viernes, 13 de marzo de 2020

PANDEMIA…III - El que habita al abrigo del Altísimo...


...Morará bajo la sombra del Omnipotente  Salmo 91:1

En estos días, donde el mundo entero está amenazado por el COVID-19 (Coronavirus), podemos ver las reacciones dentro del mundo cristiano.

 El salmo 91, es para los creyentes, siempre, un salmo de protección de parte de Dios hay que leerlo y pronunciarlo en alto, convertirlo en oración, es alentador y tranquilizador, este junto a otros textos de la Palabra de Dios, La Biblia.

El problema siempre lo encontramos, cuando nos aferramos de la Palabra de Dios como si fuera un fetiche mágico, cuyos efectos son beneficiarnos, ayudarnos, protegernos etcétera. No es eso.

La Palabra de Dios es eso, Palabra de Dios. Casi siempre nos aferramos a promesas de Dios, sin darnos cuenta que el cumplimiento de una u otra promesa, están condicionados a una inversión por nuestra parte, delante de Dios. Es por ello, que en este tiempo de tanto uso del Salmo 91 ya que como habla de peste, de pestilencia, de mortandad, de plaga, muy equivalentes a virus, esto nos hace sentirnos más fuertes o aliviados, he pensado hacer un análisis de este salmo, especialmente en su contenido y aplicación para nuestras vidas, siempre sin querer ser absoluto, es mi acercamiento a este precioso texto dado por Dios.

Acerquémonos pues…

Sal 91.1El que habita al abrigo del Altísimo
 Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Sal 91:2  Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
 Mi Dios, en quien confiaré.
Sal 91:3  El te librará del lazo del cazador,
 De la peste destructora.
Sal 91:4  Con sus plumas te cubrirá,
 Y debajo de sus alas estarás seguro;
 Escudo y adarga es su verdad.
Sal 91:5  No temerás el terror nocturno,
 Ni saeta que vuele de día,
Sal 91:6  Ni pestilencia que ande en oscuridad,
 Ni mortandad que en medio del día destruya.
Sal 91:7  Caerán a tu lado mil,
 Y diez mil a tu diestra;
 Mas a ti no llegará.
Sal 91:8  Ciertamente con tus ojos mirarás
 Y verás la recompensa de los impíos.
Sal 91:9  Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza,
 Al Altísimo por tu habitación,
Sal 91:10  No te sobrevendrá mal,
 Ni plaga tocará tu morada.
Sal 91:11  Pues a sus ángeles mandará acerca de ti,(A)
 Que te guarden en todos tus caminos.
Sal 91:12  En las manos te llevarán,
 Para que tu pie no tropiece en piedra.(B)
Sal 91:13  Sobre el león y el áspid pisarás;
 Hollarás al cachorro del león y al dragón.(C)
Sal 91:14  Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré;
 Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.
Sal 91:15  Me invocará, y yo le responderé;
 Con él estaré yo en la angustia;
 Lo libraré y le glorificaré.
Sal 91:16  Lo saciaré de larga vida,
 Y le mostraré mi salvación.

Comenzamos…

Salmo 91.1 El que habita al abrigo del Altísimo
 Morará bajo la sombra del Omnipotente.
Salmo 91:2  Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío;
 Mi Dios, en quien confiaré.

En estos 2  versículos aparecen tres títulos que designan a Dios aparte de su nombre sagrado YHVH (Jehová, Yahveh)
:
Elyon (Altísimo),  
Shaddai (Omnipotente)
Elohim (que aquí significa «el Dios sublime» Mi Dios)

Tres acciones…habitar, morar, confiar

Tres lugares…abrigo, bajo la sombra, castillo mío.

Si nos fijamos aquí se trata de habitar, de morar, lo que nos indica varias cosas, primero protección, cobijo, que es lo que más nos atrae, en segundo lugar es domicilio, hogar, lugar donde estar, cercanía a Él, relación con Él. Todo lo que viene después por esta introducción está basado en esto.

Se trata de alguien que está continuamente en la presencia de Dios, consciente de ella y dependiente de ella.

No se trata de ir y venir, como hacemos, a veces nosotros, no se trata de tener a Dios para acudir a Él en ciertos momentos, no, nos está hablando de una convivencia espiritual continuada e íntima con Dios.

En el Antiguo Testamento, Dios estaba en el Tabernáculo y después en el Templo, pero ahora el tiene otra forma de estar con nosotros, Jesucristo nos dice que “en nosotros”

En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.
"Juan 14:20 RV 1960"

Cuando estamos en reunión “en medio de nosotros

Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.
"Mateo 18:20 RV 1960"

Donde esté Jesucristo, quiere que estemos nosotros…

Padre, aquellos que me has dado, quiero que donde yo estoy, también ellos estén conmigo, para que vean mi gloria que me has dado; porque me has amado desde antes de la fundación del mundo.
"Juan 17:24 RV 1960"

Para el futuro celestial, Él está preparándonos lugar….

En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.
"Juan 14:2 RV 1960" 
Todo esto nos da a entender que tener como una religión a Jesucristo, no es lo  que él espera. Dios quiere comunión continuada con nosotros y que la tengamos unos con otros de la forma adecuada, como está dicha por Él…

Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.(G) Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.(H) No hay otro mandamiento mayor que éstos. "Marcos 12:30-31 RV 1960"

Con estos versículos de la Biblia, cumpliéndolos, sería suficiente para vivir en paz con Dios y con nuestro prójimo, pero nuestra naturaleza pecaminosa, no puede. Hay que buscar un lugar de protección, y esa protección, igual que para los peligros de la vida, de los que habla este salmo, se encuentra en el abrigo del Altísimo, bajo la sombra del Omnipotente, Dios debe ser mi esperanza.

Es una fe formada adecuadamente en la enseñanza de Dios, que ha hablado por los patriarcas, los profetas y sobre todo por Jesucristo.  Una fe que nos lleva a no vivir yo…
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. "Gálatas 2:20 RV 1960"

El salmista, en esa cercanía con Dios, puede hablar con Dios…”diré yo a Jehová…esperanza mía y castillo mío, MI DIOS, en quien confiaré” Parece que realmente en lugar de esperanza mía otras versiones dicen “mi refugio” En cierta manera, la esperanza es el refugio contra la desesperanza que asola la vida.

Mi Dios…único, verdadero, incambiable, primero sobre todo, insuperable, a quien conozco, es mío…y además de eso en quien pongo mi confianza…

Cuando uno dice confío en ti. Está diciendo algo muy importante. Si a ese alguien que le hemos dicho que confiamos en él, luego resulta que desconfiamos en esto y en lo otro, entonces…¿qué pensará de nosotros?. Por eso se trata de ser serios a la hora de recitar este salmo o cualquier otra Palabra de Dios. No se trata como he dicho de una invocación mágica, se trata de una relación, de dirigirme a alguien que conozco y con quien convivo y a quien yo soy fiel a lo que me dice.

Todo lo demás es vano. Agarrarme a la Palabra de Dios, sea el salmo 91 u otra palabra, cuando he estado habitando, morando lejos de Dios y ahora venir para que me proteja y luego volver a irme a mi vida, eso no es lo que Dios está esperando de ti y de mí. Él quiere conquistar nuestro corazón para que le amemos, y no para que sea nuestra solución en conflictos y pruebas, solamente.

En estos dos primeros versículos de este salmo 91, el salmista está dando un testimonio de lo que es su forma de vivir, cuando está en tranquilidad y cuando está bajo amenaza. 

Si no estamos habitando, morando, confiando en Dios, debemos, primero arrepentirnos y convertirnos a Él, para recibir Su Perdón, su salvación y estar dispuestos a que SIEMPRE sea nuestro Salvador y Señor.

Al irnos acercando a este hermoso salmo, debemos, por tanto, darnos cuenta que para hacer uso del mismo, debemos estar dispuestos a habitar continuamente con Dios a morar bajo Él de forma continuada y a que sea en quien verdaderamente confiamos.

CONTINUARÁ…

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