FUNDAMENTOS

Lucas 6:46  ¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
6:47  Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.
6:48  Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca; y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.
6:49  Mas el que oyó y no hizo, semejante es al hombre que edificó su casa sobre tierra, sin fundamento; contra la cual el río dio con ímpetu, y luego cayó, y fue grande la ruina de aquella casa.

En el diccionario de RAE nos dice, entre otras acepciones lo siguiente sobre fundamento:

 1. m. Principio y cimiento en que estriba y sobre el que se apoya un edificio u otra cosa.

¡Qué importante son los cimientos (fundamentos)  en cualquier forma de edificar, ya que cuando hablamos de edificar, estamos diciendo que algo estará abajo y algo arriba, mucho o poco cuando se edifica se crece.
Este símil aplicado a la vida, representa poner una buena base sobre educación, cual sea, amistades, matrimonio, hogar, escuela, universidad, etc. La base adecuada y bien fundamentada, soportará un crecimiento saludable y estable.
Si hablamos de la vida espiritual, el texto de arriba es muy claro sobre fundamentos, y aunque usa una descripción de ambiente y meteorología, el verso 47 nos aclara que se refiere a una persona, un ser humano que es contradictorio (v.46) por un lado, su boca llama Señor, Señor, a Jesucristo, pero luego en la practica no hace nada de lo que El Señor le dice (sus palabras (v.47) y se convierte en el "todo aquel" que va a Jesucristo, las hace, como la opuesto al anterior, aquel que no las hace.
   La ilustración: roca-tierra; río desbordado (con ímpetu).
  Es curioso que pareciera que ambos edificadores construyen la casa sobre el mismo terreno, tierra, pero uno de ellos cava, ahonda, pone fundamento cuando encuentra el suelo sólido, la roca.
  Por el contrario el otro no se esfuerza en cavar ni ahondar, simplemente coloca la casa sobre la tierra. Lo hace cuando el tiempo es bueno.
   Ambas casas en ese tiempo bueno parecen estables y ambas permanecen. Pero cambia el tiempo y hay tormenta, llueve mucho y el río se desborda de manera impetuosa, dando fuerte sobre ambas casas, resultad: Permanencia de una, destrucción de la otra.
   Jesucristo está alertando a los oyentes, a los que ahora podemos leer estas Escrituras, sobre la forma que edificamos nuestras vidas, cavar y ahondar, es la búsqueda de El mismo, que es la ROCA.
   En el Antiguo Testamento, encontramos unas escrituras que nos cuentan de un acontecimiento que vivieron, el pueblo de Israel, de camino a la Tierra Prometida, en el desierto.
   Tuvieron sed y se quejaron...veamos como nos lo cuenta la Biblia:
(Éxodo 17:1) Toda la congregación de los hijos de Israel partió del desierto de Sin por sus jornadas, conforme al mandamiento de Jehová, y acamparon en Refidim; y no había agua para que el pueblo bebiese.

(Éxodo 17:2) Y altercó el pueblo con Moisés, y dijeron: Danos agua para que bebamos. Y Moisés les dijo: ¿Por qué altercáis conmigo? ¿Por qué tentáis a Jehová?
(Éxodo 17:3) Así que el pueblo tuvo allí sed, y murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para matarnos de sed a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros ganados?
(Éxodo 17:4) Entonces clamó Moisés a Jehová, diciendo: ¿Qué haré con este pueblo? De aquí a un poco me apedrearán.
(Éxodo 17:5) Y Jehová dijo a Moisés: Pasa delante del pueblo, y toma contigo de los ancianos de Israel; y toma también en tu mano tu vara con que golpeaste el río, y vé.
(Éxodo 17:6) He aquí que yo estaré delante de ti allí sobre la peña en Horeb; y golpearás la peña, y saldrán de ella aguas, y beberá el pueblo. Y Moisés lo hizo así en presencia de los ancianos de Israel.
(Éxodo 17:7) Y llamó el nombre de aquel lugar Masah y Meriba, por la rencilla de los hijos de Israel, y porque tentaron a Jehová, diciendo: ¿Está, pues, Jehová entre nosotros, o no?

Como desgraciadamente sucedió casi de forma constante, el pueblo de Israel, en el desierto, camino a la Tierra que Dios les había prometido, cuando había cualquier contratiempo aparente (digo aparente porque Dios estaba allí para solucionarlo, solo tenían que confiar en El) entonces se quejaban, murmuraban contra Moisés, incluso con amenazas de apedrearlo.
  Cuando Moisés va a Dios y le presenta el problema, Dios actúa, le dice que golpee una roca concreta y de ella, como bien Dios le dijo, salió agua para que el pueblo bebiera.
   Pedro lo verdaderamente interesante es que en el Nuevo Testamento nos dice respecto a esta ROCA DE LA CUAL SALIO EL AGUA PARA QUE BEBIERA EL PUEBLO:

(1 Corintios 10:4) y todos bebieron la misma bebida espiritual; porque bebían de la roca espiritual que los seguía, y la roca era Cristo.

  ¡SÍ! la roca ERA CRISTO.

  El fundamento, la roca donde se nos dice que debemos edificar nuestras vidas ES JESUCRISTO.
  Este vive edificando sobre la tierra (sin la roca, sin Cristo) el otro vive edificando sobre la ROCA, es decir, sobre Jesucristo. Aparentemente en esta vida todo aparenta igual. Pero llega el día donded todos nos presentaremos delante de Dios, para dar cuentas...¿quién tendrá ruina...?
   No tiene por qué ser así, todos estamos invitados a edificar nuestras vidas sobre el verdadero fundamento, JESUCRISTO.