jueves, 7 de noviembre de 2013

CUANDO ESTAMOS PERDIDOS...

   Quiero agradecer las numerosas visitas que tiene mi blog. Cuando inicie esta idea, jamás pensé llegar a tanto - aunque sea tan poco en comparación a otros famosos - Mi pretensión nunca fue ser "famoso" he dedicado una parte importantísima de mi vida a tratar de dirigir una iglesia, una iglesia de sube y baja, pero, para mi de un trabajo concreto y necesario según lo que Dios nos mandó, no solo a mí, también a aquellos que han estado siendo piedras fieles, a pesar que, en muchas ocasiones el mantenimiento no ha sido lo que esperaban, quizás porque mi propio mantenimiento estaba...
Pero mi esfuerzo, supremo, no lo niego, a veces, es dar gracias a Dios por tenerme en cuenta, cuando yo mismo no hubiera perdido el tiempo en mi mismo. Tu Padre lo hiciste y gracias.
Algo que adquirido, por la GRACIA de ti Padre mio no por nada de mi y me siento orgulloso de ello. Es por eso, que Tú sabes muy bien, como yo que no se trata de lo que yo pueda o sepa hacer, sino de tener el aguante para que Tu obres. Lo has hecho en mi tremenda necesidad e ignorancia, que a veces has tenido que calmar, pues mis ojos se iban detrás de aquellos que tienen unas dotaciones naturales singulares y que brillan atrayendo el deseo de formar parte de su brillo.
No creo que haya brillado mucho en mi vida.
Si tengo que ser sincero, nadie como yo ha vivido los sudores, los ataques y las críticas, ya no humanas, si no espirituales, pero no de la luz, que me hacían estremecerme y ser uno mas de aquellos que en el mundo no se preocupan nada mas que de ir a la iglesia de recibir, de alabar o criticar y poco mas. De ellos ten misericordia como de mi.
Quise hacer amistades que no estaba preparado para hacerlas, quise asumir obligaciones que no era el mandado, quise encontrar en el crecimiento eclesial, en el aplauso del grupo de la organización, el aliento que necesitaba imperiosamente, busqué ye hice los esfuerzos en mi posibles para alcanzar la "gloria" de las iglesias crecientes y "bendecidas" pero me encontré vez tras vez ante una especie de muro extraño que me excluía de los "iluminados" dentro y fuera de mi compromiso familiar espiritual.
Ayuné, clamé y me retorcí hasta la saciedad, pero lo que buscaba - ahora me doy cuenta - no era la voluntad de Dios, era mi propio éxito y aceptación en mi grupo y eso no sirve para nada. Gracias Dios porque me privaste de ello y gracias porque a pesar de ello de mis tristezas y mis hundimientos me animaste a seguir en la fina linea que debía, aunque me doliese.
Los años transcurridos y la misericordia y la gracia de Dios, si me han concedido a estas alturas una cierta, y digo cierta pues no toda, comprensión, de sus propósitos en medios de mi resistencia, mis deseos, la resistencia de mi alrededor, incluso en mi familia espiritual, es decir a la que me uní al encontrarte como Salvador y Señor. Parece extraño esto, pero asumirlo y vivirlo adecuadamente puede representar la estabilidad que necesitamos para continuar en nuestra vida cristiana sin juzgar ni quejarnos, sin asumir actitudes superiores, sino con verdadera humildad, considerando a todos los demás como superiores a uno mismo. Es muy difícil llegar a esto, pero es parte del camino.
Y es importante cuando uno descubre que aquellos que hubieran sido columnas poderosas para llevar adelante el plan que me asignaste, estaban pensando en si mismos no en el plan que juntos debíamos realizar, independientemente de lo que cada uno deseara hacer.
De pronto, esto es lo vivido, lo que era el camino, se convirtió en un estorbo y otros entendieron que el camino solo era entendido por ellos, dejando a un lado el llamamiento e Dios.
Y a este llamamiento es el que yo apelo humildemente pues no fui ni soy ni seré digno de ello, pero no puedo dejar que mi llamamiento sea arrastrado por mi dejadez,
Algunos que leéis esto desde una perspectiva diferente a la vivida por mi, quizás os extrañe lo que quiero indicar, lo que quisiera dejar los mas claro posible, siempre en precaución y humildad, es que cuando Dios llama, su llamamiento es irrevocable a pesar de la intervención bien intencionada de los hombres. Aunque yo creo firmemente que en la multitud de sabios está la sabiduría. Pero nunca esta sabiduría podrá suplantar lo que Dios ha dispuesto, y por su puesto, si se trata de reclamarlo, es mejor dejárselo a El.
Así que con el debido respeto, pero sin sometimientos humanos debemos respetar lo que Dios ha dispuesto. El da y el quita. Y si El quita también debe el receptor aceptarlo pues El es Dios.

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