Romanos 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Ya hace algunos minutos que ha acabado el día solar que de acuerdo al calendario del mismo nombre, llevo la cuenta de mis días en este mundo, desde que nací. Ayer fue mi cumpleaños.
Como tenemos por costumbre en la reunión de nuestra iglesia, el domingo por la mañana, oramos por las personas que han cumplido años en la semana anterior, o, como ha sido mi caso y el de Carol, hemos cumplido años el mismo domingo, y también, si la persona lo deseo puede dar, lo que nosotros llamamos un testimonio, es decir algunas palabritas, superando en lo posible nuestra timidez y nuestro nerviosismo.
Quizás por el defecto de uno de mis dones, a veces tengo excesiva confianza - después de años hablando en público - de superar el miedo escénico, y estar como Pedro por su casa - nunca mejor dicho - y así es que hoy pasé al escenario para dar mi testimonio y permitir que mis hermanos pidieran en oración una bendición por mi, así como por todos los que hemos sido favorecidos en el cumplir años.
No se por qué, pero verdaderamente se me borró de la mente lo que tenía en mi corazón compartir. Bueno de cualquier forma salió la vena ministerial y traté de, en el embargo de emociones diversas - deben ser los años - digo que dije algunas cosas que son una pesada carga en mi corazón desde hace algunos tiempos y que surge del, como mínimo, mas profundo cariño que tengo hacia la iglesia en la que Dios me puso y se atrevió a dejarme. Pero yo sabía que había algo que quería compartir y que me dejaba en el tintero de mi corazón. Bueno así quedo la cosa y fue despedido el culto.
Hablando con los primeros hermanos y hermanas en ese maravilloso momento que tenemos después de la reunión de abrazar, saludar y comunicarnos unos con otros, me vino lo que quería decir - Dios sabrá por qué razón humana o divina me ocurrió este olvido en el momento que yo pensaba y luego volvió a mi, pues no era algo sin importancia, ni lo es, sobre todo para mí.
Bueno pues habiendo recordado lo que quería compartir y considerando que podría bendecir a algún hermano, conforme hablaba con ellos, también les compartía, lo que, como les decía, había olvidado en un momento inoportuno. Os lo cuento:
Hace algún día, estaba yo tan tranquilo en mis cosas, cuando, como si fuera una caricia sensible, pero firme, algo me inundó, cuando digo esto, me faltan palabras para expresar esa experiencia. Fue de tal magnitud que me encantaría que de vez en cuando se repitiera.
Entonces, sin pensarlo ni estar en ello, sentí una inundación de mi ser, un estado de bienestar increíble y deseable, una abrazo de amor y delicia sin parangón, que me interrumpía, sencillamente, y que de una forma muy suave, en mi interior sin voz pero claramente, se me decía "todas las cosas en tu vida han sido para bien" ¡que estallido! ¡Que explosión! ¡Qué júbilo en mis entrañas!. ¡Que deseo me ha quedado de repetirlo! Pero se que no es por deseo y querer propios, es por la gracia de mi Señor y Salvador que de pronto se permite irrumpir en nosotros y con una simple "caricia" nos traslada a una dimensión imposible de alcanzar por nosotros mismos. Ahora mientras reflexiono una vez mas en este maravilloso incidente personal, me viene la Palabra de Dios en el texto que cito:
1Co 2:9 Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le amanY esto es verdad porque por mucho que oigamos y veamos en este mundo, cuando se trata de las verdades, que digo de la Verdad de Dios, solo Dios puede "abrir nuestro corazón y plantar la verdadera esencia espiritual de esa verdad. Y entonces nos sentimos anonadados porque se nos ha abierto una puerta a la inaccesible, por la gracia de Dios, no por ser mejores o peores, no por merecerlo o no, por su infinita y profunda gracia. Eso es lo que yo he sentido. Es posible que en el amplio vocabulario de Dios en la iluminación de nuestras vidas, mi experiencia haya sido una simple coma o un punto, pero ¡que coma! ¡Que punto! Quiero de estos muchos cada día. Los deseo.
Hay muchas cosas que ocurren en esta vida. Nos ocurren a todos, a los que creemos en Dios y a los que no creen. Los que creemos en Dios, somos inclinados a plantear a Dios que nos de una respuesta, en esa situación concreta. Eso nos bastaría, sería el consuelo, el alivio, el supremo empujón para seguir andando, pero no ocurre, entonces recurrimos a la fe, nos decimos: ¡Debo creer...Debo creer! y así se presenta esa lucha agónica, a veces, que todos conocemos.
Pues bien, en este caso que yo estoy explicando, en lo que representa mi experiencia en este pequeño espacio en el tiempo, de segundos, pero inundado por Dios, en esas palabras que coinciden con lo que nos dice en su Palabra Revelada, en esa toma de Dios de mi ser, ha ocurrido que, en ese momento, me he sentido como si El hubiera dedicado tiempo y lógica para explicarme cada una de esas cosas que me han sucedido a lo largo de mi vida y que no he tenido explicación coherente alguna...y de pronto en esos segundos...¡todo queda aclarado como si me lo hubieran explicado y hubiera dicho a cada situación: "Ahora lo comprendo"!
Me agarro como puedo a ese sentir a esa experiencia, quiero que dure para siempre, quiero que no solo me de paz respecto a mi pasado, quiero que me haga igual de fuerte para lo que venga...pero se que no, que el futuro tiene sus pruebas y que esto ha sido una tremenda señal en mi corazón, para que junto a Su palabra y la experiencia diaria con Su Espíritu, pueda fortalecerme, como dice la Palabra, "en el Señor y en el poder de su fuerza" Efesios 6:10...Pero ¡bendita señal, bendita experiencia...bendito empujón en la dura subida del camino a la montaña de la gloria!
Si hermanos y hermanas: "Todo, todo, ayuda a bien" no son palabras bellas, son verdad y vida.
No lo estaba buscando (otras veces si) no pensaba en ello (otras veces si) solo la gracia de Dios descendió cuando El quiso y me bendijo. ¡Al Eterno sea la Gloria por los siglos de los siglos. Amén!
EL VIVE.
No hay comentarios:
Publicar un comentario