NUEVAMENTE EL CIEGO
Volviendo nuevamente al texto que estamos comentando el ciego de nacimiento, ante la pregunta de sus discípulos, sobre quién había pecado si el ciego o sus padre, Jesucristo les da una contestación…
Volviendo nuevamente al texto que estamos comentando el ciego de nacimiento, ante la pregunta de sus discípulos, sobre quién había pecado si el ciego o sus padre, Jesucristo les da una contestación…
Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las
obras de Dios se manifiesten en él. "Juan 9:3 RV1960"
Ni una cosa ni la otra que pensáis, la intención de Dios es
muy diferente, no es el pecado concretamente la motivación de la ceguera de
este hombre, este hombre y su ceguera, tienen un propósito en el tiempo y ahora
es – estoy tratando de explicar lo que parece que el Señor les está diciendo,
dado que luego añade…
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el
día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en
el mundo, luz soy del mundo. Dicho esto, escupió en tierra, e hizo lodo con la
saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego, y le dijo: Ve a lavarte en el
estanque de Siloé (que traducido es, Enviado). Fue entonces, y se lavó, y
regresó viendo. "Juan 9:4-7
RV1960"
LA BIBLIA DESCUBRIENDO LA MENTE DE DIOS
La Palabra de Dios, sea que la leamos o escuchemos, debemos
hacerla pidiendo a Dios que abra nuestros ojos, como hizo con los discípulos
con los que se juntó en el Camino de Emaús. Con nuestra capacidad, por muy
intelectual que sea no podemos captar lo que Dios nos dice en su Palabra.
Necesitamos poner todo nuestro empeño y entonces el abre nuestro entendimiento espiritual.
Necesitamos poner todo nuestro empeño y entonces el abre nuestro entendimiento espiritual.
Esto ocurrió constantemente en el ministerio de Jesucristo.
La forma de proclamar el Evangelio, sus parábolas, eran entendidas por los que
creían en Él, o eran explicadas a éstos, pero estaban cerradas a aquellos cuyo
corazón estaba buscando otras cosas del Rabí, del Maestro, cosas de su voluntad,
no de la voluntad de Dios.
Dios tiene datos que nosotros no tenemos. Él tiene acceso al
lugar más escondido de nosotros: nuestro corazón. Y por tanto Él actúa de
acuerdo a esos datos, y no a los que nosotros tenemos acceso, esto sin contar
con su capacidad de pasado, presente y futuro, respecto a cada persona, por
ello lo que ocurre a cada uno de nosotros no es un accidente que se escapa de
las manos de Dios o que le toma desprevenido, o dormido, como pensaron los
discípulos cuando hubo tormenta en la barca y Él dormía.
Mas él conocía los pensamientos de ellos; y dijo al hombre que tenía la
mano seca: Levántate, y ponte en medio. Y él, levantándose, se puso en pie.
"Lucas 6:8 RV1960"
Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su
nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos,
porque conocía a todos, y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio
del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre. "Juan 2:23-25 RV1960"
Tendremos que esperar en muchas cosas para que nos sean
dichas, pues aparentemente nos parecerán de una manera, pero Dios aclarará
entonces todo…
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el
cual aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones
de los corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios. "1
Corintios 4:5 RV1960"
Mientras tanto,
debemos acudir a la Palabra, la cual, manejada por el Espíritu Santo y
humildemente recibida en nuestro corazón, irá haciendo una cirugía excelente,
sacando del mismo y descubriendo todo lo que no es más que enfermedad de las
tinieblas, y lo sustituirá por la salud de la luz.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda
espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien
todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos
que dar cuenta.
"Hebreos 4:12-13 RV1960"
Es a través de lo que percibimos que pensamos y
desarrollamos. Y esto ya por sí mismo es significativo porque lo que
percibimos, sobre el dolor, sea del tipo psicológico o físico, sobre todo desde
la perspectiva de lo moral, de lo debido, es muy limitado y está supeditado a
nuestro nivel de conocimiento sea de propia experiencia o el aprendido mediante
otros. Nuestra capacidad de observación, siempre estará limitada a lo que
nuestros sentidos humanos perciben. Es por ello que necesitamos algo más.
Esa necesidad del algo más, en las primeras generaciones
humanas, les llevó a buscar más allá de los que sus sentidos podían percibir,
surgiendo lo espiritual. Este mundo espiritual es inaccesible al ser humano, pero
el hombre realizó la invocación, mediante la cual “un ser superior” podía
enseñarles lo que no podían percibir con los sentidos, el motivo de su
existencia, el propósito de la misma, su principio y fin. El hombre no podía
aceptar que su vida estuviera limitada al tiempo en este mundo. Algo interior
le “hablaba” sobre la Eternidad.
Llegar a Dios es imposible si Él no se acerca, no se
manifiesta. El hombre en su búsqueda ha sido engañado, por sí mismo y por el
príncipe espiritual de este mundo, léase Satanás. El hombre ha creído descubrir
a Dios por sí mismo y esto le ha llevado a imaginar a dioses, no a conocer a
Dios. Satanás ha echado una mano en esto, desde siempre, fuera para hacer creer
falsamente en dioses que no existen o llevar a dudar del verdadero Dios. Lo
sabemos desde el Edén, con Adán y Eva.
Efectivamente, Dios es quien siempre ha tomado la
iniciativa. Y hacemos bien en escuchar lo que tiene que decirnos en todo. Pero
debemos entenderlo espiritualmente. De lo contrario, en el mejor de los casos
podemos intentar defender, justificar a Dios, cuando surge el sufrimiento,
sobre todo el ajeno. Pues el propio es el más difícil de soportar y llevar
adecuadamente y más aún entender.
Hoy día, tenemos muchos medios técnicos para pasar la
Palabra de Dios por diferentes exámenes, algunos con la intención de
“demostrar” que la Biblia no es la Palabra de Dios y otros tratando de
defenderla con demostraciones científicas, con descubrimientos arqueológicos y
semejantes de que si, la Biblia es la Palabra de Dios.
Todo esto lo digo, porque es mediante las Escrituras, y la
ayuda del Espíritu Santo, que podemos sumergirnos en lo revelado por Dios,
haciéndolo sobre todo apelando a lo espiritual, si queremos encontrarnos
realmente con lo que dice la propia Escritura respecto a lo revelado por Dios y
de sí mismo.
Antes bien, como está
escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman. "1 Corintios 2:9 RV1960"
Y añade…
Pero Dios nos las reveló
a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. "1 Corintios 2:10 RV1960"
Y de sí mismo, con respecto a la gloria del conocimiento del
hombre dice…
“…para que, como está escrito: El que se gloría, gloríese en el
Señor. "1 Corintios 1:31
RV1960" Mas el que se gloría,
gloríese en el Señor; "2 Corintios 10:17 RV1960"
Así que en todo debemos acudir a la Palabra de Dios, las
Escrituras, y lo mismo en el tema del sufrimiento humano.
Si volvemos al texto bíblico del ciego, Jesús está
diciéndonos, y es difícil decir esto, que Dios tenía toda esta familia, en
concreto al hijo, con este problema de ceguera durante tantos años, para que en
ese momento Jesucristo pudiera manifestar en él Su obra, curando su ceguera. Y
aquí se producen cortacircuitos en nuestro cerebro…
Pero sí, había un propósito en la ceguera de este hombre,
como hay un propósito en todo sufrimiento, del cual podremos definir y
comprender aquí en algunos casos, como en este, pero en otros habrá que
esperar. Pero ojo, este es un caso. No podemos estereotipar a todos los casos
este concreto. Sí, nos da muchas pistas ya sobre la influencia de Dios en
determinadas situaciones de sufrimiento, pero no podemos sacar conclusiones
definitivas y hacer de este caso concreto una doctrina totalitaria para
entender el sufrimiento humano.
¿Por qué digo esto? Porque mucho sufrimiento es causado por
el pecado. No es una teología equivocada. Lo equivocado es ponerle la misma
etiqueta a todo el sufrimiento. En este caso del ciego, la ceguera no provenía
del pecado, provenía de la voluntad de Dios. Pero hay sufrimiento causado
directamente por el pecado.
CONTINUARÁ…
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