…porque ellos alcanzarán misericordia. "Mateo 5:7 RV 1960"
Creo que todos nos damos cuenta que estamos en un mundo que
necesita gente con misericordia dado el dolor y el sufrimiento existente.
La misericordia, desde el punto de vista divino, es la
bondad que empatiza con quien la necesita. Es tener piedad de aquel que no lo
merece. Se trata de una actitud que surge de un corazón espiritual, cristiano.
La misericordia forma parte del carácter cristiano, y también es un don del
Espíritu Santo.
Como fruto del Espíritu Santo, es la bondad que surge del
corazón que ha recibido misericordia y quiere dar misericordia a su prójimo,
cuando es necesario. Y la verdad es que habrá muchas oportunidades para ello.
Pero debemos aprender lo que Dios nos quiere decir con ser
misericordiosos…
Al oír esto Jesús, les
dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y
aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio.(C) Porque no
he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. "Mateo 9:12-13 RV 1960"
De Dios se habla de su “grande misericordia” que como fruto
de ella se produjo el nuevo nacimiento y por tanto expectantes de lago real, no
muerto, y todo gracias a la resurrección de Jesucristo…
“Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, "1 Pedro 1:3 RV 1960"
Aparece unida a la salvación de la condenación por el pecado,
y esta no por obras. En el siguiente versículo observamos tres efectos de su
misericordia…lavamiento, regeneración y renovación…me recuerda a lo que ocurre
en el organismo, por ejemplo, si hay una quemadura en nuestro cuerpo, hay que
lavar primero, luego se va produciendo una regeneración y termina con una
renovación de la piel afectada, sea por defensas naturales del cuerpo o con
ayuda médica. Es un símbolo de lo que ocurre en nuestra vida, limpieza del
pecado, nuevo nacimiento (regeneración) nuevos “genes” de Dios, y por último
está la renovación de nuestra forma de ser y pensar. Y esto por su
misericordia, no por nuestras obras…
“…nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, "Tito 3:5 RV 1960"
Y esto nos demuestra a qué familia pertenecemos ahora. La
familia de Dios, por tanto debemos comportarnos con otros como Dios se comporta
con nosotros.
De Dios encontramos que se dice que no solo es grande en
misericordia, también es rico en misericordia, y no la atesora, la comparte, la
da, y motiva do por su “gran amor” como nosotros debemos hacer…
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, "Efesios 2:4 RV 1960"
La condición de aquellos que están alejados de Dios, les
convierte en inmisericordes…
“…necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin
misericordia; "Romanos 1:31 RV 1960"
Hay que decir algo muy importante, la misericordia es
otorgada por Dios dentro de su Soberanía, soberanía que no debemos olvidar
forma parte de su autoridad y ejercida de acuerdo a su ser, donde confluyen, el
amor, y la justicia perfecta, por lo que haga no será caprichoso, sino motivado
por su propósito salvador…
Pues a Moisés dice: Tendré misericordia del que yo tenga misericordia, y me compadeceré del que yo me compadezca. Romanos 9:15
Así que no depende del que quiere, ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. Romanos 9:16
De manera que de quien quiere, tiene misericordia, y al que quiere endurecer, endurece. Romanos 9:18
La misericordia es dada por su Soberanía, también está dirigida
por su omnisciencia, el conoce todo, conoce nuestro corazón profundamente, no
como nosotros conocemos, que es muy superficialmente, aun con las personas que
llevamos años con ellas. Y esa información privilegiada forma parte de sus
decisiones soberanas.
Como ilustración del uso de la misericordia, el Nuevo
Testamento, provee de historias, narradas por Jesucristo que nos hacen
reflexionar, sobre el uso que hacemos de la misericordia con otros…
Había un hombre rico, que se vestía de púrpura y de lino fino, y hacía cada día banquete con esplendidez. Había también un mendigo llamado Lázaro, que estaba echado a la puerta de aquél, lleno de llagas, y ansiaba saciarse de las migajas que caían de la mesa del rico; y aun los perros venían y le lamían las llagas. Aconteció que murió el mendigo, y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham; y murió también el rico, y fue sepultado. Y en el Hades alzó sus ojos, estando en tormentos, y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. Entonces él, dando voces, dijo: Padre Abraham, ten misericordia de mí, y envía a Lázaro para que moje la punta de su dedo en agua, y refresque mi lengua; porque estoy atormentado en esta llama. Pero Abraham le dijo: Hijo, acuérdate que recibiste tus bienes en tu vida, y Lázaro también males; pero ahora éste es consolado aquí, y tú atormentado. "Lucas 16:19-25 RV 1960"
Los fariseos consideraban la prosperidad como una prueba de
rectitud. Jesús los alarmó con esta historia donde se premia a un mendigo
enfermo y se castiga a un hombre rico. El rico no fue al infierno por sus
riquezas, sino por egoísmo. No alimentó a Lázaro, no le permitió entrar en su
casa, ni cuidó de su salud. A pesar de sus muchas bendiciones, fue un hombre
duro de corazón. No hizo misericordia cuando pudo hacerla.
La otra historia está relacionada con la parábola llamada
“El buen samaritano”
Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Él dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Vé, y haz tú lo mismo. "Lucas 10:29-37 RV 1960"
En este caso es un intérprete de la Ley, quien le preguntó a
Jesucristo, pero no era tanto por saber, como para probarle. Este intérprete de
la Ley, se la sabía muy bien, teóricamente, pero estaba muy lejos de la
práctica de la misma. Jesucristo que conoce los corazones, le ilustró muy
críticamente, con una parábola, a la pregunta de ¿quién es mi prójimo?
Es curioso que para sorpresa segura de este intérprete de la
Ley, utiliza como personajes, un viajero
asaltado, robado y herido gravemente, y la actitud al encontrarlo de un
sacerdote y de un levita, personajes religiosos, pero que “pasaron de largo” y
no usaron de misericordia hacia aquel que estaba en tan malas condiciones, y la
sorpresa de la historia está en que es un Samaritano con los que no se llevaban
bien (La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo
tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan
entre sí."Juan 4:9 RV 1960") fue “movido a misericordia” y se
ocupó del herido ampliamente y la contestación del interprete es correcta “uso
misericordia”
El cristiano no debe endurecer su corazón con el rico de la
parábola de Lázaro, ni tampoco debe apagar cualquier mover de misericordia,
sino debemos usar la misericordia, como este ejemplo que hemos visto.
Hay otra parábola donde encontramos misericordia dada a
quien no la merecía. Es la parábola del Hijo pródigo” la copio a continuación
para que no tengas que buscar en la Biblia, aunque es bueno que la tengas
delante de ti…
También dijo: Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de los bienes que me corresponde; y les repartió los bienes. No muchos días después, juntándolo todo el hijo menor, se fue lejos a una provincia apartada; y allí desperdició sus bienes viviendo perdidamente. Y cuando todo lo hubo malgastado, vino una gran hambre en aquella provincia, y comenzó a faltarle. Y fue y se arrimó a uno de los ciudadanos de aquella tierra, el cual le envió a su hacienda para que apacentase cerdos. Y deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los cerdos, pero nadie le daba. Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti. Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros. Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo. Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse. Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. El le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase. Mas él, respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. El entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas. Mas era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. "Lucas 15:11-32 RV 1960"
Este muchacho fue un alocado hijo que le pareció que estaba
mejor administrando él sus bienes, fuera de la casa de su padre. Pero por falta
seguro de capacidad administrativa, malgastó el dinero. No dice que lo hiciera
con cosas pecaminosas. Se puede derrochar el dinero en cosas que no son
pecaminosas, pero tampoco necesarias. La realidad es que terminó en bancarrota,
y tuvo que buscar el peor trabajo que no le daba mucho para vivir, y entonces
se dio cuenta – el texto dice “volviendo en si”- de que como en la casa del
padre, no había sitio mejor, y además necesitaba a su padre. Así que vuelve
arrepentido y dispuesto a reconocer su pecado…y aquí es donde quiero hacer el
énfasis de nuestro tema… Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre,
y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó. Este
momento me parece a mí impresionante. Es
la misma actitud que el Samaritano, pero esta vez es un padre, más todavía es
nuestro Padre celestial, quien es figurado en esta historia, resaltando su
misericordia y dándonos ejemplo con su actitud misericordiosa hacia nosotros,
para que nosotros seamos como Él.
Hay en situaciones donde debemos tener una misericordia
lejana. Es cuando alguien está necesitado de Dios, pero no quiere Su ayuda y
persiste en la maldad y en el pecado, Judas dice de estos…
A otros salvad, arrebatándolos del fuego; y de otros tened misericordia con temor, aborreciendo aun la ropa contaminada por su carne. "Judas 1:23 RV 1960"Si hemos recibido por misericordia, también hemos de dar por misericordia, si Dios ha tenido una grande misericordia con nosotros, nosotros debemos tener misericordia con nuestro prójimo.
Otro gran ejemplo de esto la misericordia en la enseñanza de "Los dos deudores"
Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos. Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos. A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda. Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda. Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes. Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo. Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda. Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado. Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste. ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti? Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía. Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.
"Mateo 18:23-35 RV 1960"
Observando bien esta parábola, el rey es nuestro Padre celestial, el primer deudor podemos ser cualquiera de nosotros a quienes ha perdonado tanto, y el siguiente deudor es nuestro prójimo. En este caso al que Dios perdonó, se resistió a perdonar a su prójimo, y Dios advierte que si no hacemos lo mismo que Él hizo, entonces nos castigará.
¡Seamos misericordiosos con nuestro prójimo!
CONTINUARA...
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