martes, 25 de febrero de 2020

PANDEMIA


pandemia

Del gr. πανδημία pandēmía 'reunión del pueblo'.
1. f. Med. Enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.

Desde la OMS (Organización Mundial de la Salud) avisan, en referencia al “Coronavirus” o también llamado COVID-19, ya han avisado de que a estas alturas vamos en camino a que por contagio se convierta esta enfermedad, básicamente de neumonía muy grave, en pandemia, cuya definición ya he indicado más arriba.

No es la primera vez que hay brotes epidémicos de coronavirus, veamos lo siguiente…

Imagen del coronavirus Mers-CoV obtenida mediante
microscopía electrónica.
Qué es
Los coronavirus son una familia de virus que se descubrió en la década de los 60 pero cuyo origen es todavía desconocido. Sus diferentes tipos provocan distintas enfermedades, desde un resfriado hasta un síndrome respiratorio grave (una forma grave de neumonía). 
Gran parte de los coronavirus no son peligrosos y se pueden tratar de forma eficaz. De hecho, la mayoría de las personas contraen en algún momento de su vida un coronavirus, generalmente durante su infancia. Aunque son más frecuentes en otoño o invierno, se pueden adquirir en cualquier época del año. 
El coronavirus debe su nombre al aspecto que presenta, ya que es muy parecido a una corona o un halo. Se trata de un tipo de virus presente tanto en humanos como en animales. 
En los últimos años se han descrito tres brotes epidémicos importantes causados por coronavirus: 
SRAS-CoV: El síndrome respiratorio agudo y grave (SRAS, también conocido como SARS y SRAG) se inició en noviembre de 2002 en China, afectó a más de 8.000 personas en 37 países y provocó más de 700 muertes. La mortalidad del SRAS-Cov se ha cifrado en el 10% aproximadamente. 
MERS-CoV: El coronavirus causante del síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS) fue detectado por primera vez en 2012 en Arabia Saudita. Se han notificado hasta octubre de 2019 más de 2.400 casos de infección en distintos países, con más de 800 muertes. La letalidad es, por tanto, del 35%. 
COVID-19: A finales de diciembre de 2019 se notificaron los primeros casos de un nuevo coronavirus en la ciudad de Wuhan (China). Desde entonces el goteo de nuevos infectados por el virus SARS-CoV-2 (inicialmente llamado 2019nCoV), que provoca el COVID-19, ha sido continuo y su transmisión de persona a persona se ha acelerado. Los casos declarados de nemonía de Wuhan ya superan con creces a los de la epidemia de SRAS, pero la tasa de mortalidad es más baja. 
Ya hay personas infectadas en múltiples países, pero los expertos insisten en que no hay motivos para la alarma. El país más afectado en Europa es Italia. Aunque se han confirmado casos positivos en España (que contrajeron el virus en otros países), las autoridades sanitarias y las sociedades científicas consideran que nuestro país está preparado para contener la transmisión en caso de que se produzca un brote epidémico.  
Fuente: https://cuidateplus.marca.com/enfermedades/infecciosas/Coronavirus.html

No obstante a como decía la OMS advierte que tiene signos de pandemia.
No me toca a mí establecer la importancia y el riesgo humano. Creo que hay cualificados profesionales que, estoy seguro harán todo lo posible para solucionar esta enfermedad.
Pero creo que es oportuna que desde todos los puntos humanos, sea que lleguemos a vivirlo de cerca o en nosotros mismos, o no, debemos tomar iniciativas y aunque me dirijo a quien quiera leer este artículo, principalmente me refiero a personas cristianas, no digo personas cristianas de cultura, me refiero a personas que han comprendido qué significa ser cristiano de acuerdo a lo que la Palabra de Dios dice y vivan de acuerdo a ella, independientemente de las circunstancias que le rodeen.
Aclarar esto es importante y tanto a los cristianos de cultura, como aquellos que nos hemos dado cuenta de cuánto ha hecho Dios por nosotros y cuánto le necesitamos, como también aquellos que creen en otros dioses o no creen, pues este momento es uno más en el que podemos reflexionar sobre el sentido de la vida y si los datos de la misma que tenemos provienen de fuentes erróneas, entonces nuestras reflexiones serán erróneas también.
En primer lugar creo que todos los que creemos en Dios, debemos orar, pero orar no solo por nosotros mismos y por los que son familias o seres queridos, debemos orar por “todos los hombres” como nos manda la Palabra “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; "1 Timoteo 2:1 RV 1960"
Hasta ahora, esta enfermedad está afectando a países que tienen medios para combatirla de una forma u otra, en cuanto a su extensión, pero pensemos en muchos lugares de África, donde, debido a la falta de medios, muchos mueren por enfermedades comunes, debemos imaginarnos lo que puede ocurrir si este virus llega allí.
En segundo lugar en nuestra reflexión debemos examinarnos a nosotros mismos si estamos preparados, no solo para prevenir o combatir el virus, también si estamos preparados para morir, si fuera el caso. No solo es esta vida, después está la vida eterna. Muchos, incluso, como he dicho antes que se consideran cristianos, no están preparados pero se engañan así mismos. Seamos valientes y afrontemos nuestra condición sea cual sea. Podemos acercarnos a Dios, quien por medio del Señor Jesucristo nos ha facilitado el camino. Solo que lo debemos hacer con buena intención, no solo la de recibir la bendición de Dios, sino dispuestos a hacer su voluntad, cueste lo que cueste.
El virus “coronavirus” puede matar nuestro cuerpo, puede acortar nuestra vida terrenal, pero no puede matar nuestra vida espiritual si andamos con Dios. Lo que si puede matarnos eternamente es el pecado no aceptado y puesto en Cristo. Todos pecamos pero también podemos arrepentirnos y lograr vencerlo. Indudablemente que esta actitud no solo debería ser a causa del “coronavirus” o cualquier otra amenaza, debería estar incorporada a nuestra vida en cualquier momento, con peligro o sin él. Esto es estar preparados.
El temor al mundo es un desconocimiento del amor de Dios.
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor. "1 Juan 4:18 RV 1960"
Por otra parte, el temor a Dios…

El principio de la sabiduría es el temor de Dios; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. "Proverbios 1:7 RV 1960"

Los que nos denominamos cristianos, a veces, nos relajamos en los entornos de “paz” del mundo. Pero aunque en el mundo haya paz, la realidad es que hay una “guerra” espiritual constante, sin trompetas de aviso, una de las formas literarias que la Biblia usa, por ejemplo para referirse a la actitud del diablo hacia nosotros es…

Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; "1 Pedro 5:8 RV 1960"

La sobriedad que aquí nos indica es que evitemos la “borrachera” de forma de vida del mundo ajeno a Dios, un mundo que nos invita a “sus copas” de aparentes disfrutes, pero al estar ajenos a Dios, el fin es muerte espiritual. De ahí nuestra sobriedad en estado de alerta espiritual y velando (estando muy atentos) para no ser sorprendidos. Debemos comprender que los cristianos estamos muy “ocupados” incluso en las cosas “lícitas” y muy distraídos a trabajar juntos, sobrios y velando ante todo lo que resulte amenaza, sosteniéndonos unos a otros en el amor de Dios. El silencio del cristiano hacia otros es un terrible presagio de que algo ocurre en sus vidas.

Tenemos promesas de Dios sobre las “pandemias” y los peligros que acechan continuamente, creo que el Salmo 91 es uno de los referentes del cuidado de Dios…

Morando bajo la sombra del Omnipotente
 El que habita al abrigo del Altísimo
 Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
 Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador,
 De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá,
 Y debajo de sus alas estarás seguro;
 Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno,
 Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad,
 Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil,
 Y diez mil a tu diestra;
 Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás
 Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
 Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal,
 Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,
 Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán,
 Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás;
 Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
 Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé;
 Con él estaré yo en la angustia;
 Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida,
 Y le mostraré mi salvación.
"Salmos 91:1-16 RV 1960"

Recordemos, la verdadera pandemia del mundo es el pecado en sus diversas formas. La única vacuna para el pecado es la sangre de Jesucristo.

Que Dios nos de sabiduría en todo. Un abrazo y bendiciones a todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario