CONTINUACIÓN DE VII
Bienaventurados los que lloran, porque ellos recibirán
consolación. "Mateo 5:4 RV
1960"
Continuamos con las bienaventuranzas. Esta es la segunda en
el orden que se encuentran en el Evangelio de S. Mateo.
LLORAR…CONSOLACIÓN
Las lágrimas forman parte de nuestra vida, desde el
nacimiento. El primer lloro es el resultado de que existe vida en el recién
nacido. ¿Lloramos porque entramos en lo que algunos llaman “este valle de
lágrimas”?
Durante nuestra existencia, en mayor o menor medida todos
lloramos a causa de muchas y diversas causas. Lo escueto de la frase de esta
bienaventuranza, nos deja sin el verdadero motivo al que se refiere en este
caso y que tiene una consolación relacionada con lo espiritual.
El sufrimiento nos hace llorar. Nos hace preguntarnos entre
lágrimas ¿por qué Dios mío? Veamos si la Palabra de Dios nos puede dar alguna
referencia más directiva en lo que se refiere a llorar desde el punto de vista
de Dios.
Si para facilitar el entendimiento de la palabra
bienaventurado, le damos el uso de feliz (a la manera del Reino) y consideramos
que normalmente el que llora es porque se siente infeliz, parece una extraña
paradoja “felices los infelices” Resulta muy raro ¿verdad?
Pero yo insisto en que debemos comprender las grandes
diferencias con las que entendemos
nosotros el mundo, al entendimiento que Dios tiene y que trata de equilibrarnos
hacia el mismo, el de Él.
Creo que el lloro más auténtico que jamás hayamos conocido
es el lloro de Jesucristo. Curiosamente la frase donde está la expresión de
lloro de Jesucristo, coincide con el versículo más corto de todos de la Biblia…
Jesús lloró. "Juan 11:35 RV
1960"
Este lloro de Jesucristo ha sido muy malentendido al ser
visto desde un punto humanista. Pero si uno tiene en cuenta el contexto donde
se encuentra, de inmediato comprobaremos que entender que Jesucristo llorase
por motivos sentimentales humanos, está fuera de lugar. El lloró por la “incredulidad”
del conocimiento de Dios de los que estaban llorando sin esperanza.
En la Biblia encontramos diferentes personas que lloraron.
Encontramos el lloro de Agar, la concubina de Abraham madre de Ismael, cuando
Sara la echó de su casa y desolada con su hijo, sintió que iba a morir…
“…y se fue y se sentó enfrente, a distancia de un tiro de arco; porque
decía: No veré cuando el muchacho muera. Y cuando ella se sentó enfrente, el
muchacho alzó su voz y lloró. "Génesis 21:16 RV 1960"
Hallamos el lloro de Esaú, al perder la primogenitura, por
un impulso del momento, en favor de su hermano Jacob…
Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición,
padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró. "Génesis
27:38 RV 1960"
El lloro de José, ya segundo en Egipto, ante sus hermanos,
primero, los cuales le habían vendido y posteriormente con su padre que había
sido engañado…
Y besó a todos sus
hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él. Gén_45:15
Y José unció su carro
y vino a recibir a Israel su padre en Gosén; y se manifestó a él, y se echó
sobre su cuello, y lloró sobre su cuello largamente. Gén_46:29
Y así las Escrituras nos muestran el lloro de personas por
diferentes circunstancias, pero desde mi punto de vista, el lloro que más se
asemeja a la Bienaventuranza es cuando Pedro negó a Jesucristo…
Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente. "Lucas 22:62 RV 1960"
Aquí Pedro se descubre a sí mismo como un verdadero pecador,
como le confiesa a Jesucristo cuando lo encuentra pescando. Es el lloro por su
vida miserable y pecadora, por caer tan fácilmente en el pecado, después de
creerse fuerte para combatirlo.
El pobre de espíritu llora porque es pobre de espíritu y se
da cuenta de ello. Se da cuenta que sin Jesucristo es un verdadero desgraciado,
se siente desnudado espiritualmente, vacío, siente que ha ofendido a su Señor,
que no merece nada y que necesita todo. Es el dolor de cuando pecamos.
Quizás
es una forma de llorar poco practicada en el ámbito cristiano. Nos hemos
acostumbrado a la GRACIA y no nos damos cuenta de lo terrible que es el pecado,
quizás antes, cuando nos convertimos, tuvimos un viso de conciencia sobre lo
grave de nuestra condición pecadora, pero nos hemos acostumbrado al perdón y ya
no sentimos el pecado, no solo nuestro sino el del mundo que ofende a Dios y
por el que pago Jesucristo el precio de su sangre.
Me pregunto si a esto se refiere en el libro de Apocalipsis
cuando le dice Jesucristo a la iglesia de Efeso…
“Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. "Apocalipsis
2:4 RV 1960"
Cuando descubrimos la terrible condición que nos encontramos
antes de nuestro acercamiento a Dios, el sufrimiento de estar separados de
Dios, nos lleva a llorar y el arrepentimiento nos lleva a ser consolados. Y así
debería ser siempre. Sentirnos desolados cuando pecamos y llorar delante de
Dios, solicitando su perdón y su fuerza para no pecar más. Santiago lo explica perfectamente…
“Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros.
Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros
corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro,
y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará. "Santiago
4:8-10 RV 1960"
Es el lloro de los que somos hijos de Dios, ante un mundo
perdido a causa del pecado, la injusticia y las tinieblas, el cual tiene un
adelanto de consolación aquí, mediante la esperanza de las promesas de Dios, y
cuya consolación definitiva la tendremos cuando ya estemos en su Presencia para
siempre…esta es la escena…
Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte,
ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor; porque las primeras cosas pasaron. "Apocalipsis
21:4 RV 1960"
Esta es la causa por la que llora el bienaventurado y que será
consolado de su sufrimiento, por Dios.
CONTINUARÁ...
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