Como mujer que
eres, es indudable que ya te percataste de la gran diferencia sexual que existe entre los
hombres y las mujeres.
Heather está tratando
de comprender esto: «Estoy comenzando a ser más comprensiva y sensible
en cuanto a los sentimientos de mi esposo, dijo ella “Los hombres siempre
tienen ganas”.
Andrea comentó: «A través de los años he aprendido a reconocer
las señales físicas de mi esposo y, por
lo general, aunque este
cansada o no me sienta
bien, aprecio sus
necesidades sexuales y trato de
hacer mi parte para satisfacerlo. Aunque debo admitir que en ocasiones he sentido
cierto resentimiento y me pregunto por qué razón mis necesidades emocionales no
fueron tan importantes como sus necesidades físicas. En repetidas ocasiones le
he dicho cuáles son mis necesidades para la intimidad, con el propósito de
satisfacerlo mejor y no sentir que solo soy un objeto para su
placer físico. Aunque por
muchas razones mi esposo es un hombre maravilloso, todavía
falla en este aspecto, “Y a menudo tengo que recordárselo».
Andrea se sintió animada con el tema y coment6 lo siguiente:
«En cierta ocasi6n Ann Landers publico una serie de
historias de mujeres a quienes
les había dejado de
importar la relación sexual. Mi esposo me pregunt6 que
pensaba al respecto. Con sinceridad
le dije que a veces podía entender
cuáles eran las motivaciones de estas mujeres. Me mir6
sorprendido, pero continué diciendo que podía entender por qué despreciaban el
acto sexual, si es que sus esposos nunca
hicieron nada por complacerlas, y
solamente se concentraron en buscar
su propia satisfacción».
Con frecuencia podría ser difícil para las esposas no sentir repulsión
ante la tendencia masculina de
obtener satisfacci6n sexual a través de los ojos.
Rhonda dijo: «Cuando escuche por primera vez c6mo eran los
hombres, todo me pareci6 salvaje y diferente
a cualquier cosa que pudiera imaginar. Creerlo me fue muy difícil y
a veces me preguntaba si los hombres
no estarían inventando
tales cosas. Pero luego de aceptar
las diferencias, ahora puedo decir que
tengo una buena actitud al respecto-.
De manera similar, Cathy
expresó lo siguiente:
«Entender que sus deseos tienen
una base fisiol6gica me ha ayudado a ser
más sensible a una necesidad muy
verdadera. Yo solía pensar
que Victoria's Secret [Los secretos de Victoria] era una tienda para mujeres baratas. Mi esposo me
ayudó a entender que usar ropa íntima
erótica» era muy
positivo en nuestra
relaci6n.
Pienso que las mujeres cristianas deben sentirse más libres
para usar todo lo que excite a sus
esposos».
AI mismo tiempo, las mujeres deben tener cuidado de cómo puede
su apariencia excitar a otros hombres. La Biblia exhorta a las mujeres
a vestir modestamente (l
Timoteo 2:9), pero son muchas las
que tienden a tomar con ligereza tales pasajes. AI ir de compras, algunas mujeres van en busca
de algo
atractivo-, cuando en realidad lo que
quieren decir es «algo provocativo».
Compran el suéter que
acentúa sus pechos y el traje corto que acentúa su curvilínea figura. Y aunque
estos cumplan su cometido con los esposos, ~que del resto de los hombres que
conoce?
«No creo que la mayoría de las mujeres sean conscientes de lo
que otros hombres están pensando», dijo Cathy. «Ahora que conozco cuan
intensas son las tentaciones
que mi esposo y otros
hombres enfrentan, tengo más cuidado con la manera de vestirme».
Con relaci6n a
tu propio esposo,
comprender el ciclo de setenta y
dos horas, te puede ayudar a mantenerlo satisfecho. Ellen di]o: «su pureza es extremadamente importante para mí, por lo
tanto, procuro satisfacer sus
necesidades para que cada día salga con
su copa llena. Durante los primeros años de matrimonio, con todas las energías
que invertía en la crianza de los hijos y el ciclo mensual, me era mucho más difícil hacerlo. No hubo muchos "momentos ideales"
en que todo fuera perfecto.
Pero así es la vida, y de todas formas 10hacia». Así que, hay fugar para un «rapidito».
Mientras que una larga
dieta de relaci6n sexual al instante no es saludable,
ciertamente ocupa un lugar importante a la hora de desarmar el poder del ciclo de tentaci6n de
setenta y dos horas. A veces, simplemente careces
del tiempo o las energías para
disfrutar del paquete
completo, pero si a ti te importa la pureza de tu esposo, puedes encontrar
suficientes energías para ayudarlo.
En términos de la ropa que usas mientras estás en tu casa, no
olvides que su ignici6n es visual. Puedes hacer que su motor se encienda solo con cambiarte de blusa en su
presencia. Como dijo Ellen: «i Para el beneficio
de mi esposo procuro no desvestirme frente a él, a menos que yo esté lista para
la acción»
Cuando quieras que tu esposo vea películas románticas contigo,
se sensible respecto a cómo las películas con fuertes escenas de amor lo expondrán a la sensualidad visual. Déjale espacio para decir no, por
beneficio a su integridad sexual. (Y evita aquellas que comprometen tu propia
integridad sexual.)
Finalmente, mientras luchas con tus emociones para entender
plenamente el «problema» de tu esposo y su
efecto sobre tu matrimonio, debes reconocer que el pecado de la comparación es algo tan dañino para tu matrimonio como el
pecado sexual.
Las cosas sensuales
que los hombres miran, pueden hacerlos sentir
menos satisfechos con sus esposas.
De igual manera,
cuando las mujeres tienen una fantasía sobre el esposo perfecto, esto puede hacerlas sentir menos satisfechas
con el compañero que Dios les ha dado.
Las mujeres son susceptibles a esto en diferentes maneras.
Algunas caen en la
trampa cuando comparan
a sus esposos
«pasaditos de peso», con el
tipazo que un día conocieron en la universidad. Para otras, la insatisfacción
brota al sonar despiertas con una aventura amorosa en una isla
lejana, o al leer una novela romántica
y responder a ella con sentimientos de «si tan solo», que solamente llevan a la
insatisfacción.
Andrea acepto que
para ella sería
una caída potencial
y enorme «comenzar a tener fantasías sobre el "esposo
perfecto"; especialmente durante épocas difíciles dentro del
matrimonio.
Esto me hace sentir insatisfecha con él y comienzo a desear
de él mucho más de lo que debo-.
Frances admitió que las mujeres «podemos quedarnos cortas
con nuestros pensamientos. Comparamos a nuestros esposos con los esposos
de otras mujeres, pero no necesariamente
en eI aspecto físico o sexual. Lo hacemos espiritualmente, estableciendo
comparaciones con aquellos que son mejores lideres espirituales, o simplemente más espirituales en términos generales. También
comparamos nuestras vidas
con las vidas
de otras mujeres, como por ejemplo, quien tiene una vida más fácil, y
quien tiene y no tiene que trabajar fuera del hogar. Esto también podría ser causa de Insatisfacción
para nuestros esposos».
TOMADO DEL LIBRO “LA BATALLA DE CADA HOMBRE” Stephen
Arterburn & Fred Stoeker – Editorial Unilit
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