viernes, 21 de febrero de 2020

POR QUÉ DIOS MÍO...V


SUFRIR POR HACER LA VOLUNTAD DE DIOS


“… sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado. "1 Corintios 9:27 RV 1960"

Es imposible leer las cartas de Pablo y no sorprenderse por los ejemplos que pone, para ilustrar lo que debe ser la vida de un cristiano, de un discípulo de Jesucristo.

Aquí quisiera que viéramos el “sufrimiento” que debemos imponer a nuestro cuerpo para que no haga lo que no debe hacer, respecto al pecado. Somos llamados a no pecar. Con una naturaleza carnal acuestas todavía, la lucha se convierte en algo cotidiano.

El Apóstol Juan lo define muy bien…
que todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. "1 Juan 2:16-17 RV 1960"

Deseos que entran por la vista, vanagloria, deseos de la carne…todo lo que hay en el mundo. Somos incapaces de evitarlo. Para superarlo también sufrimos, pero este tipo de sufrimiento es para hacer la voluntad de Dios, no la que nos piden nuestros deseos.

Creo que una de las cosas más sutiles que forman parte del examen que exige nuestra condición de discípulos de Cristo, es la de no permitir, de ninguna manera que ningún deseo impropio se haga con nuestra voluntad y nos someta a su capricho. Identificar a este tipo sutil de deseos no es tarea fácil. Debemos tener en cuenta lo que sí podemos desear y todo lo demás estará fuera, veamos, en este momento dejemos que nos hable el salmista…

¿A quién tengo yo en los cielos sino a ti?  Y fuera de ti nada deseo en la tierra. "Salmos 73:25 RV 1960"

En el cielo tenemos a Dios, en la tierra nada, excepto Dios, debe ser el objetivo supremo de nuestro deseo. Los deseos del mundo no provienen de nuestro Padre celestial. Y no hay otra cosa que Él mismo que deba ser nuestro deseo fundamental.

Pero, diremos ¿no puedo evitar desear cosas de este mundo? ¿Qué haré? Efectivamente, ya he dicho que estamos en una batalla cotidiana, donde intervienen el diablo, el mundo y nuestra carne. Ahora vemos que nuestra carne se alía con el mundo (sus deseos) para batallar contra el deseo espiritual que nos enfoca en Dios. Por supuesto que también el diablo echará una mano para empujar, y hay veces que esto se le ve venir, pero en otras ocasiones, como decía, es muy sutil, al igual que el diablo pude manifestarse como ángel de luz, así los deseos de la carne, provenientes del mundo, se aparecen como vio Eva el fruto prohibido: “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella. "Génesis 3:6 RV 1960"

Queridos lectores, no podemos obviar que tenemos el mismo problema que tuvieron Adán y Eva, en el Edén, a nuestro parecer, incluso esos deseos del mundo, “nos parecen buenos, agradables a los ojos y codiciables para alcanzar…” de esta manera entendemos que en la batalla del deseo de Dios y el deseo del mundo, sufrimos y anhelamos estar libres de esos ataques o nos rendimos y entonces el pecado da su fruto.
Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Más si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. "1 Pedro 2:20 RV 1960"
No hay ningún sentido honorable, ningún fruto espiritual cuando sufrimos a causa de haber pecado, y somos abofeteados. Es decir, cuando hacemos algo malo y sufrimos las consecuencias. Si voy conduciendo a una velocidad superior a la permitida, y me multan, no podemos decir ¡Cuánto sufro por el Señor! Pero si me insultan por ser cristiano y lo sufro, entonces esto es aprobado delante de Dios.

El ser cristiano no nos exime de la ley de los hombres. Algunas leyes están para el bien de todos. Otras son ofensivas para Dios. Estas últimas debemos sufrirlas, porque no las obedecemos, como les pasó a los Apóstoles, cuando les exigieron las autoridades religiosas de Jerusalén que no predicasen a Cristo, y ellos les contestaron así…

Respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres. "Hechos 5:29 RV 1960"

No es difícil encontrarnos en muchas situaciones donde el mundo nos pedirá que hagamos cosas que no aprueba Dios. Al ginecólogo que le piden provoque abortos, o deje morir por eutanasia, al contable que le piden que engañe al Estado, cuando nos piden que mintamos porque todo el mundo lo hace, que falsifiquemos algo, y así un largo etcétera, donde seguro que tú, que lees esto, si eres temeroso de Dios, te encontrarás con muchas situaciones parecidas. Como la carne es débil, caemos, muchas veces por evitar el sufrimiento, pero pecamos y debemos buscar el camino del arrepentimiento delante de Dios.

Por otra parte como decía, hay situaciones donde si sufrimos por incumplir leyes que Dios aprueba y somos abofeteados (castigados) ese sufrimiento lo merecemos, no hay mérito, hemos transgredido una ley que está puesta para bien y no para mal.

Volviendo a esta lucha que tenemos en nuestro ser, si volvemos al texto bíblico del encabezamiento, encontramos que el Apóstol Pablo mismo, tuvo las mismas luchas que nosotros tenemos. En ese texto y su contexto, Pablo utiliza el ejemplo de los atletas, que como hoy en día, para poder ganar, debían someter a su cuerpo a una disciplina muy dura.

Pablo no está hablando literalmente que golpeemos nuestro físico. Esto ha sido sacado de contexto y ha sido aplicado en algún sector del cristianismo, buscando formas de hacer sufrir al cuerpo físicamente, con azotes, privaciones, autocastigos, y cosas de este estilo. De las cuáles cosas también Pablo advierte de su inutilidad…
Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. "Colosenses 2:20-23 RV 1960"
Ciertamente estos suplicios no son efectivos.

Cuando Pablo habla de “golpear su cuerpo, lo que destaca es “lo pongo en servidumbre” lo que quiere decir es que el cuerpo, la carne, debe estar sometida mediante la disciplina a las cosas que Dios aprueba y que resultan efectivas en la necesaria victoria espiritual. El Apóstol Pablo nuevamente nos enseña a proteger nuestros pensamientos obligándolos a pensar de forma espiritual…
Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Lo que aprendisteis y recibisteis y oísteis y visteis en mí, esto haced; y el Dios de paz estará con vosotros. "Filipenses 4:8-9 RV 1960"
Y también nos enseña el Apóstol Pedro en qué debemos ocuparnos…
Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia; vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo. "2 Pedro 1:3-8 RV 1960"
Y por supuesto, ocuparnos en el tesoro más precioso ganado por la sangre de Jesucristo: Nuestra Salvación…

Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. Haced todo sin murmuraciones y contiendas, para que seáis irreprensibles y sencillos, hijos de Dios sin mancha en medio de una generación maligna y perversa, en medio de la cual resplandecéis como luminares en el mundo; "Filipenses 2:12-15 RV 1960"

Que Dios nos dé sabiduría en todo.

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