porque ellos verán a Dios. "Mateo 5:8 RV 1960"
Algunas Biblias traducen “limpio” por “puro”. Pero…aquí
debemos saber claramente a qué se refiere con “corazón” y luego ver limpio o
puro.
Cuando leemos en la Biblia corazón, no se refiere en la
mayoría de los casos al músculo hueco y piramidal situado en la cavidad
torácica que bombea la sangre a todo el cuerpo. Por lo general usa esta
palabra, para comunicar y enviar un mensaje con detalle especial a su criatura
más preciada: el ser humano. El corazón
para Dios en estos textos, es el asiento de las actitudes, emociones y de la
inteligencia. Se refiere a la mente, los pensamientos, los sentimientos y al intelecto
en general
En el Antiguo Testamento habla sobre el intelecto, como
sabiduría atribuible al corazón…
“El corazón del sabio hace prudente su boca, Y añade gracia a sus labios. "Proverbios 16:23 RV 1960"
Dios le dio a Salomón, como pidió, un corazón sabio…
“…he aquí lo he hecho conforme a tus palabras; he aquí que te he dado corazón sabio y entendido, tanto que no ha habido antes de ti otro como tú, ni después de ti se levantará otro como tú. "1 Reyes 3:12 RV 1960"
Pero ya aquí entendemos que el hecho que Dios nos dé un
corazón con habilidad sabia, no quiere decir que no esté bajo nuestro control.
Salomón perdió el control de su corazón en lo que se refería a tener el corazón
sujeto a la voluntad de Dios y se olvidó de las leyes que debían gobernar ese
corazón sabio.
Algo ejemplar para nosotros, en el Nuevo Testamento, en la
Carta de Santiago no anima…
Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. "Santiago 1:5 RV 1960"
Dios dará sabiduría al que la pida. Pero cada uno de
nosotros tendrá que administrar de acuerdo a la voluntad de Dios la sabiduría
recibida, usándola para obedecer, ser bendecido y bendecir.
Conocer verdaderamente nuestro corazón es imposible si no lo
hacemos a la luz de Dios. Nuestras luces enfocan a nuestra manera y por tanto
hay muchas zonas de obscuridad. Debemos
saber que nuestro corazón es un corazón en el que también abriga el pecado…
Porque de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre. "Marcos 7:21-23 RV 1960"
Cuando Jesucristo tuvo la entrevista con el “joven rico”
éste le llamo “Maestro bueno”…¿y qué le contestó el Señor”
Al salir él para seguir su camino, vino uno corriendo, e hincando la rodilla delante de él, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Ninguno hay bueno, sino sólo uno, Dios. "Marcos 10:17-18 RV 1960"
Efectivamente, solo hay uno bueno…Dios. Pareciera que
Jesucristo le estuviera diciendo “ Vamos a ver joven…¿al llamarme “bueno” lo
dices porque crees que soy Dios en carne…?
Cuando decimos de alguien que es una buena persona,
normalmente lo decimos porque se ha portado bien en determinado o determinados
asuntos. Realmente nadie es bueno totalmente, excepto Dios.
Así que si te
consideras una buena persona, cuidado porque puede impedirte llegar a tener
verdaderamente un corazón “limpio o puro”
Debemos hacer caso a Dios de lo que dice de nosotros mismo.
Cuando nos acercamos a Dios sabemos de cosas que hemos hecho o hacemos que nos
ponen el título de pecadores, pero debemos tener presente que no es por lo que
hemos hecho, es por lo que somos…SOMOS PECADORES.
Cuando vamos conociendo a
Dios, y dejamos que la Palabra mediante el Espíritu descubra nuestro interior
–corazón- empezamos a ver que no solo son los pecados de lo que hemos hecho
mal, también existen los pecados de palabras y pensamientos.
La Palabra penetra en nosotros así…
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. "Hebreos 4:12 RV 1960"
Así es como una espada. Hoy diríamos como un bisturí, que
usan los cirujanos para llegar desde la piel hacia adentro y descubrir
cualquier cosa que impida estar sano, al cuerpo. Pero en este caso es la Palabra de Dios, con
el cirujano el Espíritu Santo, que descubre lo malo en nosotros, si dejamos que
lo haga, claro.
Pero…si nuestro corazón es así de malo… ¿cómo podemos tener
un corazón limpio? ¿Nos limpiamos nosotros? ¿Qué usaremos para limpiarnos…?
Realmente el que nos limpia es Jesucristo, pero nosotros nos
limpiamos cuando dejamos que Jesucristo nos limpie.
“…pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. "1 Juan 1:7 RV 1960"
Y ya vemos lo que limpia nuestro corazón…”la sangre de
Jesucristo”
Pero nosotros debemos reaccionar y saber cuándo hay suciedad
(pecado) en nuestro corazón, abriendo todo nuestro ser a la investigación de
Dios y aceptando cuando Él nos muestre algo, muchas veces que no considerábamos
malo, según nuestra percepción, pero es Dios quien decide en última instancia,
incluso cosas que en sí no son pecado, pero pueden ser malas para mi vida
espiritual.
Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica. Ninguno busque su propio bien, sino el del otro. "1 Corintios 10:23-24 RV 1960"
Nuestro corazón limpio mira no solo por nosotros también por
“el otro” Eso es amor al prójimo.
Y como decía debemos limpiarnos también de las cosas que nos
ensucian, como el Apóstol Pablo le recomienda a su hijo en la fe, Timoteo,
animo a ver también el contexto del siguiente versículo…
2Ti_2:21 Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra.
¿Cómo se limpia nuestro corazón…? Mediante la confesión a
Dios, el arrepentimiento y el deseo de ser libre, de no hacerlo otra vez, de no
hacerlo nunca más. Y así una y otra vez hasta vencer. Cuando pecamos “ensuciamos”
nuestro corazón. Cuando confesamos y nos arrepentimos, nuestro corazón
nuevamente está limpio, pero siempre gracias a la sangre del Señor Jesucristo.
¡Bendito sea Su Nombre!
Ya en el Antiguo Testamento, Dios hace una promesa
relacionada con el corazón del hombre…
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, "Ezequiel 11:19 RV 1960"
Es Jesucristo quien ha conseguido esto.
Y no escatima advertencias. Dios ha hecho la obra,
Jesucristo la hizo perfecta y nos ha dado todo lo necesario para que podamos
poner en nuestro corazón, quitando el viejo y pecaminoso corazón, que no es ni más
ni menos que cambiar nuestras formas de pensar, nuestras formas de sentir y de
emocionarnos, cambiar nuestras obras por las obras de Jesucristo, llenando
nuestro corazón – actitudes, pensamientos, inteligencia – de la Palabra de Dios
y de su Espíritu.
Y esto debemos hacerlo bien, cuidando unos de otros y cada
uno de sí mismo…
Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado. Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio, "Hebreos 3:12-14 RV 1960"
El corazón limpio es el corazón de fe. El corazón malo es el
corazón incrédulo. El corazón endurecido por el pecado, y a nosotros nos toca
retener esa fe hasta el final.
El salmo 51 – que recomiendo que leas – nos muestra al Rey
David, cómo tuvo que descubrir que su corazón no era recto y ¡qué gran deseo de
cambiarlo!
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto
dentro de mí. "Salmos 51:10 RV 1960"
Para poder ver a Dios, es necesario tener un corazón limpio,
puro. Esto es la santidad que es lo mismo…
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor. "Hebreos 12:14 RV 1960"
Sabemos que somos salvos, y también que estamos en un
proceso de renovación hasta que estemos con Cristo. Por eso debemos vivir
nuestra vida como Dios la define…
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad. "Filipenses 2:12-13 RV 1960"
Ocuparse de la salvación personal en este texto no significa
cuidarla de no perderla, significa llevar una vida en la que se manifieste un
vivo testimonio de haber sido salvado, no con el interés de demostrarlo sino de
regocijarnos en vivir una vida digna de un creyente nacido de nuevo. Ocuparse
de nuestra salvación es el llamado a trascender como luz y sal en nuestra
generación.
Me atrevo a poner en otra traducción el texto anterior, que
le da un sentido mas comprensible...
Por tanto, mis queridos hermanos, así como me habéis obedecido[s] siempre cuando estaba entre vosotros, obedecedme más ahora que estoy lejos. Ocupaos de vuestra salvación con profunda reverencia, (DHH C* 2002*)
Me gusta cómo Pablo explica cómo Dios va “escribiendo” en
nuestro corazón, igual que cinceló en las tablas de Piedra de la Ley, pero
ahora mediante la Palabra aplicada en nuestro corazón por el Espíritu Santo.
“…siendo manifiesto que sois carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra,(A) sino en tablas de carne del corazón. "2 Corintios 3:3 RV 1960"
El que se ha dado cuenta de que su corazón – actitudes,
pensamientos, obras – no son buenos y acude a ser limpiado por Dios, mediante
la sangre de Jesucristo, PODRÁ VER A DIOS.
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