viernes, 25 de septiembre de 2020

El Señor es...MI PASTOR

 



…MI PASTOR...

El Salmo 23, ha sido siempre el destino de muchos creyentes, su refugio, su esperanza, su…todo. Ha sido leído, recitado, orado, confesado, expresado, millones de veces.

El versículo primero establece a Dios como un pastor, no UN pastor, más bien EL pastor, pero no EL pastor solamente, sobre todo MI pastor.

Su recitación es una oración, una confesión, una entrega a Dios. Representa la consideración propia, llegando a la conclusión que necesito depender de Él.

El escritor, salmista del mismo, fue David, quien fue pastor de joven, donde comenzó a tener conocimiento y experiencias personales en una relación con Dios íntima, donde aprendió qién era realmente Dios.

Es importante conocer toda la doctrina de Dios. Pero sobre todo hay que conocer a Dios. Esto se consigue mediante Su Palabra y mediante una relación continuada con El, de la forma que Su Palabra nos enseña.

David, conocía a Dios. Por ello el salmo 23 representa en el símil del pastoreado humano, una realidad de la relación de Dios mismo, como pastor, con David.

Cuando David dice MI pastor, expresa un sentido de confianza y dependencia absolutos, a pesar y a causa de su consciente debilidad. Expresa no un derecho de apropiación de él, más bien de una necesidad de ser propiedad de Dios y rendirse a su cuidado.

Pero, ¿qué quería decir David, con “Jehova es mi pastor”?  ¿Es posible que su expresión sencilla, esconda entrañables extensiones, relacionadas con el “pastoreo” de Dios, y que él conocía como pastor de ovejas que fue?

Me voy a atrever a introducirme en el corazón de David, para que me lleve al corazón de Dios y, descubrir por qué sencillamente él decía ES MI PASTOR, y no se extendía más allá, entendiendo que era suficiente.

Creo que estamos en un preciso momento de la Historia, en el que la humanidad necesita un PASTOR, a la manera que el salmista y rey David, lo presenta. Pero más todavía, estamos en un momento de la Historia donde cada creyente debeMOS establecer a Dios como SU/MI PASTOR, para que como David, a pesar de todo podamos cumplir su voluntad, individualmente y en la iglesia de la que Él, es la cabeza.

Por tanto usaré el término “Pastor” como sustantivo e iré hablando de los adjetivos que surgen de esta especialidad de Dios, y en concreto, del Señor Jesucristo, como vemos ya en el Nuevo Testamento, testificado por El mismo.

 

Jua 10:1-16

 

(1)  De cierto, de cierto os digo: El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que sube por otra parte, ése es ladrón y salteador.

 

(2)  Mas el que entra por la puerta, el pastor de las ovejas es.

 

(3)  A éste abre el portero, y las ovejas oyen su voz; y a sus ovejas llama por nombre, y las saca.

 

(4)  Y cuando ha sacado fuera todas las propias, va delante de ellas; y las ovejas le siguen, porque conocen su voz.

 

(5)  Mas al extraño no seguirán, sino huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños.

 

(6)  Esta alegoría les dijo Jesús; pero ellos no entendieron qué era lo que les decía.

 

(7)  Volvió, pues, Jesús a decirles: De cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.

 

(8)  Todos los que antes de mí vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas.

 

(9)  Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.

 

(10)  El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.

 

(11)  Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

 

(12)  Mas el asalariado, y que no es el pastor, de quien no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata las ovejas y las dispersa.

 

(13)  Así que el asalariado huye, porque es asalariado, y no le importan las ovejas.

 

(14)  Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen,

 

(15)  así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

 

(16)  También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.

 

 SERIE “MI PASTOR I” CONTINUARÁ…

 

 

 

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