Muchos pueden pretender que el día a día del cristiano sea poco menos que perfecto en todo lo que el mismo viva, cualquier quebranto de "la ley" es curioso, es percibida de inmediato por el prójimo y elevada a la suma potencia de la acusación.
Cuando decimos que no tenemos pecado, la verdad no está en nosotros qué es la verdad...pues es quién: JESUCRISTO DIJO: YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA :

Con esto está diciendo dos cosas...primera: nos engañamos a nosotros mismos y segunda no estamos en la verdad (Jesucristo).
Así que efectivamente, el "prójimo" tiene razón: PECAMOS.
Pero si de acuerdo a lo que dice la Palabra, reconocemos que hemos pecado (claro, si lo hemos hecho) estamos en la Verdad, el prójimo ha acertado, y si he ofendido o realizado algo inadecuado delante de Dios hacia el prójimo, debo reconocerlo confesarme: pidiendo perdón al prójimo y por su puesto a Dios, para que Cristo nos limpie con su sangre.
En ocasiones nuestra ofensa estará relacionada con daños económicos o materiales y hay tenemos que no solo pedir perdón sincero, también restituir.
Y aquí llego - he tardado pero llego - al título de este escrito: AYER...HOY Y...POR FAVOR...¡SIEMPRE! donde me doy cuenta del gran valor que tiene la GRACIA, mediante la cual puedo arrepentirme, pedir perdón, restituir si es necesario, y SER PERDONADO.
Y reconociendo lo que Juan quiere decir, que todavía tenemos PECADO, a pesar que honestamente podría decirle a Jesucristo lo mismo que el apóstol Pedro le dijo a Jesucristo, porque había pecado:
Supongo que según lo que nos revela la bendita Palabra de Dios, al no tener lucha contra carne ni sangre (humanos) sino contra principados y potestades de las tinieblas (véase en Efesios 6 para mas matiz) estos humanos (prójimo) que es juez del cristiano, podemos considerarlo como instrumento de Satanás...no sé qué es mejor...pero ahí está.
El joven Apóstol Juan, fue elegido para escribir uno de los Evangelios y tres de las epístolas (cartas) de las 27 que forman el canon del Nuevo Testamento. Por supuesto que hablaba a creyentes en Jesucristo, como Señor y Salvador, es decir "discípulos de Cristo" escribió así:
1Jn 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.Si observamos, el se incluye al decir en plural inclusivo "decimos" "tenemos" "nos" "nosotros" por tanto el Apóstol Juan no dice...¡He gente...sois unos pecadores...nos digáis que nos tenéis pecado! El se da cuenta que su vida, desde que conoció a Jesucristo (y en persona) cambió y ya no tuvo que usar los remedios de la Ley, los sacrificios de animales etc. ahora tenía que verse de otra manera, rescatado de la Ley por Cristo, pero no sin Ley, sino bajo la ley de Cristo, la cual nos dice que somos pecadores y por ello:
1Jn 1:5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.y más todavía:
1Jn 1:6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad;
1Jn 1:7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. ( en rojo por mi mismo)
1Jn 1:8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Cuando decimos que no tenemos pecado, la verdad no está en nosotros qué es la verdad...pues es quién: JESUCRISTO DIJO: YO SOY EL CAMINO LA VERDAD Y LA VIDA :
Juan_14:6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.
Con esto está diciendo dos cosas...primera: nos engañamos a nosotros mismos y segunda no estamos en la verdad (Jesucristo).
Así que efectivamente, el "prójimo" tiene razón: PECAMOS.
Pero si de acuerdo a lo que dice la Palabra, reconocemos que hemos pecado (claro, si lo hemos hecho) estamos en la Verdad, el prójimo ha acertado, y si he ofendido o realizado algo inadecuado delante de Dios hacia el prójimo, debo reconocerlo confesarme: pidiendo perdón al prójimo y por su puesto a Dios, para que Cristo nos limpie con su sangre.
En ocasiones nuestra ofensa estará relacionada con daños económicos o materiales y hay tenemos que no solo pedir perdón sincero, también restituir.
Y aquí llego - he tardado pero llego - al título de este escrito: AYER...HOY Y...POR FAVOR...¡SIEMPRE! donde me doy cuenta del gran valor que tiene la GRACIA, mediante la cual puedo arrepentirme, pedir perdón, restituir si es necesario, y SER PERDONADO.
Y reconociendo lo que Juan quiere decir, que todavía tenemos PECADO, a pesar que honestamente podría decirle a Jesucristo lo mismo que el apóstol Pedro le dijo a Jesucristo, porque había pecado:
Luc_5:8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador.Yo ahora le digo lo mismo porque soy un hombre pecador, y el prójimo cuando me ve pecar tiene razón, pero si estoy en LA VERDAD (Jesucristo) haré lo que la GRACIA DE JESUCRISTO ME MANDA y que tan claro lo expresa Juan:
1Jn 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.Bendiciones a todos, quiero que SU GRACIA, por la que viví en el pasado, y vivo en el presente, no me abandone en el futuro.
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