si esto se acabó.... ASÍ SEA, solo que me permitas adorarte y alabarte sea solo o en compañía. Esto Padre es para mi advertencia, que acepto en sumisión, y para los que no ven lo que TU quieras para mí, con temor y temblor. Ten misericordia de ellos y de mí, yo soy escoria, hecho oro por Tí.  
   Tu que conoces los corazones, y pongo el mío  el primero, danos arrepentimiento y cambio en Tu enorme misericordia, y que esto sea un ejemplo para otros y para Tu Gloria, por lo siglos de los siglos...

 
   

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