He sido muy
impresionado, de nuevo, por el artículo editado por Juan Antonio Monroy , periodista,
escritor y pastor por muchos años ya, y que me alegro de ver de nuevo de él,
pues hacía tiempo que no tenía sus noticias.
El artículo en cuestión están en Evangélico Digital este es
el lugar https://www.evangelicodigital.com/enfoque/6583/el-suicidio-de-pastores me ha impresionado porque
no solo el artículo habla de algo que a algunos les parece inaudito, cosa que
es una gran equivocación, pero que entiendo su motivo, y sobre todo lo que abre
al conocimiento de los que no ejercen ministerio, de las dificultades y luchas
en algunas áreas que padecen los que asumen la responsabilidad de ser pastores
de una iglesia local.
En primer lugar quisiera aclarar, sin ánimo de ser pesado,
que el término que hoy se entiende como pastor de una iglesia local y el peso
del desarrollo humano de la iglesia, le han otorgado, desde mi entender, no se
corresponde al verdadero significado y absoluto de la misión pastoral, sacada del
cuidado del rebaño de ovejas en esta tierra y que por supuesto recoge unos
principios absolutamente necesarios para este ministerio pastoral.
Cuando las epístolas nos van aclarando algunos aspectos que
Jesucristo no matizó, respecto a la edificación de Su iglesia, de lo cual,
claramente se encarga El, nos aclara, en este caso el Apóstol Pablo, en el
libro de Efesios 4:11, donde empieza a mostrarnos que para formar a Su iglesia,
eran necesarios ciertos ministerios. Y en los, que de acuerdo a su función, van
enseñando a la Iglesia de Jesucristo, y van dirigiéndola hacia la importante
misión que todos y cada uno de la misma tenemos.
Debido a las añadidas por los humanos, en este caso incluso
creyentes, se esterotipado el ministerio
de pastor, hacia un nivel de exigencias que ha pretendido encontrar el hombre “orquesta”
es decir que lo sabe hacer todo o casi todo, cargando de esta manera a
creyentes llamados a ejercer como líderes
de la iglesia como personas capaces de hacer
todo que pudieran demandar la personas creyentes de la iglesia y fu era
de ella.
Juan Antonio Monroy
habla del “suicidio” de los pastores en referencia a un caso real ocurrido de
un pastor que de acuerdo al módulo humano, no tenía motivos para tomar esta
terrible decisión de terminar con su vida. Luego se descubrió que algunos de
los miembros de su iglesia le hacían la
vida difícil.
La GRACIA de Dios
siempre me ha impactado profundamente. Mi miseria y mi concepto de mí mismo,
nunca me permitieron “respirar” en libertad, mi opinión al acercarme a Dios, a
implorar su misericordia salvadora, y ser salvo, solo fue posible, por su
Gracia. No fue esta compresión,
comprendida al principio, entonces solo vi claramente que necesitaba salvación
y me aferré a ello con todas mis fuerzas, luego entendí por qué pude aceptar la
salvación.
En esa situación
donde la mayoría no era de parte de Dios, mas bien de mi carnalidad inspirada,
fue que mi Padre celestial, me permitió decir SI, a Jesucristo como Salvador y
Señor, aunque mi SI estaba muy debilitado por mi condición de pecado y mi
personalidad donde se podían incluir rasgos morales, religiosos, sociales y
personales, que debían ser transformados. Pero yo no era consciente de ello.
Por una fuerza espiritual de mi necesidad, era llevado hacia el Salvador y
Señor. Pero la comprensión del significado de ambos, Salvador y Señor, todavía
iba a necesitar tiempo para empezar a comprenderlos. Gracias a Dios por su
paciencia y misericordia.
La vida del
discípulo de Jesucristo (prefiero denominar así a lo que hoy se llama
cristianos o creyentes, solo debido al matiz de compromiso) no es completada de
inmediato. Un discípulo está a disposición de un maestro que le enseña, le
guía, le corrige…etc. No es representa a un ser como el maestro perfecto, ni
siquiera el discípulo perfecto.
Siempre es impresionante que cuando Jesucristo parte al
cielo, hasta su venida, encomienda a los discípulos ha “hacer discípulos” y así
de forma que la iglesia de Cristo sea formada. Así es, la cosa no es banal, es
seria, cada denominado cristiano es llamado a ser “discípulos que haga
discípulos” Tremendo no. Bueno, tremendo hoy que las exigencias intelectuales
se han incluido en el Evangelio y alejan del mandamiento de Jesucristo su
cumplimiento. Según el mandamiento todo creyente puede hacer discípulos, es decir
llevar a otros a Jesucristo y a la iglesia, donde serán formados por los que El
ha mandado a ser formadores, recordemos Efesios 4:11 ss.
Bien, volviendo al tema de mi impresión, sobre el artículo
del pastor Monroy, todo lo dicho anteriormente, tiene como mi objetivo señalar
que ningún denominado “pastor” puede hacerlo todo, y a veces muy poco, pero es
triste que los creyentes no se den cuenta que son llamados a suplir las
deficiencias del “pastor” y así cumplir con la edificación de la iglesia local
encomendada por Jesucristo.
El único que
edifica totalmente la iglesia es Jesucristo. Los demás no somos más que siervos
inútiles, con solo una capacidad: el compromiso, la entrega, al margen de las
nuestras, que deben morir para que el Espíritu Santo de Dios, puede obrar en
nosotros y a través de nosotros.
No entiendo el por qué Dios nos llama a personas tan “poco
válidas” como yo. No entiendo por qué sentí (con proyección egocéntrica carnal)
no solo recibir la salvación que Jesucristo murió por mí, no entiendo por qué
me dio su Espíritu Santo y contestó a mis peticiones carentes de fe…no lo sé,
no sé por qué el me llamó a ser predicador, maestro, de El…no lo sé…pero lo
hizo y hasta ahora lo ha hecho a pesar de mí.
Puedo entender las terribles cargas que han sufrido aquellos
que sirviendo a Jesucristo, han sido oprimidos por los mismo que tenía que
servir, es decir, puedo entenderlo a él, no a los que lo oprimían, a estos solo
los pudiera entender como pruebas de Dios, ó como enviados del diablo.
No puedo juzgar, no me atrevo, a aquellos pastores que han
dejado su ministerio, solo igual que he recibido de la gracia de Dios, quiero
darles a ellos. Jesucristo es el juez, no yo, pero entiendo que, a veces la
presión es tan grave que es insoportable. Yo no recuerdo, aunque es posible
fuera de mí, de pensar en suicidarme, paro sí he pensado y deseado morirme muchas
veces a causa de la presión sufrida en la iglesia, por aquellos que entendían
que debían presionar, seguramente para intentar hacer lo que ellos entendían
como la voluntad de Dios, que no se estaba haciendo. Quizás el martirio tenga otras
facetas además de morir físicamente.
El artículo de Monroy me ha movido a rogar a aquellos que me
lean, a ser compasivos, llenos de misericordia y no ser linchadores de aquellos, que según su punto de vista,
crean que no están siendo lo que deberían de ser. Con respeto creo que en este
punto, desde la santidad de Dios, nadie, digo nadie podría decir que es lo que
debería ser de acuerdo al mandamiento de Dios.
Imploro por los que han sido afectados, según sus creencias
y sentimientos, por el suicidio de pastores, en especial por sus familias, como
el caso del que habla Monroy, muy joven esposa y niños, me niego a emitir
juicio sobre él, solo Dios tiene acceso a su corazón, El decidirá. Pero si
deseo animar.
Efectivamente, si tú tienes un ministerio y no eres
comprendido, ve a Jesucristo, no vayas en busca de loa muerte, ella no te da
una solución verdadera. Busca al Salvador y Señor y agárrate a El con todas tus
fuerzas. Hemos sido llamados a sufrir aflicción, la victoria a la que debemos acogernos
no es nuestra, es la de nuestro Dios y Señor Jesucristo, a El sea la Gloria,
por lo siglos de los siglos.
Oremos por los que están en eminencia, menuda
responsabilidad, que lo hagamos bien y
sobre todo, que miremos a Jesucristo y a Él de forma continuada le demos
cuenta.
Oración: No entiendo todo lo que pasa, hay muchas cosas que
me perturban, solo Tú Señor me puedes dar calma.
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