...CONTINUACIÓN
APRENDIENDO A ORAR.... UN PROCESO EN CUATRO ESCALONES
ESCALÓN CUATRO: ORAR ES MI DELEITE
Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.
"Salmos 16:11 RV 1960"
Este último escalón, de la escalera de la oración que he usado, es el sumun de la relación con Dios, nuestro Padre, nuestra relación con Jesucristo mediante el Espíritu Santo.
Creo que los discípulos tenemos que aprender a orar con DELEITE. El texto de arriba nos da pistas de dónde encontramos ese deleite: "En tu presencia". Es la presencia de Dios que produce el verdadero deleite del enamorado de Él.
Estamos bajo la GRACIA, pero eso no quiere decir que odiemos la ley, ¡de ninguna manera! Debemos amar la Ley de Dios, la cual ha sido nuestro "ayo" el tutor que nos ha llevado a Jesucristo, el amado.
Todo el Salmo 119 es una muestra del reconocimiento a los mandatos de Dios. El salmista proclama la verdad de esos mandatos e incluso se siente gozoso por ellos:
Me regocijaré en tus estatutos;
No me olvidaré de tus palabras.
"Salmos 119:16 RV 1960"
Jesucristo vino a cumplir la LEY, si la ley fuera mala, Él no hubiera venido a cumplirla. El Señor Jesucristo vino a cumplir la Ley porque nosotros no podemos y entonces la ley nos condena y nos mata. Por eso decimos que Él vino a darnos vida y vida en abundancia. Pero en el Reino de los cielos, la Ley es la Constitución del Reino y cuando seamos transformados, sea que estemos en su Venida o que nos hayamos ido antes, y nos encontremos con Jesucristo, amaremos la Ley de Dios, porque es la justicia de Dios, amar su ley es amarlo a Él que la reveló.
Pues tus testimonios son mis delicias
Y mis consejeros.
"Salmos 119:24 RV 1960"
¿Por qué hablo de la Ley, respecto a la oración como deleite? Porque como hijos de Dios al conocerle mediante sus mandatos, nos damos cuenta que realmente el es JUSTO, y que nosotros no por naturaleza. Pero nos ha hecho justos mediante Jesucristo. Entonces yo puedo deleitarme en Dios como un todo, pues Él no es aparte de sus mandatos, sus mandatos son la esencia de sí mismo, su naturaleza.
Y nosotros como hijos de Dios, queremos amar a Dios como Él es.
Y me regocijaré en tus mandamientos,
Los cuales he amado. "Salmos 119:47 RV 1960"
Si conocemos sus mandamientos, tenemos conocimiento de ellos, eso está bien, pero si amamos sus mandamientos, entonces nos hemos liberado de su condenación, liberación que tenemos legalmente, pues la ganó Jesucristo para cada uno de nosotros.
Cuando oramos debemos conocer los mandatos de Dios, pues esa es Su voluntad, esa es su propia naturaleza y de esta forma no oraremos de forma inadecuada y libres de la condenación de la Ley podemos amarla, y deleitarnos en nuestro Padre celestial con libertad.
Mejor me es la ley de tu boca
Que millares de oro y plata.
"Salmos 119:72 RV 1960"
Jesucristo no vino a abolir la Ley, vino a cumplirla.
No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido. De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos. Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. "Mateo 5:17-20 RV 1960"
Nuestra justicia se cumple cuando reconocemos que, aunque la Ley es buena, yo no, y la ley me lo demuestra pues yo me inclino a hacer lo contrario al requerimiento de la Ley. Mediante la fe, reconociendo la Ley como santa y justa, nos convertimos en justos, mediante el sacrificio sustitutivo de Jesucristo por mi, por cada uno de nosotros.
Por ello hemos hablado antes de la disciplina de la carne, porque la carne ve la oración, que se basa en la justicia de Dios, como molesta y no quiere hacerla, y es lo mismo que la adoración y la alabanza, si adoramos y alabamos a Dios, y queremos hacerlo adecuadamente, debemos hacerlo "en espíritu y en verdad"...
Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. "Juan 4:23-24 RV 1960"
Lo mismo ocurre con la oración si recordamos lo que les dijo el Señor a sus discípulos el día que fue entregado, cuando el sueño les vencía y no podían orar: "...el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil" Mateo 26:31 y Marcos 14:38.
Creo que algunos, incluso creyentes, tienen a la Ley como maldita. Pero los malditos somos nosotros por no cumplirla. Por eso Jesucristo fue maldito por nosotros, para dejar de ser malditos.
Podemos imaginarnos que deseamos estar con alguien que amamos mucho, pero está en otro país, pero todo lo que exige ese país, yo no lo cumplo, y esa persona no puede salir de ese país imaginario, si vamos incluso nos matan y deseamos estar con esa persona, pero no hay manera, pero entonces, hay alguien que tiene suficiente capacidad para hacer lo que yo no puedo y me respalda y entonces me da una nueva identidad y puedo entrar y estar con esa persona que amo...¿tendré deleite...tendré gozo? pues este pobre ejemplo nos acerca a cómo debemos sentirnos al poder acercarnos a Dios y orar con Él íntimamente.
Llegar a este punto requiere morir al yo y practicar la vida en el espíritu, la vida en el Reino de los cielos.
En el Antiguo Testamento, el libro de Deuteronomio capítulo 28, es un relato de las advertencias de lo que le pasaría al pueblo de Israel, si no hacían lo que Dios les decía, y hay un versículo que se une a lo que estoy diciendo, después de hablar de las maldiciones que sobrevendrían y la causa...
Por cuanto no serviste a Jehová tu Dios con alegría y con gozo de corazón, por la abundancia de todas las cosas, "Deuteronomio 28:47 RV 1960"
El verdadero gozo, el verdadero deleite está en Dios. Y como la oración es uno de los acercamientos a Su presencia, entrar en su presencia es entrar en el deleite y en el gozo. Podemos estar tristes, atribulados, temerosos, acobardados, preocupados, pero hay un gozo cuando sabemos que podemos y vamos a entrar en su Presencia a buscar refrigerio. ¡Aleluya!
Entramos en el AMOR verdadero, pues Dios ES amor. Entramos en la verdadera LIBERTAD, porque Dios es libertad.
Venir a cualquier actividad en Su Presencia, debería ser un verdadero anhelo y deleite de nuestro corazón, por eso hay que prepararse, hay que decirse, no solo voy a mi tiempo devocional, ¡voy a estar con el Señor! no solo voy al culto, sea de alabanza, predicación o de oración, ¡Voy a la presencia de Dios junto a mis hermanos! Dedicando con gozo esos tiempos para Él en deleite.
Pero aún hay mas, debemos VIVIR conscientes de que estamos continuamente en la Presencia de Dios.
Me encanta esta expresión que la repite varias veces Elías
1Reyes_18:15 Y le dijo Elías: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy..."Y después Eliseo, su sucesor, dice lo mismo...
Re_3:14 Y Eliseo dijo: Vive Jehová de los ejércitos, en cuya presencia estoy,...Mientras llega el tiempo de la Venida del Señor Jesucristo, como lo prometió, somos llamados a buscarle en oración y ruego, con acción de gracias, sea de forma individual o colectiva. Y esto es:
UN MANDAMIENTO PARA NUESTRO BIEN
UN DESEO DE HACERLO BIEN
UNA DISCIPLINA PARA SOMETER A LA CARNE
Y UN DELEITE, UN GOZO, DE PODER ESTAR CON ÉL.
Padre mío, gracias, gracias y gracias porque eres Tú, tu deseo de que nos encontremos, el que ha hecho todo lo posible para podamos hacerlo. Perdóname cuando tengo otros deseos (u obligaciones) en las que no te busco, no te dedico el tiempo necesario, tiempo que es tuyo, porque tú me has permitido vivir, Padre ayúdame y ayúdanos a buscarte individualmente y en la comunidad de la iglesia donde nos has puesto, y queremos alcanzar la cima del DELEITE de poder estar contigo. En el Nombre del Señor Jesucristo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario