jueves, 20 de febrero de 2020

POR QUÉ DIOS MÍO...IV


LO QUE SIEMBRE…ESO RECOGERÉ

Hay una ley natural y declarada en las Escrituras que afectan de forma irreversible a muchos. Es esta:

No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará."Gálatas 6:7 RV1960"

Efectivamente, una ley de la naturaleza, aplicada a los actos y sobre todo a lo relacionado con Dios y su voluntad. Si una pone semillas para que salga un rosal, eso es lo que la tierra hará germinar, no esperemos que salgan tulipanes, serán rosas.

Respecto a nuestras conductas ocurre lo mismo, una forma de proceder tiene su fruto. Por eso en este mismo libro de Gálatas, un poco más adelante nos dice:

No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe. "Gálatas 6:9-10 RV1960"

LO QUE SIEMBRE....RECOGERÉ
Cuando surge necesidad, cuando hay dolor, podemos ser portadores de alivio, sea físico, psicológico o emocional. Hacer el bien representa una capital en cada uno de nosotros que debemos invertir bien en nuestro prójimo. La oportunidad se presentará, y tendremos que decidir lo que vamos a hacer, si sembramos bienes o no sembramos nada, o quizás peor todavía, sembramos males. La cosecha ya la podemos imaginar.

En este mundo en el que inevitablemente, el sufrimiento ocupa, en un momento u otro, todas las vidas, de diferentes formas, hay oportunidades innumerables para ayudar en el mismo, en lugar de volver la cabeza. La disposición de ayudar debe surgir de un corazón dispuesto y agradecidos, sabiendo que la ayuda que dé, a los más débiles es como si lo hubiera hecho para el Señor.

“Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. "Mateo 25:35-45 RV1960"

Estos débiles en sufrimiento, dice que son sus hermanos mas pequeños. Y deja bien claro que la ayuda el apoyo en el sufrimiento de la vida, en sus diferentes formas, cuando se hace para los débiles, se hace para el Señor, y si nos e hace, no se hace para el Señor.

El Reino de los cielos se ha acercado. El Reino de los cielos ya está entre nosotros. El discípulo es ciudadano del Reino y la forma de actuar en este tiempo, es la declarada por Dios en Su Palabra. Por eso encontramos en ella mandatos que son hasta contrarios a la propia forma de pensar humana…

“Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. "Mateo 5:43-48 RV1960"

Es una forma de luchar, contra el enemigo, muy extraña, usar el bien contra el mal. El bien es un arma poderosa dada por Dios, ordenada de usar por Dios contra “nuestros enemigos”.

Los enemigos, los que nos han hecho sufrir, también pueden tener situaciones de sufrimiento. En la mente humana el pensamiento es, “ahora es la mía, ahora me voy a vengar de todo el mal recibido” pero la voluntad de Dios no tiene ese plan para los representantes del Reino, embajadores e hijos de Dios.

El mandato de Dios es muy difícil para el corazón humano, que destila venganza cuando ha sido sometido a algún sufrimiento, de la clase que sea. Pareciera que se produce algún tipo de satisfacción emocional o psicológica, cuando alguien que ha dañado, es dañado también él.

Incluso la Ley mosaica tuvo que establecer un sistema de control, así dice:

“…ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe. "Éxodo 21:24-25 RV1960"

Si nos damos cuenta esta ley lo que trata es de controlar los excesos de venganza por el sufrimiento causado por daños, de alguien al otro. La venganza se buscaba en un nivel excesivo, si un ojo, venganza los dos o algo más, si mano, las dos y posiblemente más. Esta ley trataba de limitar los actos de “venganza”

Pero ahora, Dios manifiesta la verdadera naturaleza que debemos tener, como hijos del Rey. Y nos puede parecer muy exigente, desde mi punto de vista humano, lo es, pero si vamos a ser ciudadanos del Reino de Dios, debemos comportarnos de la forma que deben ser, y mientras, en un mundo completamente alejado de Dios, debemos vivir y tratar de mostrar la nueva vida que Dios nos da, mediante Cristo Jesús. El Apóstol Pablo, nos lo dice de parte de Dios…

Así que, si tu enemigo tuviere hambre, dale de comer; si tuviere sed, dale de beber; pues haciendo esto, ascuas de fuego amontonarás sobre  su cabeza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. "Romanos 12:20-21 RV1960”

Lo que decíamos anteriormente, un arma muy diferente a las armas de la venganza. El bien, pero el bien de acuerdo a la voluntad de Dios porque no significa que no habrá justicia, sí la habrá, pero no es nuestra misión cobrarnos justicia por el sufrimiento recibido, de eso ya se encargará Dios, que es el Juez Justo..

No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. "Romanos 12:19 RV 1960"

El cristiano, discípulo del Señor, es llamado a vivir de acuerdo a la dirección de Dios. Somos llamados a sembrar en este mundo la vida del Reino de los cielos. Lo que sembremos recogeremos. 

Recordemos que para poder vivir de esa manera, es necesaria una comunión íntima con el Padre celestial, por Jesucristo, mediante el poder del Espíritu Santo, siguiendo las directrices que La Palabra nos marca como correctas.

En un mundo lleno de sufrimiento, somos llamados a sembrar alivio, llevándolo a todos, algunos desearán seguir a Jesucristo, otros no, pero independientemente de ello, nuestra misión es ser sal y luz para el sufrimiento de este mundo, en el Nombre de nuestro Salvador y Señor Jesucristo.

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