martes, 29 de enero de 2013

Del Corazón de una mujer



Como  mujer que eres,  es indudable que ya te  percataste de la  gran diferencia sexual que existe entre los hombres y las mujeres.
Heather  está tratando de  comprender esto:  «Estoy comenzando a ser más comprensiva y sensible en cuanto a los sentimientos de mi esposo, dijo ella “Los hombres siempre tienen ganas”.
Andrea comentó: «A través de los años he aprendido a reconocer las señales físicas de mi esposo y,  por lo  general,  aunque este  cansada  o no me  sienta  bien,  aprecio  sus  necesidades  sexuales y trato de hacer mi parte para satisfacerlo. Aunque debo admitir que en ocasiones he sentido cierto resentimiento y me pregunto por qué razón mis necesidades emocionales no fueron tan importantes como sus necesidades físicas. En repetidas ocasiones le he dicho cuáles son mis necesidades para la intimidad, con el propósito de satisfacerlo mejor y no sentir que solo soy un objeto  para su  placer físico. Aunque por  muchas  razones  mi esposo es un hombre maravilloso, todavía falla en este aspecto, “Y a menudo tengo que recordárselo».
Andrea se sintió animada con el tema y coment6 lo siguiente:
«En cierta ocasi6n Ann Landers publico una serie de historias de mujeres  a  quienes  les había  dejado  de  importar  la  relación sexual. Mi esposo me  pregunt6 que  pensaba al respecto. Con sinceridad  le dije que a veces  podía  entender  cuáles  eran  las motivaciones de estas mujeres. Me mir6 sorprendido, pero continué diciendo que podía entender por qué despreciaban el acto  sexual, si es que sus esposos nunca hicieron  nada por complacerlas, y solamente se  concentraron en buscar su  propia satisfacción».
Con frecuencia podría ser difícil para las  esposas no sentir  repulsión  ante la tendencia masculina de  obtener satisfacci6n sexual a través de los ojos.
Rhonda dijo: «Cuando escuche por primera vez c6mo  eran los  hombres,  todo me  pareci6 salvaje y  diferente  a  cualquier cosa que  pudiera imaginar. Creerlo me fue muy difícil y a veces me  preguntaba si los  hombres  no  estarían  inventando  tales  cosas. Pero luego de aceptar las diferencias,  ahora puedo decir que tengo una buena actitud al respecto-.
De manera similar, Cathy  expresó  lo  siguiente:  «Entender  que sus deseos tienen una base fisiol6gica me ha ayudado a ser  más sensible a  una necesidad muy verdadera. Yo  solía  pensar  que  Victoria's Secret  [Los secretos de Victoria] era  una tienda para mujeres baratas. Mi esposo me ayudó a entender que usar  ropa  íntima  erótica»  era  muy  positivo  en  nuestra  relaci6n.
Pienso que las mujeres cristianas deben sentirse más libres para usar todo lo  que excite a sus esposos».
AI mismo tiempo, las mujeres deben tener cuidado de cómo puede su apariencia excitar a otros hombres. La Biblia exhorta a las  mujeres  a vestir  modestamente  (l  Timoteo 2:9), pero  son muchas las que tienden a tomar con ligereza tales pasajes. AI  ir de compras, algunas mujeres van en busca de  algo  atractivo-, cuando en realidad lo que  quieren decir es «algo provocativo».
Compran el suéter que  acentúa sus pechos y el traje corto que acentúa su curvilínea figura. Y aunque estos cumplan su cometido con los esposos, ~que del resto de los hombres que conoce?
«No creo que la mayoría de las mujeres sean conscientes de lo que otros hombres están pensando», dijo Cathy. «Ahora que conozco  cuan  intensas son  las  tentaciones  que mi  esposo  y  otros hombres enfrentan, tengo más cuidado con la manera de vestirme».
Con relaci6n  a tu  propio  esposo,  comprender  el ciclo de setenta y dos  horas,  te puede ayudar a mantenerlo satisfecho.  Ellen di]o: «su pureza es  extremadamente importante para mí, por lo tanto,  procuro satisfacer sus necesidades para que  cada día salga con su copa llena. Durante los primeros años de matrimonio, con todas las energías que invertía en la crianza de los hijos y el ciclo mensual, me era  mucho más difícil hacerlo.  No hubo muchos "momentos ideales" en que todo fuera perfecto.
Pero así es la vida, y de todas formas 10hacia».  Así que, hay fugar para un «rapidito». Mientras que una larga
dieta de relaci6n sexual al instante no es saludable, ciertamente  ocupa un  lugar importante a la hora de  desarmar el poder del ciclo de tentaci6n de setenta y dos horas.  A veces, simplemente  careces  del tiempo  o las  energías  para  disfrutar  del  paquete  completo, pero si a ti te importa la pureza de tu esposo, puedes encontrar suficientes energías para ayudarlo.
En términos de la ropa que usas mientras estás en tu casa, no olvides que su ignici6n es visual. Puedes hacer que su motor  se encienda solo con cambiarte de blusa en su presencia. Como  dijo Ellen: «i Para el beneficio de mi esposo procuro no desvestirme frente a él, a menos que yo esté lista para la acción»
Cuando quieras que tu esposo vea películas románticas contigo, se sensible respecto a cómo las películas con fuertes escenas de amor lo expondrán a la sensualidad visual. Déjale espacio para decir no, por beneficio a su integridad sexual. (Y evita aquellas que comprometen tu propia integridad sexual.)
Finalmente, mientras luchas con tus emociones para entender plenamente el «problema» de tu esposo y su  efecto sobre tu matrimonio, debes reconocer  que el pecado de la comparación es  algo tan dañino para tu matrimonio como el pecado sexual.
Las  cosas sensuales que los  hombres miran,  pueden hacerlos  sentir  menos satisfechos  con sus  esposas.  De  igual  manera,  cuando las mujeres tienen una fantasía sobre el esposo perfecto,  esto puede hacerlas sentir menos satisfechas con el compañero que Dios les ha dado.
Las mujeres son susceptibles a esto en  diferentes maneras.
Algunas  caen  en la  trampa  cuando  comparan  a  sus  esposos  «pasaditos de peso»,  con el tipazo que un día  conocieron en la  universidad. Para otras, la insatisfacción brota al sonar despiertas con una aventura amorosa en  una isla  lejana,  o al leer una novela romántica y responder a ella con sentimientos de «si tan solo», que solamente llevan a la insatisfacción.
Andrea  acepto  que  para  ella  sería  una  caída  potencial  y enorme «comenzar a tener fantasías sobre el "esposo perfecto"; especialmente durante épocas difíciles  dentro del  matrimonio.
Esto me hace sentir insatisfecha con él y comienzo a desear de él mucho más de lo  que debo-.
Frances admitió que las mujeres «podemos quedarnos cortas con nuestros pensamientos. Comparamos a nuestros esposos con los esposos de  otras mujeres, pero no necesariamente en eI aspecto físico o sexual. Lo hacemos espiritualmente, estableciendo comparaciones con aquellos que son mejores lideres espirituales, o  simplemente más espirituales en  términos generales.  También  comparamos  nuestras  vidas  con  las  vidas  de otras mujeres, como por ejemplo, quien tiene una vida más fácil, y quien tiene y no  tiene que  trabajar fuera del hogar. Esto  también podría ser causa de Insatisfacción para nuestros esposos».

TOMADO DEL LIBRO “LA BATALLA DE CADA HOMBRE” Stephen Arterburn & Fred Stoeker – Editorial Unilit

No hay comentarios:

Publicar un comentario