Recuerdo vivamente cuando, tras el llamado después de varias predicaciones, en una pequeña "confraternidad" que asistí, al ser tocado poderosamente por el Espíritu Santo, pase una y otra vez porque oía claramente la llamada de Dios que me decía que le necesitaba no solo para ser salvo, también para andar toda mi vida en la tierra adecuadamente.En esa especial capacidad con la que el buen Dios nos dotó a los humanos, hechos a su imagen y semejanza, hoy puedo volver una y otra vez a esos momentos tan transcendentales en mi vida, que cambiaron las metas y objetivos de mi vida.
Tengo que confesar que en ese paquete de bendiciones y experiencias mas reales que este mundo que vivimos, yo, creo, que empecé a añadir algunas que dí por sentado y que no pertenecían al perfecto plan de Dios.En esos momentos, si me hubieran hablado de pruebas y de luchas impedimentos, contrariedades, dificultades, angustias, depresiones, tristezas, traiciones, vacíos sin comprender, soledad, dolor desde un lugar que no lo había sentido hasta entonces: el alma, impedimentos, luchas, decepciones, ataques, enfermedades, persecuciones desde dentro y de afuera - lo de dentro es lo que mas duele - amenazas, mundanalidad, fallos, errores - a pesa de tener el Espíritu Santo - equivocaciones, sorpresas indeseables, dudas, pecado, y mucho, mucho mas, no me lo hubiera creído.
Estaba en ¿una nube? yo creo que mas, yo creo que estaba en el cielo.
Por algún tiempo, creía que esta experiencia con Dios era lo habitual para cada ser humano. Por eso cuando compartía con otros que se habían acercado a Dios, me extrañaba que fueran diferentes a lo que yo había vivido.
Pero Dios no trata de igual forma a todas las personas. El es excelente en su trato.
Cuando fui madurando con su ayuda, en algunos aspectos - no se por qué no en todo mi ser - comprendí por lo menos que su trato era individual y que o no cambia todo en nuestra vida de repente o incluso progresivamente se llevaba su tiempo, o nuestra resistencia impedía que Su obra se realizase.
De pronto me dí cuenta que su paciencia era por algo. Si no fuera por su paciencia...¿quién soportaría?
¿Quién lograría ser lo que El se propuso que fuéramos?
Y entonces le agradecí que fuera sí y que tuviera esa paciencia, pues de lo contrario que sería de mí.
Es curioso que el usa instrumentos de todo tipo. Su caja de herramientas es infinita.
Utiliza hasta las envidias, las murmuraciones, las maldiciones, los orgullos, las críticas, los desprecios, las arrogancias, los engaños y las mentiras, la autosuficiencia, el otorgarse conocimiento de la verdad de como se deben hacer las cosas, las luchas doctrinales, los infiltrados, los inadaptados, los contaminados, todo lo puede utilizar para bien. ¡Aleluya!
Y ¿quién tiene paciencia para esperas sus tiempos?
Creo que aquí hay uno de los grandes problemas de la iglesia, la falta de utilizar adecuadamente los frutos del espíritu. Y en segundo lugar la creencia de poder ser juez juzgando el no uso o mal uso de esos dones del espíritu, en otros,
Esto produce de nuevo esa actitud de...¡ no entiendo...Padre...! en el caso de los mas tranquilos y hasta una luchas enconada entre los que no lo son...y cada uno cree que está haciendo la voluntad de Dios, aunque haga daño a su hermano. Y esto es difícil de creer pero no imposible, pues necesitamos acercarnos a la presencia de Dios, solo allí se puede entender lo que es imposible de comprender fuera de Su presencia.
Padre ayúdanos a, cuando no entendamos, entrar en TU PRESENCIA. Amén.
" Aunque la mona se vista de seda, mona se queda" " Aunque nos vistamos de ministerios que creemos poder realizar, siendo que no hemos sido llamados, solo nos encontraremos de nuevo con lo que en realidad somos...solo hace falta esperar...
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