sábado, 4 de mayo de 2013

CUANDO DIOS NO NOS HABLA...

Oh Dios, no guardes silencio; Salmo 83:1 BRV1960
  No permanezcas silencioso, ¡oh Dios! no enmudezcas, no te aquietes, ¡oh Dios!  Salmo 83:2 BNC
Ayer, hablaba de que Dios habla y que habla de una forma personal porque nos llama por nuestro nombre.
Si esta fuera la experiencia común de cada cristiano en cada día u hora que fuera necesario, sería innecesaria hablar de esto que voy a presentar-
El versículo de arriba contiene una clara oración a Dios, pidiéndole que "no guarde silencio"
yo creo que este el clamor de todos los que creemos que Dios habla...pero porque no me habla algunas, o muchas veces...
Nuestro conocimiento de Dios es en parte. El mio es en parte, quizás muy limitada, mas que en otros, por tanto cuando tratamos de explicar algunas cosas referentes a Dios, yo me siento cohibido, me siento que no se si debo o no debo hablar, pues si hablo puedo equivocarme en lo que digo al respecto a Dios, pues no lo conozco totalmente, por otra parte creo que podemos hablar respecto a Dios, puedo hablar respecto a Dios con el respeto debido, sin ofenderle y reconociendo que lo que decimos es un intento de comprenderle y sacar conclusiones de acuerdo a lo que si conocemos de El. Por eso a El sea la Gloria.
Inspirado en la lectura de uno de mis autores preferidos, gran hombre de Dios, le doy totalmente la razón cuando el dice que una de las cosas mas frustrantes para el cristiano es que Dios esté callado.
Cuando derramamos nuestras oraciones y nuestras lágrimas delante de nuestro Padre celestial, lo menos que esperamos es una respuesta por pequeña que sea.
Resulta extraño que ocurra, el silencio de Dios cuando mas necesito Su Palabra.
Me sorprende que algunos cristianos tienen palabra de parte de Dios para todo. Ante ellos me siento un poco acomplejado. Pero los hay. Dios siempre les habla por Su Palabra, por sueños, por visiones o por muchos de los diferentes caminos que El usa. Bendigo esto, si proviene de Dios. No me quiero ser mal interpretado por nadie. Respeto a todos mis hermanos aunque no esté a su altura.
Yo tengo Palabra de Dios. A mi Dios me habla en muchas ocasiones...pero no siempre. Hay momentos de silencio...yen muchas ocasiones estos momentos son cuando mas necesito alguna señal de El, mi Padre.
El silencio de mi Padre es muy, pero que muy tembloroso para mí. Le necesito. Necesito su dirección, necesito oírle. Se a través de Su Palabra ó cualquier otro sea el medio que quiera emplear. Yo se cuando es de El y se cuando está en silencio.
Naturalmente esto pasa frecuentemente no solo en las oraciones en las que buscamos ansiosamente la voz de Dios, también ocurre cuando, de acuerdo a nuestro ministerio, como es el mío, debo aconsejar, y las personas vienen a mí por ser ministro y creen que debo tener la respuesta, pero nada, no hay nada de parte de Dios, y sería una locura, en muchos casos decir algo propio cuando no se tiene nada de Dios.
Esto puede hacer reaccionar negativamente a las personas que han venido hasta nosotros buscando palabra. Pero tenemos que ser sinceros, no siempre tenemos esa palabra que necesitan los que vienen a buscarla de los que ejercemos el ministerio.
En nuestra vida,, como dice mi hermano, enfrentamos situaciones muy, pero que muy difíciles que no podemos dar razón de parte de Dios. El está en silencio.
Situaciones donde hay pérdidas de seres queridos, hermanos o hermanas en la fe que servían fervientemente a Dios, hijos, divorcios, divisiones, disputas, pérdidas de trabajo, comportamientos inadecuados de los hijos o de la familia etc. que una palabra aclaratorio hubiera sido muy gratificante en ese momento crucial. Pero nada, parece que el silencio es la respuesta de Dios, y esta es insuficiente para nosotros. Aunque tratemos de justificarla con nuestros arcaicos conocimientos de Dios. En el fondo sabemos que no es esa la respuesta, que solo trata de ser una vaso de agua que refresca en ese momento, pero no para siempre, en tal o cual situación. Cuando la Palabra de Dios, llega se convierte en un asidero, respecto a la situación que se viva y siempre podemos asirnos a ella cuando parece que hay movimiento que nos quieren hacer caer.
A veces, que Dios, de alguna forma nos diga "tranquilo, estoy en control, seria suficiente, pero ni eso..."
Además, cuando leemos la Biblia, nos encontramos con personas que fueron respaldadas con la voz de Dios en momentos difíciles de su vida. Y esto también lo conocen otros hermanos que con muy buena intención nos dicen que todo esto pasa por falta de oración, por falta de ayuno, por falta de entrega, porque los cristianos somos muy materialistas, y quizás no le falte parte de razón, pero yo creo que por encima de nuestras prácticas espirituales está el Dios , el Padre de la Gracia que, al margen de nuestra falta de mas compromiso con El, se ha propuesto amarnos por encima de todo, y por tanto, no desatendernos en nuestras necesidades. Se que muchos no compartirán esta opinión.
Pero de igual manera que encontramos en la Palabra enseñanzas de la forma que Dios respondió rápidamente a algunos de los protagonistas, también encontramos protagonistas que nos enseñan otra forma de actuar de Dios, muy diferente a contestar y arreglar las cosas de forma inmediata. No quiero entrar en detalle profundos en este momentos, pero escojo a José, me parece un ejemplo inigualable, y por el espacio que ocupa en la Palabra de Dios, muy necesario para comprender una de las formas que Dios tiene en sus actuaciones con nosotros, y digo una, pues hay muchas formas, en su incomparable sabiduría.
José desde el punto de vista humano nos produce la impresión de un ser abandonado a un destino incierto, en manos de los caprichos y de la maldad y el egoísmo de los seres humanos, su familia, la esposa de Potifar, el olvido mental del copero...años y años en unas situaciones no deseadas por nadie, tampoco, seguro por José. Pero Dios no había abandonado a José. Estaba con El. Y por lo que deducimos José vivió como nos manda que debe vivir cada justo (justificado por Jesucristo) por Fe, CREYENDO QUE DIOS ESTÁ AHÍ CUANDO PARECE QUE NO ESTA, CUANDO LAS CIRCUNSTANCIAS GRITAN ¡ESTAS SOLO! CUANDO LAS CIRCUNSTANCIAS DICEN ¡ OCÚPATE DE TI MISMO, O NADIE, NI DIOS SE OCUPARÁ DE TI! ENTONCES ES NECESARIO NO VIVIR POR LO QUE DIOS NOS HABLA, ES NECESARIO VIVIR POR FE.

con el respeto debido, sin ofenderle y reconociendo que lo que decimos es un intento de comprenderle y sacar conclusiones de acuerdo a lo que si conocemos de El. Por eso a El sea la Gloria.
Inspirado en la lectura de uno de mis autores preferidos, gran hombre de Dios, le doy totalmente la razón cuando el dice que una de las cosas mas frustrantes para el cristiano es que Dios esté callado.
Cuando derramamos nuestras oraciones y nuestras lágrimas delante de nuestro Padre celestial, lo menos que esperamos es una respuesta por pequeña que sea.
Resulta extraño que ocurra, el silencio de Dios cuando mas necesito Su Palabra.
Me sorprende que algunos cristianos tienen palabra de parte de Dios para todo. Ante ellos me siento un poco acomplejado. Pero los hay. Dios siempre les habla por Su Palabra, por sueños, por visiones o por muchos de los diferentes caminos que El usa. Bendigo esto, si proviene de Dios. No me quiero ser mal interpretado por nadie. Respeto a todos mis hermanos aunque no esté a su altura.
Yo tengo Palabra de Dios. A mi Dios me habla en muchas ocasiones...pero no siempre. Hay momentos de silencio...yen muchas ocasiones estos momentos son cuando mas necesito alguna señal de El, mi Padre.
El silencio de mi Padre es muy, pero que muy tembloroso para mí. Le necesito. Necesito su dirección, necesito oírle. Se a través de Su Palabra ó cualquier otro sea el medio que quiera emplear. Yo se cuando es de El y se cuando está en silencio.
Naturalmente esto pasa frecuentemente no solo en las oraciones en las que buscamos ansiosamente la voz de Dios, también ocurre cuando, de acuerdo a nuestro ministerio, como es el mío, debo aconsejar, y las personas vienen a mí por ser ministro y creen que debo tener la respuesta, pero nada, no hay nada de parte de Dios, y sería una locura, en muchos casos decir algo propio cuando no se tiene nada de Dios.
Esto puede hacer reaccionar negativamente a las personas que han venido hasta nosotros buscando palabra. Pero tenemos que ser sinceros, no siempre tenemos esa palabra que necesitan los que vienen a buscarla de los que ejercemos el ministerio.
En nuestra vida,, como dice mi hermano, enfrentamos situaciones muy, pero que muy difíciles que no podemos dar razón de parte de Dios. El está en silencio.
Situaciones donde hay pérdidas de seres queridos, hermanos o hermanas en la fe que servían fervientemente a Dios, hijos, divorcios, divisiones, disputas, pérdidas de trabajo, comportamientos inadecuados de los hijos o de la familia etc. que una palabra aclaratorio hubiera sido muy gratificante en ese momento crucial. Pero nada, parece que el silencio es la respuesta de Dios, y esta es insuficiente para nosotros. Aunque tratemos de justificarla con nuestros arcaicos conocimientos de Dios. En el fondo sabemos que no es esa la respuesta, que solo trata de ser una vaso de agua que refresca en ese momento, pero no para siempre, en tal o cual situación. Cuando la Palabra de Dios, llega se convierte en un asidero, respecto a la situación que se viva y siempre podemos asirnos a ella cuando parece que hay movimiento que nos quieren hacer caer.
A veces, que Dios, de alguna forma nos diga "tranquilo, estoy en control, seria suficiente, pero ni eso..."
Además, cuando leemos la Biblia, nos encontramos con personas que fueron respaldadas con la voz de Dios en momentos difíciles de su vida. Y esto también lo conocen otros hermanos que con muy buena intención nos dicen que todo esto pasa por falta de oración, por falta de ayuno, por falta de entrega, porque los cristianos somos muy materialistas, y quizás no le falte parte de razón, pero yo creo que por encima de nuestras prácticas espirituales está el Dios , el Padre de la Gracia que, al margen de nuestra falta de mas compromiso con El, se ha propuesto amarnos por encima de todo, y por tanto, no desatendernos en nuestras necesidades. Se que muchos no compartirán esta opinión.
Pero de igual manera que encontramos en la Palabra enseñanzas de la forma que Dios respondió rápidamente a algunos de los protagonistas, también encontramos protagonistas que nos enseñan otra forma de actuar de Dios, muy diferente a contestar y arreglar las cosas de forma inmediata. No quiero entrar en detalle profundos en este momentos, pero escojo a José, me parece un ejemplo inigualable, y por el espacio que ocupa en la Palabra de Dios, muy necesario para comprender una de las formas que Dios tiene en sus actuaciones con nosotros, y digo una, pues hay muchas formas, en su incomparable sabiduría.
José desde el punto de vista humano nos produce la impresión de un ser abandonado a un destino incierto, en manos de los caprichos y de la maldad y el egoísmo de los seres humanos, su familia, la esposa de Potifar, el olvido mental del copero...años y años en unas situaciones no deseadas por nadie, tampoco, seguro por José.

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