miércoles, 19 de febrero de 2020

¿POR QUÉ DIOS MÍO? III


¿A CAUSA DE DIOS O A CAUSA DEL HOMBRE?

C. S. Lewis, en su obra clásica titulada El Problema del Dolor llega a atreverse a hacer un porcentaje del sufrimiento del mundo, afirmando que las cuatro quintas partes de los sufrimientos de los hombres tienen como responsable al hombre mismo. Es decir, de cada 100 ocasiones, en 80 ocasiones el responsable directo no es Dios, sino el hombre (esto es, el daño que se hacen unos hombres a otros). Por ejemplo, desde el hombre que conduciendo se introduce en el carril contrario de una autopista produciendo así un impacto mortal hasta la persona que en un momento de enajenación mental o borrachera produce un homicidio o agresión. Por no hablar de las guerras, las ambiciones, los abusos de poder y la mezquindad de los hombres que da lugar a la pobreza, etcétera.
Por tanto, el pecado forma parte de muchas tribulaciones, angustias, dolores, sufrimientos.

Si, el conductor que conduce embriagado y produce un accidente atropellando a inocentes, las guerras provocadas por las ambiciones idealistas de unos pocos donde mueren muchos, el aborto, los asesinatos, los homicidios, los secuestros, la esclavitud, la trata de personas, el abuso infantil, y todas esas fobias que inculcan el odio…la lista sería muy larga.

Pero si nos remontamos a el origen, nos daremos cuenta que el pecado, está presente en cada uno de nosotros. Y si el pecado es una causa de sufrimiento, todos somos, de alguna manera culpables de producir algún tipo de sufrimiento. Pero nos olvidamos de Dios. ¿Acaso pensamos que Dios no sufre a causa de nuestro pecado? ¿Pensamos que Dios es indiferente al sufrimiento? No, de ninguna manera, no lo es. Es precisamente a causa del pecado que produce sufrimiento que se manifestó en carne, y Jesucristo, Hijo de Dios, vino a terminar con este sufrimiento, pero no en absoluto en esta vida, no, el vino para darnos vida ETERNA, la cual todavía no la disfrutamos.

De alguna manera, podríamos decir que todos merecemos el dolor y el sufrimiento a causa de nuestro pecado. Los resultados iniciales causados por el primer pecado del ser humano contra Dios, fue en el Edén. Y las consecuencias ¿Qué produjeron? ¡Dolor!

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. "Génesis 3:16-19 RV1960"

De un día a otro, la situación de Adán y Eva, dio un cambio hacia el dolor. Un dolor que fue psicológico y físico y el cual a causa del crecimiento del pecado, se ha multiplicado a escalas impensables, pero Dios no se ha “desanimado” sino que persiste para salvar aquellos que reconocen esa condición y desean ser libres de ella, mediante la obra sacrificial de Jesucristo, el cual nos libra del mayor dolor que sufrirá el hombre incrédulo, la separación de Dios, a causa de su obstinación.
Pero, ¿y los que hemos creído?  ¿Tenemos que seguir sufriendo con los que no creen?...

Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. "Juan 16:33 RV1960"

Según Jesucristo, parece que sí, que tendremos aflicción, desde mi punto de vista, el cristiano tiene aflicciones del mundo y las causadas por ser cristianos y permanecer firmes.  Jesucristo ha vencido al mundo…¿qué quiere decir con eso…? Pues que “el mundo” produjo mucha aflicción a Jesucristo, pero Él la venció, y gracias a ello, nosotros podemos atravesar por “el valle de sombra y muerte” y seguir “porque Él está con nosotros” Salmo 23.

En una de las cosas que las diversas corrientes del cristianismo están de acuerdo es etiquetar a los enemigos espirituales del cristiano: Mundo, demonio y carne. Estos son fuente de sufrimiento. A todos estos los venció Jesucristo, pues al contrario de Adán y Eva, no cayó en pecado , venció al pecado y venció a la muerte mediante la resurrección, pues la muerte no lo pudo retener, ya que no había pecado en Él. Es por ello que la muerte no podrá retener a los que creen en Él, porque Él los ha limpiado del pecado, mediante el sufrimiento, físico y espiritual.

¿Quién es entonces el “inocente” que sufre siéndolo?  Tenemos que entender que el pecado ha afectado a nuestra condición de inocencia y al mundo donde vivimos, añadiendo que Adán y Eva, otorgaron un cierto poder al diablo cuando le obedecieron a él, en lugar de a Dios. Es por ello que se le llama el Príncipe de este mundo.

No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. "Juan 14:30 RV1960"

Para el cristiano en el camino de Jesucristo, la aflicción, el dolor, la angustia, el sufrimiento, sea lo que sea lo que lo produce es llamado PRUEBA.

Y la Palabra de Dios nos advierte de ello:

Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, "1 Pedro 4:12 RV1960"

Dios nos está diciendo,  que no digamos…¿Qué extraño que me pase esto o aquello? Es prueba, mejor todavía, más duro “es fuego de prueba”

En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso;  "1 Pedro 1:6-8 RV1960"

Cuando uno lee estos versículos, tiene la sensación de que hay palabras que no deberían estar ahí. “vosotros os alegráis” “os alegráis con gozo inefable y glorioso” ¿de qué? “ser afligidos en diversas pruebas” Esto duele. La aflicción duele ¿o no? Pero qué clase de gente puede vivir así…LOS HIJOS DE DIOS. El estará allí, con nosotros, pero la prueba es para nosotros, para fortalecer nuestra fe.
Si uno tiene una prueba, pongamos por ejemplo de velocidad corriendo, y superarla consiste en hacer los 100 metros en un minuto, y nuestro tiempo es de un minuto y 5 segundos… ¿Qué nos dice el resultado? Efectivamente, que no hemos pasado la prueba. Las pruebas del Señor, cuando nos damos cuenta que no las hemos pasado nos advierten que tenemos que buscar más a Dios para fortalecer nuestra fe.

Pero eso ocurre en este mundo caído. La esposa que desea un embarazo para tener un hijo, aun sabiendo los riesgos, el dolor, las incomodidades y trastornos…pero vale la pena por tener su hijo. Y nosotros, ¿acaso no vale la pena pasar por las “aflicciones” de este mundo para llegar a la meta de la vida eterna? Claro que sería más fácil que los niños los trajera “la cigüeña” ¿no? Y también que nuestra vida, cuando hemos creído en Cristo, como a veces se predica, fuera toda ella una alfombra de flores.

Pero el cristiano, como vemos, al tener unos intereses más importantes que los de este mundo, al tener los ojos puestos en Jesucristo(hebreos 12:2), al clamar “sí ven Señor Jesús (Apocalipsis 22:20), al saber que Jesucristo ha ido a prepararnos lugar(Juan 14:2-3), esperamos para estar siempre con Él (1ª Tesalonicenses (4:17), e una palabra sabemos que estamos de paso y nos espera la auténtica vida eterna, sin lloro, sin sufrimiento, sin dolor…

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. "Romanos 8:18 RV1960"

CONTINUARÁ...

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