LO TEMPORAL...LO ETERNO

   Sal 90:12 Enséñanos a contar bien nuestros días, para que nuestro corazón adquiera sabiduría.

Vivimos en un mundo que, por lo general, está basado en "el aquí" en la vida en la tierra.  Es cierto que hay profundas reflexiones sobre la existencia humana, la brevedad de la vida, lo corto de la existencia humana incluso en los mas viejos...pero no resulta suficiente, estamos apegados a esta vida de forma equivocada.
   Por supuesto no se trata de despreciar la vida, sino tratar de encontrar ese difícil equilibrio de la verdad.
   La verdad, lo creamos ó no es Jesucristo (Yo soy...la verdad...Juan 14:6)
   La vida es una asignación temporal, con un propósito muy concreto general y unos propósitos para cada vida en particular.
   Esta vida temporal no es definitiva, es transitoria hacia la verdadera vida la vida eterna.
   Incluso los cristianos que leemos y oímos constantemente sobre esta forma de pensar, estamos tan aferrados a esta vida que nos molesta perderla.
   Entendámoslo, una cosa es que algo que no sea la voluntad de Dios quiera quitarnos la vida y otra cosa que Dios nos quite esta brevedad de vida para darnos vida eterna. Debemos aprender a pensar en términos de eternidad y eternidad con Jesucristo, en una forma de vida inimaginable para nosotros ahora, pero tan real como esta vida.
   Si tu has creído en Jesucristo como Tu Salvador,  estás cumpliendo el propósito general de la vida, y si vives según Su Palabra, y de acuerdo a Su voluntad, estás cumpliendo con el propósito particular de Dios para tu vida ahora. Pero hay un propósito superior y es la vida eterna, donde se nos asignarán los propósitos de Dios.
    Creo que cuando Dios nos dice que "  Y sabemos que los que aman Dios, todas las cosas les, esto es, os que conforme su propósito son llamados. Rom 8:28, su propósito absoluto está, principalmente, en la vida eterna, no solo en lo pasajero de esta vida. El superpone la vida eterna como el supremo propósito, sobre lo breve, lo temporal.

   Por eso, el Espíritu Santo produce en nosotros un anhelo por su venida y nuestro estar con El.