OFERTAS DE FELICIDAD
El sufrimiento forma parte de todos los seres humanos, en
desiguales condiciones y oportunidades, pero todos padecemos, sentimos
sufrimiento.
En la anterior entrega, estaba compartiendo sobre las
Ofertas de Felicidad que nos rodean. Quisiera que ahora fuéramos a la…
OFERTA DE FELICIDAD DE DIOS
En la Palabra de Dios, no se usa la palabra Felicidad, si se
habla del gozo, pero siempre en relación con una vida de discipulado fiel,
dependientes de nuestro Padre celestial, y no del gozo que tenemos en la vida
en el mundo, que también lo es. La diferencia es la procedencia. El gozo en las
cosas de esta vida, especialmente las sanas, que es pasajero. El gozo de la
relación, comunión con Dios y de la esperanza delante de nosotros, que tiene
sus aspectos concretos (por ejemplo un momento de alabanza o de oración que nos
llena de gozo. Pero está el gozo permanente, a causa de nuestra identidad
espiritual –hijos de dios – esto es pertenencia y las promesas de Dios tanto
para la vida en la tierra como para la vida eterna.
La palabra que se usa en los textos bíblicos es Bienaventuranza,
bienaventurados, cuya traducción está relacionada con una condición bendecida
que no cambia con la circunstancias, que permanece más allá de lo que ocurra,
sea malo o bueno esta vida y alcanza a los que se acercan a Dios y aceptan lo
que Dios dice de ellos, de nosotros, los que creemos.
Para mi entender la bienaventuranza es la felicidad del
cielo.
Es por ello que todos conocemos las llamadas “Bienaventuranzas”
enseñadas por el Señor Jesucristo cuando estuvo como Hijo del Hombre, entre
nosotros, las pongo a continuación…
Y abriendo su boca les enseñaba, diciendo: Bienaventurados los pobres
en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los que
lloran, porque ellos recibirán consolación. Bienaventurados los mansos, porque
ellos recibirán la tierra por heredad. Bienaventurados los que tienen hambre y
sed de justicia, porque ellos serán
saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán
misericordia. Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de
ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os
vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así
persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros. "Mateo 5:2-13 RV
1960"
Estas “Bienaventuranzas” están incluidas dentro de todas las enseñanzas comprendidas
en el llamado “Sermón del Monte” llamado así por el lugar desde donde
Jesucristo dio esta extensa enseñanza, comenzando precisamente por las Bienaventuranzas.
Creo que muchos de los que le escucharon, no entendieron lo
que Jesucristo estaba diciendo, creo que esto todavía pasa hoy en día, si
nuestro intento de entenderlas es desde una perspectiva puramente terrenal,
basada en necesidades, carencias y situaciones, que surgen en nuestro diario
vivir, pero que Jesucristo las usa como modelo para llevarnos a un
entendimiento de las cosas celestiales.
Esto fue así en el Antiguo Testamento y lo fue después. En
el antiguo testamento se habla de los tipos y ante tipos de cosas celestiales
en cosas terrenales. El Tabernáculo o Tienda que Dios mostró a Moisés
detalladamente, que debían construir y llevar con ellos los cuarenta años de
peregrinación por el desierto, a causa de su incredulidad, representaban una
imagen terrenal de cosas celestiales y de posteriores cumplimientos. El
escritor del libro de Hebreos, nos lo recuerda hablando de los sacerdotes que
servían en el Tabernáculo y posteriormente en el Templo de Israel…
“…los cuales sirven a
lo que es figura y sombra de las cosas
celestiales, como se le advirtió a Moisés cuando iba a erigir el
tabernáculo, diciéndole: Mira, haz todas las cosas conforme al modelo que se te
ha mostrado en el monte ."Hebreos 8:5 RV 1960"
El autor, nos dice que “es figura y sombra de las cosas
celestiales” por lo tanto, nuestro Padre y Dios, usa elementos terrenales, para
mostrar una idea de las celestiales. Lo mismo que hizo Cristo con sus
enseñanzas que utilizaba elementos conocidos de la tierra, de costumbres y de
formas humanas para que entendamos las cosas celestiales.
Entender por ejemplo la Parábola del Sembrador, simplemente
como algo que ocurre en el campo terrenal, nos privaría de la riqueza y
contenido de la enseñanza que se muestra mediante estas figuras de dicción que
nos hacen penetrar en el mundo espiritual, aplicado a nuestras vidas aquí y
convertido en promesas del ahora y del futuro allá, en el cielo real, en el
Templo real, en la Jerusalén real, en el Trono de Dios real, a los cuales ahora
solo accedemos mediante las disciplinas espirituales, como el ayuno, la
oración, la alabanza, la adoración, mediante el Espíritu y gracias al Señor
Jesucristo, que es nuestro Camino a todo ello.
Cuando acabe nuestra vida aquí, o cuando venga Jesucristo,
entonces iremos a los lugares reales, no ya a las figuras o sombras de lo
celestial. Lo celestial estarán al alcance de nuestra vista y entendimiento de
lo que ahora solo imaginamos y creemos por fe.
Por ello es muy importante que, no solo en las Bienaventuranzas,
sino en todo lo referido a la revelación de Dios en Su Palabra, tengamos una
disposición espiritual, formando la mente de Cristo en nosotros (es decir la
forma de pensar de Cristo) Me tomo la libertad de poner el siguiente texto
bíblico que animo a leerlo, pues las cosas que Dios nos ha concedido a los que
creemos son verdaderamente impresionantes y no es una fábula, es una realidad
que debe ser aceptada, recibida y practicada en esta vida, como anticipo a lo
mucho más que Dios tiene para nosotros, su hijos…
Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez; y
sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que perecen.
Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios
predestinó antes de los siglos para nuestra gloria, la que ninguno de los
príncipes de este siglo conoció; porque si la hubieran conocido, nunca habrían
crucificado al Señor de gloria. Antes bien, como está escrito:
Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,
Ni han subido en corazón de hombre,
Son las que Dios ha preparado para los que le aman
. Pero Dios nos las
reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo
profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino
el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de
Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del
mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos
ha concedido, lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría
humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo
espiritual. Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de
Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de
discernir espiritualmente. En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero
él no es juzgado de nadie. Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le
instruirá? Mas nosotros tenemos la mente
de Cristo. "1 Corintios 2:6-16 RV
1960"
En estos brillantes versículos, nos damos cuenta que…
- · Dios habla una sabiduría no de este siglo.
- · Que esta sabiduría consiste en cosas que no son visibles.
- · Que Dios las reveló a los que le aman por el Espíritu.
- · Que para poder entenderlas hay que hacerlo mediante el Espíritu.
- · Que el hombre natural, es decir meramente humano, no puede entenderlas.
- · Solo es posible entenderlas espiritualmente con la mente de Cristo.
Entonces queda muy claro que la Palabra de Dios, no es un
libro cualquiera. Por lo tanto su contenido tampoco es posible entenderlo
mediante consideraciones exclusivamente terrenales, pues contiene una
revelación excepcional e imposible de captar a no ser con una condición de
acercamiento a Dios, creer que existe y el galardón principal de la fe es la
comprensión de esas figuras, sombras elevadas a lo sumo celestial.
De esa forma, el dolor, el sufrimiento, podrá entenderse
desde una perspectiva superior, y no condicionado exclusivamente al dolor en
ámbitos humanos, pues cuando miramos y analizamos el mundo y lo que en él
ocurre, desde una visión meramente humana, sin ver más allá, podemos
equivocarnos extensamente.
Es curioso que en el libro del profeta Malaquías, se utiliza
la palabra “bienaventurado”, la utiliza, no Dios, sino hombres, hombres que no
habían entendido nada del ámbito espiritual, que su mirada solo estaba puesta
en lo terrenal y su interpretación de los hechos era con una mente cerrada a lo
humano, sin visión, veámoslo…
Primero esto les dice el Señor…
“Y todas las naciones
os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable, dice Jehová de los
ejércitos.”
Y esto es lo que ellos le contestan…
Vuestras palabras
contra mí han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado
contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué aprovecha que
guardemos su ley, y que andemos afligidos en presencia de Jehová de los
ejércitos? Decimos, pues, ahora: Bienaventurados son los soberbios, y los que
hacen impiedad no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon. "Malaquías
3:12-15 RV 1960"
Dios les dice, seréis bienaventurados delante de otros,
ellos le dicen algo así “te equivocas los bienaventurados son los soberbios, los que hacen impiedad,
porque ellos si son prosperados y hasta de ti escapan” Su mirada, su interpretación estaba
depositada solo en el hechos que sus ojos percibían y su conocimiento humano
les interpretaba, no eran capaces de ver a través de los ojos de Dios. Su mente
era natural, no espiritual.
Así que ahora nos vamos a acercar al sufrimiento visto desde
el cielo: Las Bienaventuranzas.
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