HÁGASE TU VOLUNTAD AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO…
El tercer Tú, de oración en referencia a nuestro Padre. En
este caso lo que sobre sale es LA VOLUNTAD de Dios. Y la voluntad de Dios para
aquí, la tierra, este mundo en el que nos movemos y moveremos hasta que
Jesucristo regrese o nos vayamos con Él.
Hemos visto sobre Tú, referido al cielo, hemos visto el Tú
referido al Nombre y ahora llegamos a Tú voluntad.
Adán y Eva no hicieron la voluntad de Dios. Esto ha traído
muy graves consecuencias para el ser humano. No solo en el ambiente ateo,
también en el religioso, con dando voluntad a dioses extraños tanto con nombre
de religiones como en el corazón del hombre, dinero, fama, poder…todos estos
han “pedido” que se haga su voluntad, y el ser humano, lo ha consentido. Lo
vemos a diario.
Incluso en este aspecto, el cristiano llamado y escogido,
tenemos que pelear contra nosotros mismos, pues esos mismos tolerados por
otros, a causa de nuestra naturaleza, imposible de someterse a Dios, sigue
tratando de ocuparse de sí mismo, a veces a la par de Dios. De ahí el rudo
mandato de “haced morir…”
Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni
tampoco pueden; "Romanos 8:7 RV
1960"
Haced morir, pues, lo
terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones desordenadas, malos
deseos y avaricia, que es idolatría; "Colosenses
3:5 RV 1960"
Ciertamente la voluntad de Dios es muy molesta para la
carne. La ley de Dios establece las condiciones para poder vivir delante de
Dios. Cuando Adán y Eva estuvieron en el Edén, no tenían ningún problema para
estar delante de Dios. Fue cuando infringieron la única ley establecida, la de
la obediencia, perdieron esa condición necesaria para estar en la presencia de
Dios.
La ley cuando es justa, hace justicia, es decir hace el
bien, está para bien. Ciertamente que debido a la condición del hombre, su
corazón no establece en muchas ocasiones el equilibrio de la verdadera
justicia, como ya era la queja del profeta Habacuc, en su tiempo, y esto
referido al “pueblo de Dios” Israel.
¿Hasta cuándo, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a ti a
causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué me haces ver iniquidad, y haces
que vea molestia? Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y
contienda se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio no sale
según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo, por eso sale torcida la
justicia. "Habacuc 1:2-4 RV 1960"
No han cambiado mucho los corazones desde ese tiempo ahora.
Sabemos que para ese cambio es necesario que nuestro Padre intervenga dándonos
un nuevo corazón. Ya el profeta Ezequiel, transmite este deseo a su pueblo
indomable…
Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y
quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de
carne. "Ezequiel 36:26 RV
1960"
Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y
quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de
carne, "Ezequiel 11:19 RV
1960"
Esta operación de trasplante de corazón no se puede hacer
sin la colaboración del “paciente diagnosticado del mal del pecado” y debe
seguir el tratamiento indicado fielmente cada segundo de la vida aquí en este
mundo.
No lo hace solo, el Espíritu es el Ayudador y la Palabra de Dios es el
protocolo a seguir para que el efecto sea adecuado. Pero la carne tratará de
rechazar el nuevo corazón, igual que ocurre en la vida física humana, para ello
tienen que llevar un tratamiento hasta que el cuerpo humano acepte el corazón
sin rechazo pero se produce una “batalla” en el cuerpo del trasplantado, y por
desgracia, en algunos casos, el cuerpo consigue su objetivo, pero el paciente,
entonces, pierde la vida.
Es muy similar a lo que ocurre de forma espiritual. La carne
es la que rechaza todo lo que venga del Espíritu y se quiera manifestar
mediante el espíritu humano.
Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es
contra la carne; y éstos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que
quisiereis. Pero si sois guiados por el
Espíritu, no estáis bajo la ley. "Gálatas 5:17-18 RV 1960"
A vece no entendemos que la ley es parte de la naturaleza de
Dios. Y cuando la naturaleza de Dios se manifiesta en un lugar donde los
corazones están rebeldes, la destrucción es inmediata, igual que la madera no
puede soportar ante el fuego, así el pecador no puede soportar ante Dios.
Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. "Deuteronomio 4:24 RV
1960"
“…porque nuestro Dios es fuego consumidor. "Hebreos 12:29 RV 1960"
Por supuesto, siempre debemos estar consciente de que para
que entendamos a Dios y su ambiente, tiene que utilizar figuras de lenguaje y
ejemplos, de manera que entendamos, pues si nos habla con figuras y ejemplos
celestiales no podríamos entender nada.
No obstante debemos entender que el
Universo celestial es diferente y eso también Dios lo deja claro en varias
ocasiones.
Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis, ¿cómo creeréis si os
dijere las celestiales? "Juan 3:12
RV 1960"
Lo que Dios nos ha revelado de Él es suficiente. El no ha
escondido su voluntad para que la busquemos con impaciencia. Él la ha revelado
y está en su Palabra. Lo triste es que en ocasiones queremos saber la voluntad
de Dios sobre temas que no son parte de su Revelación. Tener como insuficiente
lo que Dios ha mostrado de sí mismo, como perfecto y útil para nosotros, y
buscar más allá de ello, lo único que puede traernos es incredulidad y negación
de Dios.
Jesucristo mismo, sintió un gran regocijo cuando comprendió
lo que Dios había revelado.
En aquella misma hora Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te
alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas
de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque
así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie
conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y
aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. Y volviéndose a los discípulos, les
dijo aparte: Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis; porque os
digo que muchos profetas y reyes desearon ver lo que vosotros veis, y no lo
vieron; y oír lo que oís, y no lo oyeron.
"Lucas 10:21-24 RV 1960"
Vivir este tiempo contando con la Revelación de Dios, es
emocionante y de un gran privilegio o como dice el versículo “Bienaventurados”.
Pero como también dice el Texto, no es para “sabios y entendidos” basados en
este mundo, hay que hacerse “niño” para aceptar cosas que son locura para
muchos. Así es el Evangelio.
Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría; pero
nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente
tropezadero, y para los gentiles locura; mas para los llamados, así judíos como
griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios. Porque lo insensato de Dios
es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los
hombres. "1 Corintios 1:22-25 RV
1960"
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