sábado, 15 de febrero de 2020

VOSOTROS ORARÉIS ASÍ...IX


HÁGASE TU VOLUNTAD AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO…

El tercer Tú, de oración en referencia a nuestro Padre. En este caso lo que sobre sale es LA VOLUNTAD de Dios. Y la voluntad de Dios para aquí, la tierra, este mundo en el que nos movemos y moveremos hasta que Jesucristo regrese o nos vayamos con Él.

Hemos visto sobre Tú, referido al cielo, hemos visto el Tú referido al Nombre y ahora llegamos a Tú voluntad.

Adán y Eva no hicieron la voluntad de Dios. Esto ha traído muy graves consecuencias para el ser humano. No solo en el ambiente ateo, también en el religioso, con dando voluntad a dioses extraños tanto con nombre de religiones como en el corazón del hombre, dinero, fama, poder…todos estos han “pedido” que se haga su voluntad, y el ser humano, lo ha consentido. Lo vemos a diario.
Resultado de imagen de LA VOLUNTAD DE DIOSIncluso en este aspecto, el cristiano llamado y escogido, tenemos que pelear contra nosotros mismos, pues esos mismos tolerados por otros, a causa de nuestra naturaleza, imposible de someterse a Dios, sigue tratando de ocuparse de sí mismo, a veces a la par de Dios. De ahí el rudo mandato de “haced morir…”

Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; "Romanos 8:7 RV 1960"
Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;  "Colosenses 3:5 RV 1960"

Ciertamente la voluntad de Dios es muy molesta para la carne. La ley de Dios establece las condiciones para poder vivir delante de Dios. Cuando Adán y Eva estuvieron en el Edén, no tenían ningún problema para estar delante de Dios. Fue cuando infringieron la única ley establecida, la de la obediencia, perdieron esa condición necesaria para estar en la presencia de Dios.

La ley cuando es justa, hace justicia, es decir hace el bien, está para bien. Ciertamente que debido a la condición del hombre, su corazón no establece en muchas ocasiones el equilibrio de la verdadera justicia, como ya era la queja del profeta Habacuc, en su tiempo, y esto referido al “pueblo de Dios” Israel.

¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la justicia. "Habacuc 1:2-4 RV 1960"
No han cambiado mucho los corazones desde ese tiempo ahora. Sabemos que para ese cambio es necesario que nuestro Padre intervenga dándonos un nuevo corazón. Ya el profeta Ezequiel, transmite este deseo a su pueblo indomable…
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.  "Ezequiel 36:26 RV 1960"
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne,  "Ezequiel 11:19 RV 1960"

Esta operación de trasplante de corazón no se puede hacer sin la colaboración del “paciente diagnosticado del mal del pecado” y debe seguir el tratamiento indicado fielmente cada segundo de la vida aquí en este mundo. 
No lo hace solo, el Espíritu es el Ayudador y la Palabra de Dios es el protocolo a seguir para que el efecto sea adecuado. Pero la carne tratará de rechazar el nuevo corazón, igual que ocurre en la vida física humana, para ello tienen que llevar un tratamiento hasta que el cuerpo humano acepte el corazón sin rechazo pero se produce una “batalla” en el cuerpo del trasplantado, y por desgracia, en algunos casos, el cuerpo consigue su objetivo, pero el paciente, entonces, pierde la vida.

Es muy similar a lo que ocurre de forma espiritual. La carne es la que rechaza todo lo que venga del Espíritu y se quiera manifestar mediante el espíritu humano.

Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis.  Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley. "Gálatas 5:17-18 RV 1960"

A vece no entendemos que la ley es parte de la naturaleza de Dios. Y cuando la naturaleza de Dios se manifiesta en un lugar donde los corazones están rebeldes, la destrucción es inmediata, igual que la madera no puede soportar ante el fuego, así el pecador no puede soportar ante Dios.

Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor,  Dios celoso. "Deuteronomio 4:24 RV 1960"

“…porque nuestro Dios es fuego consumidor. "Hebreos 12:29 RV 1960"
Por supuesto, siempre debemos estar consciente de que para que entendamos a Dios y su ambiente, tiene que utilizar figuras de lenguaje y ejemplos, de manera que entendamos, pues si nos habla con figuras y ejemplos celestiales no podríamos entender  nada. No obstante  debemos entender que el Universo celestial es diferente y eso también Dios lo deja claro en varias ocasiones.

Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere las celestiales?  "Juan 3:12 RV 1960"

Lo que Dios nos ha revelado de Él es suficiente. El no ha escondido su voluntad para que la busquemos con impaciencia. Él la ha revelado y está en su Palabra. Lo triste es que en ocasiones queremos saber la voluntad de Dios sobre temas que no son parte de su Revelación. Tener como insuficiente lo que Dios ha mostrado de sí mismo, como perfecto y útil para nosotros, y buscar más allá de ello, lo único que puede traernos es incredulidad y negación de Dios.

Jesucristo mismo, sintió un gran regocijo cuando comprendió lo que Dios había revelado.

En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Y volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.  "Lucas 10:21-24 RV 1960"

Vivir este tiempo contando con la Revelación de Dios, es emocionante y de un gran privilegio o como dice el versículo “Bienaventurados”. Pero como también dice el Texto, no es para “sabios y entendidos” basados en este mundo, hay que hacerse “niño” para aceptar cosas que son locura para muchos. Así es el Evangelio.

Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.  "1 Corintios 1:22-25 RV 1960"

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