sábado, 7 de marzo de 2020

VOSOTROS ORARÉIS ASÍ…XII – El pan nuestro …


de cada día dánoslo hoy….II

Ya he comentado sobre esta bienaventuranza en el escrito anterior. Pero me gustaría recalcar un poco más en lo que se refiere al “pan espiritual” a semejanza del pan (alimento) que necesitamos para vivir. Pues efectivamente necesitamos alimento para vivir físicamente, pero nuestro mayor esfuerzo debería ser para conseguir y alimentarnos del pan del cielo, del alimento espiritual, que nutre nuestras almas.


Para conseguir el pan que alimenta nuestro cuerpo, debemos trabajar, debemos esforzarnos e incluso debemos sacrificarnos. La necesidad del pan (en adelante como alimento en general) para el mantenimiento del cuerpo es fundamental. Cuando estamos un tiempo sin alimento, se produce unas reacciones en nuestro cuerpo, les llamamos hambre.

Si pasamos cierto tiempo sin poder comer o sin comer, entonces comienza la afectación del cuerpo y de los órganos y en última instancia produce la muerte por inanición. Hoy en día muchos tienen hambre y no pueden encontrar qué comer en el mundo, muchos padecen los efectos del hambre e inanición, muchos mueren, como ya había comentado anteriormente.

El organismo físico nos avisa, cuando necesita alimento, mediante el hambre. Para poder tener pan, hay que trabajar y esforzarse en la mayoría de los seres humanos de este mundo. Y algunos, aunque se esfuercen y se sacrifiquen, ni aun así pueden conseguir alimentos.

Como he dicho, el enfoque en este escrito, en relación al pan, está dirigido especialmente al pan del cielo, símil que utiliza Dios, para mostrarnos la importancia y necesidad de este pan celestial, comparándolo con la importancia y la necesidad que tiene el pan como alimento para el cuerpo.

Esta importancia la destaca el Señor Jesucristo, cuando es tentado por Satanás, al comienzo de su ministerio terrenal, después de cuarenta días de ayuno, dice la Palabra que tuvo hambre, y hay apareció el Diablo para tentarle, la respuesta de Jesucristo no tiene desperdicio, y es un principio de lo importante que realmente es la Palabra de Dios, veamos…
Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, dí que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. "Mateo 4:3-4 RV1960"
Como vemos, en un momento de hambre de verdad por cuarenta días sin comer, Jesucristo le da mas importancia a la Palabra de Dios, como una forma de alimento para vivir espiritualmente.
En otra ocasión nuevamente el pan salió a colación, mal interpretado por sus discípulos. Ellos creían que les echaba en cara que no hubieran traído pan para alimentarse, pero en esta ocasión lo que estaba era advirtiéndoles de la falsa enseñanza, de la falsa doctrina, de aquella que no es la Palabra de Dios, sino todo lo contrario.
Llegando sus discípulos al otro lado, se habían olvidado de traer pan. Y Jesús les dijo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos  y de los saduceos. Ellos pensaban dentro de sí, diciendo: Esto dice porque no trajimos pan. Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué pensáis dentro de vosotros, hombres de poca fe, que no tenéis pan? ¿No entendéis aún, ni os acordáis de los cinco panes entre cinco mil hombres, ) y cuántas cestas recogisteis? ¿Ni de los siete panes entre cuatro mil, y cuántas canastas recogisteis? ¿Cómo es que no entendéis que no fue por el pan que os dije que os guardaseis de la levadura de los fariseos y de los saduceos? Entonces entendieron que no les había dicho que se guardasen de la levadura del pan, sino de la doctrina de los fariseos y de los saduceos. “Mateo 16:5-13 RV1960 "
Igual que los religiosos del tiempo de Jesucristo, fariseos, saduceos, hoy en día también podemos encontrarnos con enseñanzas que contienen Palabra de Dios, pero torcida, incluso nos puede parecer muy razonable para la carne, pero espiritualmente es muerte, de ello debemos evitar, tanto el ser contaminados como contaminar, pues todos podemos interpretar la Palabra de Dios de manera inadecuada, aun sin malicia, pero los efectos pueden ser desastrosos, como hemos visto y vemos en ocasiones. Dios mismo nos libre de esto.

Jesucristo también utiliza la comparación de dar pan con el que nuestro Padre nos de buenas cosas a los hijos, cuando pedimos…
¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? "Mateo 7:9-11 RV1960"
Nos debemos fijar en algo más, en este texto anterior, los hijos piden pan al padre en la tierra…¿por qué? Porque tienen hambre, el Señor no puso cuando los hijos piden fruslerías, cuando piden dulces, habla de “buenas dádivas” no de cosas que pueden dañarles, es decir, alimentos necesarios, no alimentos basura.

De la misma manera, nuestro Padre celestial recibe ampliamente cuando por nuestra hambre espiritual pedimos para nuestras necesidades físicas y espirituales, recalco: ”necesidades” no caprichos de la carne. Desgraciadamente debemos confesar que tenemos muy pocas veces verdadero hambre de nuestro Padre celestial y de su voluntad, mas bien nos dejamos llevar por el “hambre” de cosas de este mundo, de tiempos con este mundo, de pasatiempos de este mundo, de “pan” de este mundo, pero ¿tenemos hambre y sed de Dios?

El salmista, en un momento dado, se siente como el ciervo que brama cuando necesita saciar su sed y huele el agua que la saciará, así se siente el salmista respecto a Dios, tiene sed de Dios, tiene necesidad de Dios

  Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas,  Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios? Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,  Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios?  "Salmos 42:1-3 RV 1960"
Incluso se olvida de la comida y el agua para su cuerpo, dedicándose en la búsqueda de Dios, con toda seguridad, ante alguna prueba dura en su vida, en la que otros le dicen lo que los incrédulos suelen decir…y ahora ¿Dónde está tu Dios?
Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? "Salmos 42:3 RV 1960"

Es impresionante este salmo, porque en lugar de queja, se dice así mismo…”no te abatas alma mía…espera en Dios…aún he de alabarle… (Ver el salmo completo)



Hay momentos donde hay que hacer ayuno de pan, para buscar la fortaleza, el ánimo, las fuerzas, en Dios, es ese tiempo donde el pan como alimento físico pierde importancia porque necesitamos el pan de Dios…

Mi corazón está herido, y seco como la hierba,
Por lo cual me olvido de comer mi pan. Por la voz de mi gemido
Mis huesos se han pegado a mi carne.
"Salmos 102:4-5 RV 1960"

En esa última cena que el Señor tuvo con sus discípulos, que es la celebración de la santa cena que celebramos recordando su muerte, hubo uno de sus discípulos que no tenía buenas intenciones, que él estaba con Jesucristo, pero su corazón estaba muy lejos de Él, hablo de Judas el Iscariote, el que lo entregó por amor al dinero, esa noche Jesucristo a Judas, le dio pan, pero en esta ocasión estaba mojado. Desde mi perspectiva, Jesucristo señalo que a quién, de sus discípulos, diese el pan mojado, ese le iba a entregar, y así lo hico con Judas…¿dónde mojó el pan…” en el vino, lo que representaba la sangre que Jesucristo iba a derramar y que Judas era su delator.

“Habiendo dicho Jesús esto, se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar. Entonces los discípulos se miraban unos a otros, dudando de quién hablaba. Y uno de sus discípulos, al cual Jesús amaba, estaba recostado al lado de Jesús. A éste, pues, hizo señas Simón Pedro, para que preguntase quién era aquel de quien hablaba. El entonces, recostado cerca del pecho de Jesús, le dijo: Señor, ¿quién es? Respondió Jesús: A quien yo diere el pan mojado, aquél es. Y mojando el pan, lo dio a Judas Iscariote hijo de Simón. Y después del bocado, Satanás entró en él. Entonces Jesús le dijo: Lo que vas a hacer, hazlo más pronto.
"Juan 13:21-27 RV 1960"

Fueron muchas las enseñanzas que Jesucristo dio esa noche, que las recoge el discípulo amado: Juan, en su Evangelio.  S. Juan 13:1 al 14:31.

Nuestra carne tratará de ocultar el hambre de nuestro espíritu. Es por eso que pasamos tan poco tiempo con Jesucristo. Jesucristo les reveló a sus discípulos esta gran verdad…
Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil.
"Marcos 14:38 RV 1960"

El secreto “velad”…”orad” hay un ejercicio de disciplina para  que pueda salir nuestra hambre espiritual…

Igual que la pereza humana trae hambre de alimento, así ocurre también en lo espiritual, si somos perezosos acabaremos desnutridos espiritualmente, faltos del alimento del cielo…
La pereza hace caer en profundo sueño,
Y el alma negligente padecerá hambre.
"Proverbios 19:15 RV 1960"

Es por ello que debemos buscar el pan diario que nos quiere dar el Señor Jesucristo, debemos tener hambre y sed de Él cada día de manera que tengamos que ir a sus pies para ser saciados y saciar de justicia, de amor, de salvación, de liberación a este mundo, a nuestras familias, a nuestras iglesias, a tantos que van camino de la perdición, a causa de su desnutrición espiritual.

La desnutrición espiritual refuerza la enfermedad más mortal del mundo: El pecado, la separación de nuestro Padre celestial, que desea tener comunión con nosotros, no solo el domingo en las reuniones de iglesia, ni siquiera solo en las 2 o 3 reuniones que las iglesias puedan tener entre semana, nuestro Padre quiere una comunión continuada con Él, y para ello debemos reservarle cada día un tiempo y lugar donde nos encontremos con Él y seamos alimentados y fortalecidos con el pan del cielo y el agua de la ya nunca volveremos a tener sed.

CONTINUARÁ…

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