viernes, 20 de marzo de 2020

EL REY DAVID, EL PECADO, SATANÁS Y LA PESTE - II



Ya hemos visto en la entrega anterior, que esta historia sucedida en el reinado del Rey David, La historia la encontramos en 2 Samuel 24:1-25 y en 1ª de Crónicas 21:1-30. Vimos que en ambos libros, el texto comienza con ira por parte de Dios sobre Israel y es el Rey David, mediante una debilidad que Satanás lo tienta y él cae en la tentación de hacer un censo del pueblo.

LA TENTACIÓN: EL CENSO

El censo de David acarreó el desastre debido a que, a diferencia de los censos tomados en el libro de Números (Números 1, 2) los cuales Dios había ordenado, este censo se llevó a cabo para que David pudiera sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos.

Si bien veíamos en la parte anterior que Satanás tiene una cierta autoridad sobre el mundo, ahora vemos también que nadie está exento de ser tentado por él.  Estar sometidos a Dios, a Su perfecta voluntad, requiere una entrega constante y decidida y al detalle. De lo contrario como le pasó al Rey David, caemos en pecado.

El censo de David acarreó el desastre debido a que, a diferencia de los censos tomados en el libro de Números (Números 1, 2) los cuales Dios había ordenado, este censo se llevó a cabo para que David pudiera sentirse orgulloso de la fortaleza de su ejército. Al determinar su poder militar, estaba comenzando a confiar más en este poder que en la fuerza de Dios. Existe una línea muy delgada entre la dependencia que confía en el poder de Dios y la soberbia porque Dios lo ha usado para grandes propósitos.

El texto bíblico dice que Satanás incitó a David para hacer un censo. ¿Acaso puede forzar Satanás a la gente a hacer cosas malas? No, Satanás sólo tentó a David con la idea, pero fue David el que decidió hacerlo. Desde el huerto del Edén, siempre Satanás ha estado tentando a la gente a pecar. El censo de David no iba en contra de la ley de Dios, pero el motivo del censo estaba mal: sentía orgullo por su ejército poderoso, mientras olvidaba que su verdadera fortaleza provenía de Dios.

Del ejemplo de David podemos aprender que un acto que por sí mismo no es malo, puede llegar a ser un pecado si lo motivan la codicia, la arrogancia o el egoísmo. A menudo nuestros motivos, y no nuestras acciones, originan el pecado. Debemos sopesar constantemente nuestros motivos antes de actuar.

Incluso Joab, quien no era conocido por sus ideales de alta moral, reconoció que el censo era un pecado.

1 Crónicas 21:3  Y dijo Joab: Añada YHVH a su pueblo cien veces más, rey señor mío, ¿no son todos éstos siervos de mi señor? ¿Para qué procura esto mi señor, que será para pecado a Israel?
1 Crónicas 21:6  Entre éstos no fueron contados los levitas ni los hijos de Benjamín, porque la orden del rey era abominable a Joab.

Pero David, en ese preciso momento estaba totalmente ciego…

2 Samuel 24:4  Pero la palabra del rey prevaleció contra Joab y contra los jefes del ejército. Así que Joab y los jefes del ejército salieron de la presencia del rey para hacer el censo del pueblo de Israel.

Durante nueve meses y veinte días, Joab y los jefes del ejército, estuvieron recorriendo todo Israel, haciendo el censo y una vez terminado le dieron todos los datos al Rey David…

2 Samuel 24:8  Y habiendo recorrido el país, volvieron a Jerusalem al cabo de nueve meses y veinte días.
2 Samuel 24:9  Y Joab entregó el censo del pueblo al rey. Y fueron los de Israel ochocientos mil hombres de guerra que portaban espada; y los de Judá eran quinientos mil hombres

EL PECADO, LA CONFESIÓN EL ARREPENTIMIENTO

Hecho el censo y entregado al Rey David, el rey no se sintió bien espiritualmente. Una de las cosas que tenía David, a pesar de sus innumerables fallos, era que tenía un corazón dispuesto para reconocer cuando había pecado…

1 Crónicas 21:8  Entonces dijo David a Ha-’Elohim: He pecado gravemente al hacer esto. Pero ahora te ruego que quites la iniquidad de tu siervo, porque he obrado muy neciamente.
2 Samuel 24:10  Pero después que David hizo contar el pueblo, le remordió el corazón. Así que David dijo a YHVH: He pecado gravemente al haber hecho esto. Ahora, oh YHVH, te ruego que perdones la iniquidad de tu siervo, porque he obrado neciamente.

¡En cuántas ocasiones nosotros también obramos neciamente! Obrar neciamente conduce al pecado y el pecado trae consigo castigo. David se dio cuenta de que había pecado y se hizo responsable de él.
 Todos pecamos y debemos conocer el camino dispuesto por Dios para el regreso, este es la confesión y el arrepentimiento. Al igual que David, debemos admitir la plena responsabilidad de nuestros actos y confesarlos a Dios antes que El nos perdone y continúe su obra en nuestras vidas.

LAS CONSECUENCIAS

Las consecuencias del pecado de David eran evidentes. Seguramente era conocido por todo el pueblo el censo. Y por tanto Dios debía establecer algún tipo de justicia para que estuviera presente en todos los corazones, como prevención de futuro. Así que le dio a elegir el tipo de castigo que sin duda iba a recibir el rey David, y todo el pueblo con él.

2 Samuel 24:11  Cuando David se levantó por la mañana, la palabra de YHVH fue al profeta Gad, vidente de David, diciendo:
2Sa 24:12  Ve y di a David: Así dice YHVH: Tres cosas te propongo; escoge una de ellas, para que Yo te la haga.
2Sa 24:13  Y Gad fue a David, y se lo hizo saber, diciéndole: ¿Te sobrevendrán siete años de hambre en tu tierra? ¿Huirás tres meses delante de tu adversario mientras te persigue? ¿Habrá tres días de peste en tu tierra? Decide ahora, y mira qué he de responder al que me envía.

Sobre el Rey David, recayó la responsabilidad de tener que decidir sobre el tipo de castigo y lo hizo con “gran angustia” y eligió que Dios enviara una “peste” la cual mató a setenta mil hombres…

2 Samuel 24:14  Y David respondió a Gad: Estoy en gran angustia; pero es preferible caer en manos de YHVH, porque muchas son sus misericordias, que caer en manos de los hombres.
2Sa 24:15  Y YHVH envió la peste sobre Israel desde la mañana hasta el tiempo señalado; y desde Dan hasta Beerseba murieron del pueblo setenta mil hombres.

El pecado tiene un efecto de dominó. Una vez que se ha cometido un pecado, lo siguen una serie de consecuencias. Dios perdonará nuestro pecado si se lo pedimos, pero las consecuencias de ese pecado ya están en marcha. David suplicó misericordia, y Dios respondió al detener al ángel antes de que completara su misión de muerte. Sin embargo, las consecuencias del pecado de David ya habían causado un gran daño. Dios siempre perdonará nuestros pecados y a menudo intervendrá para hacer menos severas sus amargas consecuencias, pero permanecerán las cicatrices. El pensar en las posibles consecuencias antes de actuar puede evitarnos a nosotros mismos y a los demás mucha pena y mucho sufrimiento.
 
“¿Por qué murieron setenta mil inocentes por el pecado de David? Nuestra sociedad hace un gran énfasis en el individuo. En los tiempos antiguos, sin embargo, los líderes familiares, los líderes de las tribus y los reyes representaban al pueblo que dirigían, y todos esperaban compartir sus triunfos al igual que sus fracasos y castigos. David merecía castigo por su pecado, pero su muerte podía haber ocasionado un caos político y la invasión del ejército enemigo, causando cientos de miles de muertos. En cambio, Dios mostró su gracia al salvar la vida de David. Además detuvo la plaga para que se salvara la mayor parte del pueblo de Jerusalén.
Dios nos hace trabajar juntos, en forma interdependiente. Ya sea que pensemos que eso es justo o no. Queramos o no, nuestras acciones siempre afectan a otras personas. No podemos conocer por completo la mente de Dios en este juicio severo. No sabíamos dónde estaban los profetas, los líderes de las tribus y los otros consejeros durante este incidente y ya sea que lo hubieran decidido o no permanecieron junto al rey. Nosotros sí sabemos que depositar nuestra confianza únicamente en el poder militar es idolatría. Cualquier cosa que tome el lugar de Dios es pecado, y el pecado origina consecuencias desastrosas. Comentario Biblia Diario Vivir.”


Hemos visto hasta aquí, a tres protagonistas principales, por supuesto Dios, Satanás y el Rey David. Hemos visto a un Dios airado a causa del pecado, a Satanás tentando al rey David sobre su poderío militar y al rey David, obstinado a pesar de los avisos de su general Joab – y quizás de algunos más de sus hombres – y las consecuencias del pecado, reconocido ampliamente por David.

La tentación viene del Diablo. Pero nosotros tenemos la responsabilidad de hacerle caso o no. Todos seremos tentados y la Palabra de Dios nos dice…

1 Corintios 10:12  Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.
1Corintios 10:13  No os ha sobrevenido ninguna prueba que no sea humana, pero fiel es Dios, quien no os dejará ser probados más de lo que podéis; antes bien, juntamente con la prueba proveerá también la salida, para que podáis soportar.

El Rey David fue tentado por Satanás, pero Dios le ofreció una salida mediante los sabios y acertados consejos de su general Joab. Pero no hizo caso a los mismos, quizás arrogándose en esos momentos más capacidad espiritual que sus subalternos. Pero Dios puede utilizar, como sabemos, al más insignificante o a lo más insignificante para advertirnos antes de cometer el error.

La humanidad, aunque insista en negarlo, ha recibido y recibe constantes advertencias de nuestros propios errores, lo vemos alrededor de una forma continuada, sea en situaciones alejadas de nuestra capacidad, como en otras donde nuestra responsabilidad directa es muy precisa, como por ejemplo, las grandes hambrunas en la tierra, las muertes por ello en tantos lugares, la falta de amor hacia los débiles y que se yo cuántas cosas más. La peste fue, además de un castigo, una forma mediante la cual Dios dio testimonio de sí mismo y del pecado del hombre. Volvernos a Dios, confesar nuestros pecado y arrepentirnos es el camino de vuelta.

1 Samuel 7:3  Y habló Samuel a toda la casa de Israel, diciendo: Si os volvéis a YHVH con todo vuestro corazón, quitad de en medio vuestro a los dioses extraños y a Astarot, y preparad vuestro corazón para YHVH. Servidle sólo a Él, y Él os librará de mano de los filisteos.
2 Crónicas 30:9  Porque si os volvéis a YHVH, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante sus captores y regresarán a esta tierra, pues YHVH vuestro Dios es clemente y misericordioso, y si os volvéis a Él, no apartará de vosotros su rostro.
Nehemías 1:9  pero si os volvéis a mí y observáis mis mandamientos y los cumplís, aunque vuestros dispersos estén en el extremo de los cielos, de allí Yo los recogeré y los conduciré de nuevo al lugar que escogí para que en él tabernaculice mi Nombre.

CONTINUARÁ…

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