sábado, 4 de abril de 2020

EL TIEMPO FINAL


En tu mano están mis tiempos;  "Salmos 31:15 RV1960" 
Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; "1 Tesalonicenses 5:2 RV1960"
La Palabra de Dios, habla del final de los tiempos cuyos acontecimientos son interpretados desde diferentes escuelas teológicas, donde para unos hay procesos como ya ocurridos  y otros que todavía tienen que ocurrir, y para otros es todo futuro. Otros ni uno ni lo otro.

En cada situación excepcional de peligro se agudizan nuevamente estas interpretaciones y aparecen, sobre todo si los peligros son amenazantes a nuestro entorno. Quizás si están lejos, no les damos tanta importancia. Cuando nos tocan de cerca, entonces pensamos de otra manera y nos preocupamos de otra forma.

En el caso que ahora nos ocupa, es una pandemia mundial. Los signos son alarmantes en casi todos los países. La amenaza es que tiende a agravarse exponencialmente. Los gobiernos luchan por intentar frenar su expansión. Las formas de prevención varían muy poco de un país a otro. Esto es porque, dicen, se conocen muchas características de la actuación de este enemigo común.

Los resultados son diferentes, en diferentes países. Pero, como decía anteriormente la situación nos lleva a pensar en el posible fin de los tiempos; en el posible fin del mundo. Y por ello hemos escuchado, escuchamos y escucharemos muchas versiones de lo que puede acontecer. El miedo se apodera de muchos.

No voy a aportar mucho sobre la interpretación de ese tiempo. No es ahora el tiempo. Pero sí, voy a hablar del Tiempo Final. Tiempo final desde una perspectiva auténtica. Creo que debemos ser siempre prácticos. Esto por encima de los pronósticos y vaticinios. Debemos centrarnos en lo que es importante. Importante para nosotros y para los nuestros.

EL TIEMPO FINAL A CAUSA DEL VIRUS  DEL PASADO

Este virus ha ocasionado mucha mortandad. Muchas personas, si no hubiera sido por este virus todavía vivirían. Pero ya no viven. Murieron de forma directa o indirecta a causa del virus. Cualquier solución de ahora en adelante, a ellos no les servirá. Para ellos el TIEMPO FINAL ya fue. No hay vuelta atrás. Ya ocurrió. Ha finalizado su vida en este mundo. Hay dolor en aquellos que los amaban. Hay lágrimas. Hay desasosiego. Pero todo esto no hará que cambie la situación. Para los que se han ido, ha sido el TIEMPO FINAL.

EL TIEMPO FINAL A CAUSA DEL VIRUS DEL PRESENTE

Con expectativas, todos escuchamos las noticias sobre la evolución de la pandemia. Deseamos escuchar buenas noticias. Deseamos oír que se ha encontrado un medicamento, una vacuna. Deseamos oír que los contagiados son menos que antes. Tenemos deseos digan que hay menos muertos que el día anterior; no más muertos menos. El deseo de sobrevivir está presente en todos. Nadie en su sano juicio quiere morir. Pero la gran realidad es que mientras hay alguien que muere hay TIEMPO FINAL para él o para ella. Igual que los que murieron en el pasado. No hay retroceso. Ocurrió ya. Humanamente no hay otra solución. Para estos también ha sido hoy el TIEMPO FINAL.

EL TIEMPO FINAL A CAUSA DEL VIRUS DEL FUTURO

Decía, que estamos deseando que nos digan que hay una solución. Que mañana ya no podrá amenazarnos el virus. Que ya no podrá dañarnos. Irrumpiríamos en alegría. Sería una gran fiesta. Volveríamos a la calle. Podríamos saludarnos, abrazarnos, vivir. El miedo al virus ya no sería necesario. El virus ha sido vencido. No hay que preocuparse, volvamos a la vida. En el momento que escribo esto, esta parte de la solución, está lejana. Lo dicen los entendidos, los que trabajan para atajar cualquier tipo de amenaza vírica o bacteriológica. Ellos trabajan en esto. Pero, a pesar del esfuerzo. A pesar del duro trabajo. Las perspectivas de solución son lejanas. Todos estamos amenazados todavía. El TIEMPO FINAL puede llegarnos a cualquiera, por el virus.

El entendimiento del libro del Apocalipsis, en relación al fin del mundo, al TIEMPO FINAL, ya no tiene significado para todos aquellos que, a causa del virus, han muerto, mueran o morirán/moriremos. No importa si nuestra interpretación de los tiempos es correcta o no. Para ellos esto ya no tiene sentido. Se han ido. Han partido en un viaje que todos tendremos que hacer tarde o temprano, salvo los que en el momento de la segunda Venida del Señor, estén/estemos vivos, esperándole.
…esperando la manifestación de nuestro Señor Jesucristo; "1 Corintios 1:7 RV1960"
EL TIEMPO FINAL ¡TODOS ESTAMOS EXPUESTOS A ELLO!  

El virus ha hecho que nos demos cuenta de nuestra fragilidad. Los mayores tenemos más probabilidades de mortalidad en los efectos de este bichito. Pero estamos escuchando también de mucho más jóvenes. Un bebé de seis meses falleció por el virus. En menor número, pero hay fallecidos que no son viejos. Ellos quizás pensaron que no les afectaría por su edad. La “lotería” del mal les tocó. En este caso todos llevamos números de esa lotería. No sabemos si tocará el nuestro. El de nuestros hijos e hijas. El de nuestros nietos o nietas. El de seres queridos, amigos y conocidos. El de desconocidos que también son seres humanos. No sabemos si el TIEMPO FINAL nos llegará al margen de nuestra edad.

EL TIEMPO FINAL…EN TODO TIEMPO

La fragilidad de la vida es evidente. El virus nos lo ha recordado. Pero el agente que nos lleva a nuestro particular TIEMPO FINAL, tiene muchas formas. Accidentes. Desastres humanos o naturales. Enfermedades. Longevidad. En todo tiempo pasado estas y otras cosas han sido el TIEMPO FINAL de muchos. Lo sigue siendo. Lo será. De pronto nos sorprende, no estábamos preparados tampoco. Pero aparece y con menor o mayor plazo ocurre. Ha ocurrido, ocurre, ocurrirá a todos el TIEMPO FINAL.

EL CONOCIMIENTO DEL TIEMPO FINAL

A muchos les encanta tratar de averiguar lo que la Biblia denomina “tiempos y señales”. Entender la simbología del futuro siempre ha tenido muchos adeptos. La preocupación por el futuro, por el más allá. Esto nos hace diferentes a los demás seres vivos en este planeta. Dentro de cada uno de nosotros hay una marca de eternidad. Podemos negarlo, pero ahí está, es parte de nuestra naturaleza. 

Ciertamente ha habido muchos avances en el conocimiento del mundo. Incluso de nuestra existencia. Pero el futuro sigue siendo un dilema. Hay muchas hipótesis. Cada una de estas hipótesis tiene sus adeptos que las refuerzan. Pero sigue siendo un terreno desconocido. Casi todo nuestra búsqueda está relacionada con el “cuándo” de nuestro TIEMPO FINAL, el “cómo” y el “después”.

EL TIEMPO FINAL, NO DESEADO

Nadie en su sano juicio quiere morir. Si es posible, evitamos la muerte. Como toreros tratamos de capear a la muerte. Los avances de la ciencia, han evitado que muramos muchos. Sea por enfermedades, por mala nutrición o falta de cuidados. Muchos vivimos de prestado. Sí la ciencia nos ha prestado una ayuda, un tiempo más. Pero la inmortalidad no ha sido encontrada en el laboratorio. Se ha buscado, se busca, se buscará. Pero en el laboratorio no se encuentra. Existe, pero no en manos humanas. Tenemos la inmortalidad en nuestro pensamiento. En nuestra identidad está. Pero no a nuestro alcance exclusivamente humano. Nadie, en su sano juicio, desea EL TIEMPO FINAL.

EL TIEMPO FINAL, ¡SEA!

Cuando se habla de muerte, a veces se habla de final. Se acabó. Ya no hay nada más. El nada más no lo deseamos porque existimos. No queremos dejar de existir. Por eso para poder aceptar el TIEMPO FINAL, hay que tener esperanza. Pero ¿dónde encontramos la esperanza?. Se habla del final porque nadie ha vuelto de la muerte, nadie ha vuelto del TIEMPO FINAL ¿nadie?..  Algunos, yo mismo, creemos que hay alguien que sí ha vuelto de la muerte, JESUCRISTO. Él resucitó. Pero antes de volver a Su lugar, se hizo ver ante muchos testigos. Lo vieron. Lo tocaron. Nos lo contaron. Y JESUCRISTO ha abierto EL CAMINO que nos lleva del TIEMPO FINAL a la vida Eterna. De esta manera, quien cree esto dice… ¡Sea!
Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. "Filipenses 1:21-22 RV1960"


EL TIEMPO FINAL ESCATOLÓGICO

Uno puede estar más o menos interesado en el TIEMPO FINAL ESCATOLÓGICO. Es decir, los cuando del fin del mundo. Pero creo que es más importante saber dónde estaré o donde iré cuando esto ocurra. Por ello es bueno atender a Jesucristo. Él ha vuelto de donde nadie ha podido volver. Él es el testigo necesario a quien debemos hacer caso. No solo porque vino a este mundo. Sobre todo porque resucitó. Y debemos saber si solo resucitó para sí mismo o había un plan mayor sobre el TIEMPO DEL FIN de cada uno de nosotros.

EL TIEMPO FINAL, PUERTA A LA ETERNIDAD

El mensaje de Jesucristo, qué digo, el mensaje de Dios, desde la Creación del mundo y sobre todo, desde la Caída es claro. Hay  vida eterna. El tiempo del fin solo es la puerta que nos lleva a la eternidad. El asunto es que esta eternidad decidimos dónde la pasaremos aquí. Los que creen en Jesucristo irán con Él. Los que no creen irán con el diablo. La vida aquí puede ser un infierno. Todos pasamos momentos “infernales”. Algunos su infierno aquí es de un calor insoportable. Pero todo esto no es comparable con el verdadero INFIERNO.  Pero no hay ninguna necesidad de acabar ahí. Jesucristo ES EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA. Podemos decir que Jesucristo es el CAMINO que nos lleva a la VERDAD y ésta, nos lleva a LA VIDA ETERNA. En este caso EL TIEMPO FINAL, no asusta.

MI/TU TIEMPO FINAL

En estos momentos donde estamos en pandemia. Cuando cada uno vemos nuestra fragilidad. Vemos el esfuerzo arriesgado de sanitarios, policía, militares, repartidores, y muchos más, que están haciendo su trabajo. Mi trabajo, como pastor es mostrarte el más allá del TIEMPO FINAL.  Es un tiempo de recordar que YO, que TÚ, vamos, antes o después a él. Yo he escogido que en MI TIEMPO FINAL, el CAMINO  sea Jesucristo, que MI VIDA, sea Jesucristo, y que Él sea mi acompañante a LA VIDA ETERNA. El amor de Dios, la obra de Jesucristo, me impulsa a decirte que te unas a Jesucristo para que podamos ir, cuando nos toque el TIEMPO FINAL, a la ETERNIDAD CON ÉL.

Una lectura para ti…
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. "Juan 3:16-18 RV1960"
Mi oración:
Padre nuestro que estás en el cielo, te ruego que quien lea esto, tu Espíritu Santo le ayude a entender y a tomar una decisión adecuada para seguir, no una religión, sino a Jesucristo como Salvador y Señor de su vida a la de sus seres queridos. Lo pido Padre, en el Nombre de Jesucristo. Amén.









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