En estos momentos estoy medio de vacaciones medio de visitas a hermanos e iglesias que me han invitado y que están mostrando su cariño de una forma increíble. Lo necesitaba.
Me ha asombrado cuantos de vosotros sois seguidores míos en este humilde blog, y esto ha puesto una carga en mí. Pero tengo que ser sincero, no tengo una pauta concreta para escribir, pero cuando así siento y creo hacerlo, lo hago. Gracias por vuestra paciencia.
Admiro a los que diariamente pueden aportar pensamientos, estudios o lo que sea para edificar nuestra fe, pero creo que yo no me encuentro en ese selecto grupo.
No obstante traté, trato y trataré de seguir compartiendo aquello que entiendo que pueda ser de ayuda, apoyo, administración, guía, o lo que sea para vosotros, cariñosos seguidores.
Al entrar en la fe, entramos en un mundo verdaderamente profundo, esto no quiere decir que sea complicado, tiene sus áreas donde todos podemos entrar sin mucho esfuerzo.
Ahora, en estos últimos meses que me he podido dedicar mas a la profundización "per sé" he podido inmediatamente darme cuenta de la gran profundidad que Dios nos ofrece para poder sumergirnos en ella, siempre, desde luego, de su mano.
No podemos quejarnos, los aspectos de nuestro Padre, que El permite que sean accesibles a nuestra corta investigación, son, por excelencia, profundos y manifiestos, no aptos para los que prefieren quedarse a las orillas de este gran océano, y no sumergirse en las profundas y complicadas aguas del conocimiento de Dios.
Esto no quiere decir que estas profundidades estén vedadas para algunos de los creyentes en Dios. lo que quiere decir es que, por desgracia, no todos van a decidir sumergirse lo suficiente para contemplar estas maravillas de Dios, reveladas, pues sin ello hubiera sido imposible conocerlas.
Animo pues, al margen de acudir a especialistas en cada materia, a unirse a este equipo amplio de investigadores de las profundidades de Dios, advirtiendo desde ya, que la aventura no es solo encontrar, es buscar y buscar, a veces con verdaderos anacronismos y decepciones en la propia investigación, pues no está tanto el problema en lo que buscamos como en lo que queremos encontrar.
Al margen de esto, me ha sido muy útil vuestra comunión sincera y despreocupada, que me sigue animando a seguir en el camino, sabiendo que es un camino de llamados y donde, mientras tengamos vida y nos ofrezcamos, a pesar de nuestras dificultades y circunstancias, a Dios, El tiene mucho que encargarnos y solo mirará el que nuestro corazón defectuoso tenga ese ingrediente básico para el cielo: La fidelidad a El.
Quedo siempre a vuestra disposición hasta donde me sea posible llegar, y esto es una máxima que debemos entender, no solo a nivel de iglesias, también a nivel de familias, amigos, etc. pues en ocasiones pedimos a otros aquello que no han sido designados a dar, sin preguntar a Dios si está así bien o no.
Entreguémonos a su amor y el hará. Lo he creído, lo sigo creyendo y espero que en su gracia y misericordia lo crea para siempre.
Gracias.
Me ha asombrado cuantos de vosotros sois seguidores míos en este humilde blog, y esto ha puesto una carga en mí. Pero tengo que ser sincero, no tengo una pauta concreta para escribir, pero cuando así siento y creo hacerlo, lo hago. Gracias por vuestra paciencia.
Admiro a los que diariamente pueden aportar pensamientos, estudios o lo que sea para edificar nuestra fe, pero creo que yo no me encuentro en ese selecto grupo.
No obstante traté, trato y trataré de seguir compartiendo aquello que entiendo que pueda ser de ayuda, apoyo, administración, guía, o lo que sea para vosotros, cariñosos seguidores.
Al entrar en la fe, entramos en un mundo verdaderamente profundo, esto no quiere decir que sea complicado, tiene sus áreas donde todos podemos entrar sin mucho esfuerzo.
Ahora, en estos últimos meses que me he podido dedicar mas a la profundización "per sé" he podido inmediatamente darme cuenta de la gran profundidad que Dios nos ofrece para poder sumergirnos en ella, siempre, desde luego, de su mano.
No podemos quejarnos, los aspectos de nuestro Padre, que El permite que sean accesibles a nuestra corta investigación, son, por excelencia, profundos y manifiestos, no aptos para los que prefieren quedarse a las orillas de este gran océano, y no sumergirse en las profundas y complicadas aguas del conocimiento de Dios.
Esto no quiere decir que estas profundidades estén vedadas para algunos de los creyentes en Dios. lo que quiere decir es que, por desgracia, no todos van a decidir sumergirse lo suficiente para contemplar estas maravillas de Dios, reveladas, pues sin ello hubiera sido imposible conocerlas.
Animo pues, al margen de acudir a especialistas en cada materia, a unirse a este equipo amplio de investigadores de las profundidades de Dios, advirtiendo desde ya, que la aventura no es solo encontrar, es buscar y buscar, a veces con verdaderos anacronismos y decepciones en la propia investigación, pues no está tanto el problema en lo que buscamos como en lo que queremos encontrar.
Al margen de esto, me ha sido muy útil vuestra comunión sincera y despreocupada, que me sigue animando a seguir en el camino, sabiendo que es un camino de llamados y donde, mientras tengamos vida y nos ofrezcamos, a pesar de nuestras dificultades y circunstancias, a Dios, El tiene mucho que encargarnos y solo mirará el que nuestro corazón defectuoso tenga ese ingrediente básico para el cielo: La fidelidad a El.
Quedo siempre a vuestra disposición hasta donde me sea posible llegar, y esto es una máxima que debemos entender, no solo a nivel de iglesias, también a nivel de familias, amigos, etc. pues en ocasiones pedimos a otros aquello que no han sido designados a dar, sin preguntar a Dios si está así bien o no.
Entreguémonos a su amor y el hará. Lo he creído, lo sigo creyendo y espero que en su gracia y misericordia lo crea para siempre.
Gracias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario