martes, 19 de abril de 2011

¿QUIEN HA TOCADO MIS VESTIDOS?

   Cualquiera puede estar en medio de una gran multitud, puede estar lleno de problemas, de angustia, de tristeza, preocupación, dolor...y salvo que estés llorando nadie lo nota, y si lo nota nadie dice nada, quizás piense...¿que le pasa a este? si lloras en público, puede que hasta haya algunos que les moleste..."por qué llora este...no se guardará esto para su casa".
   Cada uno tiene sus problemas, y seguramente muchos, sí muchos, pareciera que la vida misma se especializara en producir problemas de diferente índole, aun sin buscarlos...¡ahí están!.
   Encontré esta reflexión poética salida del  corazón de una persona llamada "Isabella" y la tomé para ilustrar lo que digo, una persona como cualquiera, pero que expresa bellamente, pero con impresionante dolor el dolor en la vida...
  
¿¡¡¡¡**** Porqué me duele tanto la vida ****!!!!?
Te busco en el aliento

del fresco viento

te llamo en el eco

de la voz en la montaña,

cierro mis ojos

para que no escapen

las lágrimas...

¡Cómo me duele, esta vida!

no estás...

Abrazo mis fantasmas

noctámbulos, espero...

no estás...

Mi corazón es

un constante silicio

me sumerjo en mi angustia

de no tenerte,

¿Sabes?, los sueños no bastan

me atormenta la nostalgia

y te siento ausente.

Eres como el sol

brillas para mí,

pero...

no te puedo alcanzar.

¡Me duele la vida!

¡Quisiera explotar!

¡Me haces tanta falta!

Dueño de mis sueños,

acreedor de mis bienes

venerado de mi esencia,

productor de mis deseos...

Vida de mi vida

dime ...

¿Porqué, me duele tanto...

Esta vida?

Isabella
  Había una señora que desde hacía 12 años padecía un flujo de sangre. Había gastado todo su dinero en médicos, pero ninguno había podido curarla.
  Llegó a sus oídos que alguien con unas características poco comunes estaba en la ciudad y estableció un plan. Ir a verle para ver si podía hacer algo por ella.
  Cuando llegó se quedó sorprendida, el personaje estaba rodeado de multitudes, tantas que casi no podía moverse...¿se frustraría su plan...?
  No. Ella no se desanimó, allí había una gran multitud, ella se acercó atreviéndose a tratar de pasar entre la multitud. Había oído lo suficiente de esta persona para creer que era diferente, que era alguien que podía con su problema.
  Comenzó a abrirse paso, no era muy fuerte, pero tenía la fuerza de la convicción, de la fe. Avanzaba un poco y en un momento retrasaba otro poco, pero ella persistió, muchos se sentía molestos de su importunidad ¡Eh, yo estoy primero! .
  No se desanimó, pensó "¡Si solo logro tocar el borde de su vestido, me sanaré...!"
¡Y lo logró!
Y pasó, pasó que su dolor, su preocupación, su angustia, su problema...¡quedó solucionado!
La persona a quien tocó: Jesucristo.
Ella quedó sana.
Pero lo curioso es que en medio de tanta gente que "apretaba" y "tocaba" a Jesucristo EL SINTIÓ QUE ALGUIEN LO ESTABA TOCANDO DE FORMA DIFERENTE.
El puede notar nuestros problemas en medio de la multitud, el puede sentirnos y, si como ocurrió con esta señora, nos acercamos con fe, el nos ayuda.
Y él le dijo: "Hija, tu fe te ha hecho salva; ve en paz, y queda sana de tu azote."
Mi querido Jesucristo, la vida me duele...¡déjame que toque tu vestido y seré sano!

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