sábado, 18 de enero de 2020

PURIFICANDO NUESTRO DOBLE ANIMO

   Estamos en un mundo "inestable" producto de una humanidad caída que no quiere en gran mayoría responder al llamado de Dios.

   Pero incluso a los que hemos respondido, hasta el momento, a esa llamada de Dios, mediante la obra del Señor Jesucristo, debemos vigilarnos pues la naturaleza de inestabilidad, está en nosotros.
   Para entender mejor he buscado algunos sinónimos:

inseguridad, vacilación, oscilación, vaivén, inconstancia

  En la Palabra de Dios encontramos una porción, entre otras, que habla de los peligros de la inestabilidad:
(Santiago 1:5) Y si alguno de vosotros carece de sabiduría, pídala al que da, a Dios, que da a todos generosamente y sin reproche, y le será dada.
(Santiago 1:6) Pero pida con fe, no dudando nada, porque el que duda es semejante a una ola del mar, impelida y zarandeada por el viento.
(Santiago 1:7) No piense pues tal hombre, que siendo varón de doble ánimo, inestable en todos sus caminos,
(Santiago 1:8) recibirá cosa alguna del Señor. (Biblia TX)

   En este caso se aplica a la falta de sabiduría, que si alguna el falta Dios da a los que la pidan. La responsabilidad del que pide: que lo haga con fe.

   El énfasis: "no dudando nada" "la duda es comparable a las olas del mar, impelidas, zarandeadas por el viento" Resultado negativo: "sin hay doble ánimo, inestabilidad, no hay fe y no hay respuesta"
Resultado de imagen de doble animo

   La inestabilidad, el doble ánimo, es un gran enemigo de la fe, gran enemigo de la vida fructífera cristiana.

    En casos prácticos podríamos decir en ejemplo, cuando uno siente impulsado a hacer todo lo que sea por Dios. Entonces va a todos los cultos, reuniones de oración, tiene oración y comunión con Dios a nivel privado, diezma, etc. O algunas de estas cosas...pero esa es una cara del ánimo, la otra le arrebata todo ese ímpetu, a todo lo contrario.

    Es estar en un sube y baja en la "fe" y en lo que corresponde a la vida cristiana.

    Su inconstancia le convierte en alguien que no es de fiar. no se mantiene, no persevera, y esto pasa factura a su vida y a la de otros, si cunde su ejemplo, mal ejemplo.

    Cristianos que vienen al culto cuando la ola de "otras cosas" le deja. Cuando la ola de "tengo que hacer" le deja, cuando el vaivén de su inconstancia le deja.

     Esto sirve para todo en la vida. Muchos son de los que comienzan algo y no terminan, otra cosa y no terminan, de los que prometen y luego se olvidan, y así podríamos enumerar estos innumerables errores.
     La advertencia de Dios, es clara:
   (Eclesiastés 5:5) Mejor es que no prometas, a que prometas y no cumplas.
    Pero el mismo Santiago, que conocía muy bien al Señor, también nos da la solución : Purificar nuestros corazones.

    El corazón contaminado con la inconstancia, con el doble ánimo, debe ser purificado:

(Santiago 4:8) ¡Acercaos a Dios, y Él se acercará a vosotros! ¡Limpiaos las manos, oh pecadores, y purificaos los corazones, los que sois de doble ánimo!
El ejemplo de Daniel, representa un ejemplo a seguir:
Daniel 1:8    "Daniel decidió en su corazón..." en la RVR dice "propuso en su                           corazón"
 Evitar este problema depende de nosotros, depende de si al comprender lo importante que es la vida en Cristo, nos proponemos purificar (echar fuera) todo doble ánimo de nuestra vida.

 Padre Celestial, ya conoces mi corazón y sabes los vaivenes que hay en Él, yo me propongo, pero necesito la ayuda de tu poder, mediante Tu Espíritu. Ayúdame a se constante en mi vida y fe cristiana. En el nombre de Jesucristo.


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