Jeremías 17:7-8
«Bendito el hombre que confía en el Señor,
y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto.»
y pone su confianza en él.
Será como un árbol plantado junto al agua,
que extiende sus raíces hacia la corriente;
no teme que llegue el calor,
y sus hojas están siempre verdes.
En época de sequía no se angustia,
y nunca deja de dar fruto.»
Dios quiere , está deseoso de bendecirnos, de bendecirte, de bendecirme. Esto me emociona. Pero para que pueda hacerlo debemos confiar en Él, poner, depositar, entregarle nuestra confianza totalmente. Si hacemos esto, en el texto bíblico de arriba, escrito por el profeta Jeremías, usa el símil de un árbol que está plantado cerca del agua, sea de un río, un lago, y nos recuerda que a pesar de estar cerca del agua, debe extender sus raíces hacia la corriente para, a través de ellas, pueda nutrir su tronco, sus ramas, su fruto, su semilla. (Esta es la confianza del árbol en el agua, confía sus raíces en ella, pues sabe que le nutrirá) . Los desafíos para un árbol, el calor, la sequía, no le preocupan. Al estar en conexión con la corriente de agua, ella le suplirá toda la que necesite. Así hace Dios con nosotros cuando nos extendemos hacia Él, no importan los tiempos difíciles, los tiempos agobiantes, Él está nutriéndonos de sí mismo, de sus bendiciones, y estas bendiciones serán de acuerdo a nuestras necesidades. ¿Cómo extendemos nuestras raíces? Mediante la comunión, la relación con Jesucristo, mediante las Escrituras, mediante la oración y el ayuno, mediante la alabanza y la adoración. No tenemos que angustiarnos. El está bendiciendo. Él está refrescando nuestra vida, el está quitando la sed de luchas y problemas. Él lo hace y desea hacerlo, porque nos ama. Somos sus hijos, le pertenecemos, Él se encarga de que las hojas estén verdes y demos fruto, a pesar de los tiempos llenos de dificultades y de problemas, si Él está, podemos seguir, nada podrá "secarnos". No debemos angustiarnos. Hemos confiado en Él y Él se encargará de todo. Mi Padre celestial, muchísimas gracias por ocuparte de mí, de mi vida, de mis problemas y agobios, mi oración es para que sigas extendiendo tu deseo de ayudarme y me des fuerzas para poner toda mi confianza en Tí. En el Nombre del Señor Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario