lunes, 10 de marzo de 2014

SABER Y HACER

           Santiago 4:17  y al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado.  
   Vaya, aquí, en este texto de arriba, nos están tocando la zona sensible...¿o quizás no?
    Por supuesto, hay muchas cosas "que sabemos" y que no debemos hacer. ¿por qué? porque son cosas que no corresponden a la forma de vivir de un hijo de Dios.
    Al otro extremo encontramos que hay muchas cosas que sabemos que son las correctas y que no hacemos debido a nuestra debilidad y deseo. Debilidad, todos los que nos hemos acercado a Dios y hemos sido diligentes en saber sus principios, revelados en Su Palabra, la Biblia, de forma adecuada y correcta, sabemos qué es lo que Dios nos dice que seamos y hagamos. Pero...¿lo hacemos?
    Cuando yo me dedico a escudriñar mi vida, me llevo muchas sorpresas, pues me doy cuenta que sé mucho mas de lo que hago. ¡Que Dios me perdone y nos perdone!
    Cada vez estoy mas convencido que esta extraña y forma doble de vivir, por una parte, saber lo que es correcto y la práctica, no hacer lo correcto, representa un serio problema, en primer lugar para nosotros como cristianos, en segundo lugar en nuestra vida de iglesia, en tercer lugar en nuestro testimonio, mediante nuestro vivir diario o nuestro decir diario.
    Me siento, una vez mas, llevado por el Espíritu para hacer un examen de mi vida, a los ojos de Dios, ese Dios que se manifestó en carne para salvarme. Se lo debo, si me entendéis en lo que quiero decir con esto.
    De pronto, cuando digo que soy hijo de Dios, mi voz me tiembla, creo que es una señal para que vaya ante el Trono de Dios y reconozca mi discrepancia, creo que es una llamada para que vaya ante mis hermanos en Cristo, hijos de Dios como yo, a pesar de sus también defectos, y les diga PERDÓNAME YO SOY TAMBIÉN PECADOR.
   El Espíritu nos lleva inevitablemente a nuestras verdaderas necesidades. Podemos simular otra cosa, incluso en el ambiente espiritual, pero el Espíritu que es VERDAD, nos redireccionará a aquello que verdaderamente representa un vacío en nuestra vida y que solo, nuestro reconocimiento de ello, y nuestra entrega, a pesar de que en ello nos vaya nuestro orgullo y nuestra percepción, y tengamos que rendirnos , a nuestro pesar y a pesar de que creamos que tenemos nuestra razón, al ejemplo de Cristo que murió, no porque nosotros tuviéramos la razón,  precisamente por todo lo contrario. ¡Buffff que duro pero qué necesario¡
   Cada vez que tratamos de ser inadecuadamente, debemos acercarnos a la cruz. Allí nos damos cuenta que no somos nada, unos y otros. Pero ¡cuidado! no miremos a los otros pues la cruz señala, en primer lugar a nosotros mismos. ¡Que Dios nos dé comprensión espiritual profunda de esto!
   Cuando en esta maravilla de la verdad, me acerco a ella, hay una verdadera lucha en mí...¿porque se pero no hago? Eludir esta pregunta o escaparnos a ella puede representar la evidencia de lo que hay fuertemente arraigado en mi corazón sea como sea. Si nos rendimos...el beneficio de los dispuesto por Dios mismo, lo contrario...estar a "mi aire"a mis decisiones al margen de Dios...¡Evaluemos!
   A mi humilde entendimiento, Dios nos está invitando y llamando a una personal, a una individual reflexión, sin mirar a otros, de nuestros SABER y HACER, en todos los aspectos de nuestra vida.
  ¿me basta con el saber, o incorporo a mi evaluación el hacer?
  No soy yo - excepto para mi mismo - sino nuestro propio Padre quien quiere evaluarnos, primero con lo ya revelad: Su Palabra, y después con nuestra sumisión a El.
   ¡Ruego que Dios me ayude a mi y a vosotros en esta evaluación fundamental para la prosperidad en la vida espiritual. siempre...¡A El sea la Gloria! ¡¡¡Bendiciones!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario